Lost~Min YoonGi~BTS

12

Leo tranquilamente mientras la casa es un pequeño caos; papá no deja de dar vueltas organizando las cosas en el auto y mamá no deja de ver cómo encontrar el lugar perfecto para que sus dos perros: Lily y Moly estén comodas en el asiento trasero, justo al lado de mi.

-¡Yang Mi!, ¡ya metete al auto!.-Mamá gritando desde afuera de mi cuarto como siempre, sabe que uso mis audífonos aún no haya ruido.

Sin respuesta, solo me levanto y llevo mi libro junto con mi celular en la mano directo al primer piso, serena pues no creo necesario tanto barullo, abro lentamente la puerta del carro cuando me doy cuenta que mamá puso a las perras en mi asiento, y que si no hubiera hecho mis movimientos de tortuga las habría matado al sentarme. Sin rodeos más que el darme la vuelta para sentarme al lado izquierdo vuelvo a darme cuenta que no sería la única humana atrás, dio la casualidad de encontrar a Ji Hoon viéndome de manera inocente mientras se hacía a un lado para dejarme un poco de espacio, y eso me dejo bastante confundida y rara.

-¿Qué haces aquí?.-Le mire extrañada.

-Soy tu acompañante, tu guardaespaldas prácticamente.-Sonrie victorioso.

Mientras me encontraba plasmada mama me roba la palabra.-Olvidé decirte, Ji Hoon no tenía nada que hacer estos dos días libres, así que lo invite a acompañarlos. - No, no debio.-es adorable, no es así ?.-

Volteo de nuevo a verlo a él y me dedica una sonrisa tierna, demasiado tarde para correrlo.

-Vete más para haya, no me dejan espacio.- Voy acercandome hasta poder tener un lugar y Ji Hoon termina apretado, no tenia opción, no tiene caso un berrinche para que se fuera.

Se supone que el viaje era de 3 horas aproximadamente, pero dio la casualidad de que papá olvidó hecharle gasolina al motor, y tuvimos que hacer una parada forzosa en una gasolinera en medio de pocos locales, se veía peligroso.

La oscuridad se adueño del paisaje y el hambre termino venciéndonos, y entre los establecimientos alejados hubo uno de artículos variados al que vimos como buena opción; Mi madre decidio junto con Ji Hoon mandarme a mí por los alimentos procesados ya que era la única que no hacía nada mas que escuchar música.

Me salí del auto con fatiga para dirigirme a dicho lugar no sin antes guardar mi celular en el bolsillo trasero por si quieren algo extra; miro a mis alrededores y me percato que no hay ni 8 casas cerca, y que lo que más abunda son los pastizales ya secos por el terrible sol; odio el sol.

Entro tranquilamente y noto que la fila se limita a 3 señores y un grupo de jóvenes mal vestidos con pinta de ladrones, genial. Escojo lo encomendado: Un emparedado, unas frituras, algunos chocolates y un refresco para los 4, y como olvidar las croquetas para las cachorras, que después obligare a Ji Hoon a limpiar sus heces por haber venido.

El grupo de vagos ríen por lo alto y hacen chistes de muy mal gusto mientras estan en el área de alcohol, se acercan dándose empujones a la caja registradora y notan mi presencia, lo peor que me podría pasar.

Se hacen en medio círculo y cuchichean al darme miradas fugases, trato de distraer mi mente viendo los anaqueles o el sabor de los condones, pero uno de ellos lo nota y da una carcajada con unos ojos que denotan un montón de cosas asquerosas y vuelve a decir algo en susurros, y al cabo de unos segundos, las bromas cesan para dar un cambio drástico a seriedad, pero siguen teniéndome en la mira, ahora la incomodidad se va por temor.

Trato de actuar normal mientras el cajero me atiende pero mi nerviosismo aumenta a niveles escandalosos, quiero correr pero no puedo reaccionar sin un peligro obvio, pero mierda, este es un peligro bastante obvio, y nada.

Salgo dando sancadas estruendosas para dar la vuelta he irme al auto, siento que me siguen pero no veo nada, siento sus miradas, pero la penumbra y los pocos faroles me dejan demasiado a la imaginación.

Me tranquilizo un poco y me detengo, fue demasiado para mí; reviso el celular y encuentro que son las 11:32 p.m., sin ninguna llamada ni mensajes de mis acompañantes. En esto, escucho el crujir de una rama muy cerca de mí, volteo bruscamente y veo a los mismos chicos ahora acercándose violentamente, y para sorpresa de todos, mis piernas reaccionan a la velocidad de la luz.