20

26 4 0
                                    

Todo vuelve al principio si tienes la cobardía de dar pasos atrás por miedo.

Mi conciencia se volvio débil desde hace mucho y mis emociones se dispararon convirtiendose en un completo enigma tortuoso.
Ya nada podía hacerme ver más allá de la tristeza y la frustración.
Todo lo que quería era ser una persona como las demás; reír, cantar, escuchar y comprender a los ajenos como iguales.

"Te presto mis ojos, mi corazón y te regalo mi vida, pero por favor, no te dejes caer."

Perdón por dejarme ir.

                               ***
Desperté adolorida y un dolor punzante en la cabeza no me dejaba pensar con claridad. Me levante a medias para observar a mi alrededor y averiguar qué había pasado conmigo después de aquel tormento. El amanecer estaba rojizo, con el viento cálido y lento, el paisaje era desalentador, putrefacto y asqueroso.
Estaba en un basurero.

Y lloré.

Sentía como el espacio en el que me encontraba se hacía cada vez más pequeño, mis latidos se dispararon, no me quedaba otra que huir de la realidad y tapar mi cabeza arrancandome cabellos mientras gritaba hasta que mis cuerdas vocales se rompieran.

Lo que para mí fueron horas, en realidad fueron segundos.
Una persona llegó detrás mío, o delante, nunca supe.

Tomó mis manos con firmeza con las suyas mientras me susurraba con desespero que me calmara, que todo estaba bien, que no me preocupara, que el peligro se esfumó.

No sabía que solo estaba comenzando.

Respiraba ondo y exalaba entrecortada, el liquido salado disminuía con lentitud y el pecho se undia cada vez más, por fin pude sentirme mejor mientras hacía un recuento de los sucesos.

Su voz no hizo presencia en mucho tiempo, yo seguía indicaciones en silencio pues ya no tenía fuerzas para algún acto de rebeldía, quería desvanecerme, morir tal vez.

Llegamos a un tejaban descuidado dentro del enorme basurero, olía igual de mal que afuera, pero al menos tenía una amaca en la que podía recostarme de una manera más cómoda que el suelo. Mientras yacía en la amaca, miraba a YoonGi con recelo, cuidando de no  ser sorprendida, su aura inspiraba terror, no deseaba encontrarme con él mounstro que era en el interior, en el exterior.

Tomo de una maleta negra una botella de agua nueva, la abrió de tal manera brusca que se desparramo un poco del líquido sobre sus manos callosas, se dirigió a mi, se sentó, y la alzó justo en mi cara, dando a entender que la tomara, cosa que no me negué a hacer.

El dolor de cabeza se hizo más leve, pero no desapareció, me sentía irritada y sucia, tenía frío y estaba incómoda, todo eso provocó que no pudiera conciliar el sueño, así que preferí solo hundirme en mi miseria; admiré mi alrededor una vez más, peor yo sabía que lo hacía para intentar disuadir la mirada frívola de YoonGi. Él tenía su atención puesta en mi, en mi cuerpo, en mi semblante; todo.

Me arriesgue y voltee a hacerle "competencia", y debo decir que no me arrepiento de nada.
Era misterioso, callado, serio, una bestia en reposo que contemplaba a su presa, dibujando su plan minuciosamente, era todo lo que nunca había visto en un ser humano real. Era un hombre desconocido, un hombre imponente con miedo a nada, aún sin domar y listo para morir en cualquier momento.

Fue mi primera reacción en paz, pero no sabía que pensaba él, al menos, esa mañana no.

Lost~Min YoonGi~BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora