Lost~Min YoonGi~BTS

19

Ni siquiera tuve una oportunidad de despertarme bien del sueño profundo, y para ser honesta, hubiera preferido no haberlo hecho nunca.

Pude sentir un olor pútrido a mi alrededor. Mis oídos dolían y mi cabeza ardía en llamas. Todo cobró sentido cuando mis ojos se abrieron; unos hombres estaban alrededor mío con sed de venganza.

Sentí sus miradas encarnizadas mientras sus manos sostenían con recelo unos bates de fierro oxidados, mi cuerpo entero se mantuvo enredado con ira a unas cuerdas que picaban mi piel, era terrible, simplemente terrible.

Mis ojos cuajaron y mis mejillas se enrojecieron en su totalidad; aún me hallaba tirada en el piso con apenas movilidad, ni siquiera pude pensar en nada más que mi muerte tortuosa, y en las tristezas que me llevaría cargando pesadamente.

Mis sentidos comenzaban a estimularse a ritmos desproporcionados mientras me movía desenfrenadamente, pero ni siquiera pude llegar a un pequeño infarto pues un hombre de capucha negra llegó a no se que, pero había hecho que los antagonistas se retorcieran ante su presencia; ¿quién era?.

-Ey, ¿viniste a darle su merecido también, Min.?-

Sus sonrisas se desvanecieron para convertirse en semblantes huecos en cuanto el sujeto les señalo con el dedo que se fueran, había hechado a perder sus planes.

-Ni creas que trajimos a la perra para nada, es nuestro momento, únete.-animo el cabello cenizo, pero este ni siquiera se inmuta, el aire se pone tenso.

-Me importa una mierda tu opinión, de todos modos la vamos a matar hoy.-

Dicho esto, el hombre levanta el bate en dirección mía, suplico piedad y me retuerzo con desespero, pero no logra darme ni un rozo, pues el encapuchado dispara sin titubear ni un segundo a su cabeza.

Cae muerto a mi costado.

Grito con horror al ver la escena despiadada frente a mis ojos, miran al asesino airados y ahora su atención se posa a él, con los bates arriba listos para atacarlo, pero él ni siquiera duda en poner su arma de fuego en marcha por segunda ocasión, es un mounstro, un mounstro peor que yo sin lugar a dudas.

Les arrebato la vida a varias personas, sin embargo falta una más: yo.

Lo único que pude hacer fue cerrar mis parpados forzosamente para no tener que quedar traumada de por vida, más de lo que ya había estado. Aún así, no pude saber en demasía, pues me desmayé en cuanto escuche el segundo tiro.