Inmunity introduce al lector a una situación realista de holocausto e infección mundial, desde la perspectiva de James, un joven de dieciséis años que sobrevivió solo en la casa de sus padres durante el comienzo del holocausto, perdiendo toda forma...
Estuvimos refugiados todo este tiempo en el hospital Saint John, el brazo de Kate se recuperó por completo, recuperó completamente sus funciones motoras y logró disparar y soportar el retroceso de las armas en un tiempo sorprendentemente corto, yo esperaba que su brazo tardara más en soldarse.
Álex estuvo creando un mecanismo de hachas militares con cadenas
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Entre ambos ideamos un mecanismo que permite arrojar las hachas a una distancia aproximada de tres metros, de modo que las cadenas mismas retrajeran el hacha hacia la mano del usuario, las probamos y cambiamos muchas veces, hasta que finalmente, el mecanismo fue casi perfecto, pero por ser muy arriesgado usarlo con compañeros cerca, lo guardamos.
Pero alrededor de las 6:30 de la tarde del día 37 ocurrió lo siguiente
Éramos Brian, Álex, Kate y yo huyendo de una horda de infectados que superaba por mucho a nuestra cantidad de munición, hasta que logramos ponernos a cubierto, de modo que los infectados no nos encontraban, me mantuve vigilando hasta que la horda se dispersó, pero algo faltaba, o más bien, alguien...
-¿Dónde está Kate? –preguntó Brian
-Rayos... rayos, rayos y centellas... hay que encontrarla
-James, estamos muy cortos de munición, y el hospital está lejos
-¡Me importa la munición! –saqué mi cuchillo
-James... -apareció Kate
-¡Kate!
-¡Espera! No te acerques... me mordieron, esta vez va en serio... mira... la mordida todavía me sangra...
-¡Está infectada! –dijo Álex
-¿Sientes algo? –le pregunté
-No... pero en cualquier momento cambiaré...
-Escucha, te llevaremos al hospital, tal vez podamos hacer algo, no te dejaremos en vano...
-¿Vas a llevarme con los demás? James, voy a hacerme más fuerte, perderé toda mi conciencia y me volveré hostil y feroz... en pocos minutos...
-Escucha, Kate, cuando te encontré llorando en tu casa, fácilmente te habría abierto la garganta y te habría matado si hubieses hecho un movimiento en falso, pero ahora no, ahora sé que tu vida vale más que eso... ¿Dónde te mordieron?
-En el brazo izquierdo...
-Tu brazo operado es el otro...
-Sí, el derecho
-Bien, vamos
Tuvimos a Kate en observación con un juego completo de correas con la que la sujetamos a la cama en caso de que cambiara
