Dia de l l u v i a.

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Sky.

Contexto: ¡Esto es una locura!

Un día, mientras bajaba a desayunar, me encontré a Evan con la mirada perdida sentado en la isla de la cocina, tenía un tazón de cereal frente a él y se notaba que aún no le había dado ni un solo bocado.

— ¿Evan? — dije parándome del otro lado de la isla, llamando su atención. — estas...—

— ¡Sí, todo listo! Estoy listo para...— contesto de pronto, poniéndose rápidamente de pie sin dejarme terminar. — ¡Oh!... eres tú. — dijo apenado mientras volvía a relajar su postura regalándome una sonrisa forzada.

— ¿Evan estás bien? — finalicé mi pregunta mientras rodeaba la isla quedando frente a él.

— Sí... yo... es solo qué...mmm... a esta hora aún estoy un poco dormido. — contesto volviendo a tomar asiento.

— Evan son las 10 de la mañana, siempre te despiertas más temprano que todos y estás muy activo...— dije acercándome más a él. — Evan mírame... ¿En serio estás bien? — vi la duda en sus ojos, se debatía por dentro entre contestarme o no o quizás solo no sabía si contestarme con la verdad.

—¿Puedo decir que no? — preguntó finalmente y su mirada estrujo mi corazón.

—Di lo que sientas, no te cohíbas, no eres un robot Evan.

— ¿Podemos salir un momento?, quiero hablar contigo, pero no aquí.

— Claro, solo déjame buscar mi abrigo.

— Te espero en la puerta. — dijo poniéndose de pie.

— No, no, termine su cereal caballero — dije señalando el tazón de cereal que aún estaba sobre la isla. El río un poco volviendo a tomar asiento y tomando la cuchara. — ¡Como usted mande dama! — Lo escuche decir mientras subía por las escaleras en dirección a mi cuarto.

Minutos después de haberme puesto algo decente para salir, volví a bajar para encontrarme a Evan en la sala. Llevaba puesto un uniforme negro con detalles en verde y su cabello desordenado como siempre lucia un brillo muy hermoso.

— ¿Lista? — Pregunto al verme.

— Yo sí, pero tú no — dije señalándolo.

— ¿Disculpa? — dijo mientras bajaba su vista hacia su uniforme.

— No vamos a ir a una misión Evan, puedes permitirte vestir más relajado. — dije sentándome en el sofá. — Ve a cambiarte, yo te espero aquí.

Se fue entrando por el pasillo y luego de un rato salió vestido con un hoodie azul oscuro y unos jeans con varios bolsillos a los lados como los que Gian solía usar.

— ¿Ahora sí? — pregunto abriendo los brazos señalándome su nuevo vestuario.

— mmm...— Fingí pensar un momento mi decisión. — Es aceptable. — Dije fingiendo un tono de indiferencia.

— Definitivamente no sabes mentir. — dijo para luego caminar en dirección a la puerta mientras yo me reía por lo bajo.

¿Qué les puedo decir? nunca he sido buena mintiendo, simplemente no se me da.

A diferencia de mi padre.

— Y bien... ¿A dónde vamos ahora? — Pregunto Evan una vez estuvimos dentro de su auto.

No me esperaba la pregunta y al escucharla me di cuenta de que no tenía idea. Para mí parecía una eternidad desde la última vez que pude ser solo una joven normal que salía con sus amigas los sábados por la noche, ya he olvidado un poco lo que se siente.

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