Dime Nuna

11

La joven viaja a su nuevo hogar con una maleta, un bolso y una mochila. Mientras espera el tren algunas lagrimas se le escapan. 

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No me puedo arrepentir ahora. 

"Te amo", como si eso solucionara todo. 

*

Después de un par de semanas todo había vuelto a la normalidad. Catalina tenía un nuevo trabajo, un pequeño apartamento y había conseguido una oportunidad de ser profesora de baile en una academia, una vez por semana.

Con eso ya tenia permitido usar las sala de ensayo y no perder la practica. 

Cada cierto tiempo leía alguna noticia sobre premios o algún evento, de la banda,  y el rostro de su joven amante la llenaba de una nostalgia que reprimía con trabajo y baile.

Pasó el tiempo,dos años se fueron volando, la joven construyo un hogar y una vida. Había guardado en un pequeño baúl, en el fondo  de su corazón, todo sus recuerdos del idol que una vez la "amó"

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 Esta noche tengo que poner mi mejor rostro y llenarme de ganas, por que al fin tendré una cita a ciegas.  No quiero ir, pero mi jefa insistió que es el chico perfecto. 

Ha pasado bastante tiempo y tengo que intentarlo. He sido muy feliz enfocada en mi y mi carrera. Pero es tiempo de relajarme un poco y disfrutar.

Iré, sera corto y me relajaré. No tiene que ser perfecto, solo tengo que dar el primer paso, después todo sera mas sencillo. Hay que volver a las pistas.

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A pesar de no tener ningún interés en el hombre con el que tenia la cita. Catalina no podía evitar sentir nervios. Llevaba mucho tiempo sin ninguna interacción de índole romántica y ya no recordaba como actuar. 

Llego puntual con una vestido celeste no muy apegado al cuerpo, pero que sutilmente mostraba su espalda desnuda. Él estaba en una mesa al final de la sala, se notaba nervioso. Antes de acercarsele, paso al baño para mirarse al espejo. 

Al salir sintió una mano en su hombro que la empujo a través de una puerta. Estaba en algo que parecía ser la bodega del restauran. Cuando pudo reconocer quien la llevo a ese lugar, ya estaba siendo besada con pasión por él. 

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Sentir el calor de su respiración, sus labios sobre los míos, mientras sus manos se aventuraban bajo mi vestido, fue un golpe de lujuria insostenible. A pesar de que solo quería sentirlo dentro, lo detuve el seco. 

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- Suéltame.- Dice fría.- Si esperabas que estuviera dispuesta a todo cada vez que aparecieras, estas muy equivocado.- Se arregla el vestido y el maquillaje.- Estoy ocupada. 

- Sé que también lo deseas.- Dice poniendo el brazo en la pared para detener su camino.

- Madura, por favor.- Y pasa, para salir de la habitación.