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Todo su cuerpo estaba totalmente sumido en una trance de placer y lujuria. Entraron en el pequeño hogar y barrieron con todo a su paso. Una ráfaga de pasión inundo la sala, mientras el joven posicionaba a  Catalina sobre la mesa.

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Cuando me dejo encima del mueble, pensé que me iba a hacer suya en un segundo. Como la bestia indomable que solía ser. Pero para mi sorpresa lentamente se alejo para poder mirarme atentamente.

Ahí majestuoso y viril se relamía los labios. Mi cuerpo estaba en llamas, no podía esperar para sentirlo en mi.  Él sabía que lo deseaba y por eso estaba calmado. Lentamente se acerco y puso una de mis piernas en su hombro. Así recostada en la mesa sentí sus labios bajar desde mi tobillo hasta al muslo.  

*

Jungkook se hundió en la entrepierna de Catalina. Como un sediento naufrago que ha sido privado de agua por días. Los mágicos labios del chico lograron llevarla al climax tres veces seguidas. 

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Sentía que me iba a desvanecer. Era demasiado para mi, necesitaba tenerlo dentro y no había nada que fuera a detenerme. 

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Se levanta de la mesa y salta sobre el chico de manera salvaje he incontrolable. Lo derriba y ahí mismo, en el suelo, lo hace suyo. Lo monta como si fuera un caballo salvaje. Él simplemente se deja llevar. 

El vaivén de lujuria duro hasta el amanecer. Ambos sin energía yacían en el suelo, desnudos y sudados.  

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- ¿Quieres agua? - Dijo mientras usaba lo ultimo de sus fuerzas para ir a la cocina. 

-¿Por que volviste? - Dijo la joven con un semblante de hierro.

Dime NunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora