Lost~Min YoonGi~BTS

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Mis manos estan congeladas y no soporto el dolor de cabeza que sentí de a poco.

Volteo a mi alrededor y puedo ver que ya ha oscurecido gracias a las ventanas sin ninguna cortina puesta.

Mamá.

Trato de levantarme pero solo me quedo sentada pensando que excusa darle a mi madre para que no me mate; no sería una muy mala idea.

Luego recuerdo lo sucedido con YoonGi, el terrible sentimiento de temor y el desasosiego que me provocó su excesiva cercanía, sentía como mi cuerpo se tensaba y mi piel se erizaba. Me sentía desprotegida y expuesta, como un castigo por haber hecho algo malo.

Busco al susodicho por doquier pero no lo veo por ningún lado; me paro finalmente y me dispongo a salir del cuerto sin ningún tipo de advertencia para apresurarme e ir a mi casa.

Cuando estoy a punto de abrir la puerta principal, escucho unos pasos leves que me indican la presencia de alguien mas pero no volteo.

-¿Te vas sin decir nada?.-

Chisto y volteo lentamente, no quería encontrarlo ni enfrentarlo cara a cara.

-Lo siento.-Digo casi en susurro sin apartar la mirada del suelo, aún el picaporte en una de mis manos.

¿Qué hago?.

Decido inclinarme un poco para después salir de su casa con pasos acalorados, y entonces por fin cruzo la calle que daba al frente de su "hogar". Corro una vez más despavorida.

****

Después de mi esperada reprimenda, subo maldiciendo por lo bajo hacia mi cuarto, pues no podía decir nada sobre lo de YoonGi; estoy segura que mi madre sufriría 3 paros cardíacos en un segundo, y no creo que sea bueno eso debido a que le da uno cada que papá se acaba toda la despensa de la semana en un día.

Tomo mi cuaderno viejo y trato de leer cada oración, verso y palabra que he escrito durante 8 años para relajarme de todas y cada una de aquellas experiencias que he querido borrar de mi memoria; aún si logre comprender unos cuántos, es verdad que mi cerebro no daba para más, estoy exhausta, físicamente y emocionalmente.

"Caigo a pedazos brillando en la oscuridad,

Pedazos pequeños de poca humanidad,

con el trozo de rostro casi destrozado por completo,

pregunto a la Luna indiferente a mi dolor

¿Me llevarás de mi tormento?,

sin contestación, mi vista se posa en una flor,

flor única y sincera de la ya acabada primavera.

¿Cuándo morirás?

¿Queda un sedimento de alegría en mi?

y cuando la luna por fin me mira

la flor muere."

Dejo caer la libreta a un costado y miro a mi ventana, estiro mis piernas con cansancio y alcanzo a observar un avión por lo alto, en la negrura del cielo nocturno.

Me paro como puedo y me dirijo a ella, sintiendo cada vez más la frescura del viento, sintiendo como toca mi piel y hace que mi cabello tome un poco de movimiento, y aquí es cuando me llega a dominar la melancolía cada que dejaba mis pensamientos volar.

Mis ojos caen al suelo de afuera, y diviso pequeñas hojas marrones en el suelo, los arboles están desnudos y solo algunos roedores salen de su escondite de vez en cuando; no se encuentra ninguna flor, la temporada finalizó hace ya mucho.

La flor con la que debí haberme ido, y la Luna que cumpliría mi petición, desaparecieron.