- Cap 3 -

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Sus pasos se confundían con las leves gotas que conformaban los grandes charcos de muchas partes, evitó pisarlas al igual que algunas goteras que escupían sin sutileza el agua esperando adherirse a alguien que pasara desapercibido a su lado.

A su compás llegó a un pequeño puesto bastante colorido, decidiendo por entrar y poder perder algo de tiempo antes de llegar a su prisión. Empujó la entrada y directamente sus fosas nasales saborearon el delicioso y delicado olor a pastel, casi se podía adivinar cual magnifico llegaría a ser.

Pidió su orden y una vez fue entregada se sentó en el centro, lugar donde estaba seguro llegaba el ambientado aire que le transmitía una calma interior, sentiendose acogido por algo desconocido, tan parecido a aquel ser que fue tan bondadoso de extenderle una mano aquella solitaria noche.

Sacó un pequeño cuadernillo y una pluma, centrándose en el aspecto de él, comenzando a emitir el sonido que acompaño los trazos rápidos tatuando en aquellas hojas blancas un recuerdo que parecía esfumarse en segundos.
Su mente tan enmismada en recordar no lo hizo sentirse observado por unos curiosos ojos ambar, que analizaban con detenimiento al 'extraño sujeto'.
Pagando momentos después marchándose del lugar sin expresión alguna.

Al ya no saber que otra cosa apuntar, guardó en su bolsillo sus pequeños utensilios, comiendo con tranquilidad su pequeño almuerzo.

Por que ahí nadie gritaba, no había un padre exigiéndole ser masculino, tampoco una sociedad que imponía seguir una serie de reglas a cada sexo.
Era relajante, un pequeño escape de esa realidad que sentía lejana, un lugar donde con sólo entrar parecía que los problemas cotidianos se guardaban en una caja momentánea. Permitiéndole invadir su mente de algunos otros asuntos sin tanta relevancia, como el que surcaba con una duda enorme.

Piel pálida, una mata de cabellos color mora largos, unos ojos carmín profundos y una ropa casual eran parte del propietario que le intrigaba bastante desde hace dos días. Sinceramente parecía un ángel, una pequeña chispa de salvación a todo lo que siempre deseó cambiar, pero necesitaba conocerlo, quería saber como...

¿Se podía vivir sin tener que seguir unos estereotipos tan estúpidos?

¿Había algún camino a la salvación antes de que cayera a la locura que lo inundaba en su casa?

¿Es que siempre hubo forma de vivir diferente a la que conocía?

¿Por qué donde le tocó estar tenía que ser un asqueroso basurero?

Sujetó su cabeza entre sus manos, apaciguando la tormenta de dudas que se mezclaban entre sí. Cerró sus ojos un instante e inhaló un poco del aire que salía de su chocolate, ayudándole a componer la postura seguido de darle un pesado trago, sintiendo el como su espesor surcaba desde su garganta hasta llegar al estómago. Haciéndole sentir bien.

Cuando salió de aquel sitio,  intento prolongar su llegada a casa, más el recuerdo de esa estricta amenaza le evitó pensar en otra escapatoria, entró y como esperaba, su padre se encontraba de pie dispuesto a cumplir su promesa. Lo llevó a una de las pequeñas habitaciones poniéndole una pequeña rutina de estiramiento, sentadillas, abdominales, lagartijas y levantamiento de pesas, las cuales irían aumentando conforme los días al igual que su dificultad. 

ÉL le grito, remarcó sus defectos, insultó, despreció, exigió y demás en un corto lapso de horas seguidas sin descanso, con el pretexto de que era recuperar el tiempo perdido. 

No es necesario decir que quedo sudoroso, sin energías, con algo de dolor, anhelando poder tomar una ducha y descansar. Pero no podría ya que sus deberes se retrasaron gracias a ello.

Mientras él viejo fue por otros cartones de cerveza,  el tuvo que enjuagarse la cara y lavarse las manos, dispuesto a preparar una comida que no llevará mucho tiempo:
Una sopa casera y trocitos de carne en chile, como siempre debía tener.

Preparó tres platos, dos de ellos los guardó y el último casi lo avienta en la rayada mesa desgastada, sin importarle sí podía enfriarse su contenido. Llevó uno de los platos a su cuarto dejándolo en su mesa de noche, para posteriormente tomar su ducha.

Sé deshizo de sus ropas, abrió la llave y se introdujo en la regadera mojando su cuerpo, sin ninguna prisa en absoluto, cuando su mente pegada a un sólo recuerdo le reprodujo la misma sintonía de esa noche,  creándose nuevos cuestionamientos de los que no tenía respuesta específica... Pero que con seguridad sabía que él podría dársela.

... Esperaba volver a verlo pronto ...

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Homofobia  ∆BonxBonnie∆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora