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Era hermoso, se paró frente a mí, en el estrecho pasillo, y solo sentir su olor ya debilito mis defensas. Me costó un poco mantener la compostura. ¿De que estaban hechos estos idols? Mientras más los mirabas, más bellos se veían.

*

Jimin se sentó en la única silla de la casa y miro a la chica, como si fuera un amigo de toda la vida. Emanaba una sensación de cercanía, a pesar de que era la primera vez que Catalina hablaba con él.

- ¿Tienes agua?- Pregunta, mientras busca con la mirada.

- Claro.- La chica saca una botella de la nevera y le sirve en un vaso.

- Muchas gracias.

- ¿Ahora me podrías decir a que se debe esta visita?

- Me moría de la curiosidad. Te quería conocer.

- Mira no sé con qué cuento habrá llegado Jungkook, pero mi casa no es un lugar de entrada y salida para niños del kpop.

- Eres mucho más hermosa de lo que nos dijo.- Se levanta y rodea a la chica mientras la mira de los pies a la cabeza.

- ¿Qué haces?- Perdiendo la calma.

- Nada, nuna.

*

No me había dicho nada inapropiado, pero su mirada era tan insinuante. Cada uno de sus movimientos era casi erótico.

¿Qué estaba buscando?

Jungkook claramente llego a casa a hablar de todas nuestras aventuras y ahora este niño cree que puede venir aquí en busca de un poco de diversión.

*

La chica se aleja molesta, después de llegar a la conclusión de cuáles eran las intenciones de Jimin.

- ¿Algún problema?- Pregunta coqueto. La joven tomo su celular y hace una llamada.

- No contesta.- Tira el teléfono sobre la cama.- Dile al niñito que mi casa no está abierta para cada capricho de él y de su banda.

- Nuna...

- Creo que es mejor que te vayas.

- ¿Estas segura?- Dijo mirándola con esa mirada única que tiene Jimin.

*

No estaba segura en lo absoluto. Era demasiado tentador. Si las miradas hablaran, la de Jimin gritaría sexo.

Tenía que tomar una decisión y rápido.     

Dime NunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora