- Cap 9 -

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No habían pasado ni veinticuatro horas y el peliazul a la mañana siguiente, precisamente desde que se levantó hasta en la misma escuela se sentía más distraído de lo normal. ¿Qué le pasaba? No lo podía describir con exactitud, era como aquellas veces que por falta de sueño uno suele no prestar atención.

Aún si intentaba con todas sus fuerzas entender lo que sucedía en las clases o a su alrededor prontamente sus pensamientos cambiaban de un tema a otro y al final terminaba por pensar en el pelimorado. Frustado sacudió su cabeza con demasiada fuerza a los lados una vez más, como si el mero acto alejara sus distracciones de su mente. Lo habían sacado de clase por no prestar atención a las explicaciones del profesor.

-Ahora entiendo porque Meg se molesta conmigo al distraerme- balbuceo dejando caer su cabeza hacia enfrente, donde algunos cabellos caían con libertad -Me he perdido la firma del dia de hoy... ¡Ah! ¡Y yo que me había esmerado en hacer bien la tarea!- se renegó a si mismo frunciendo con tristeza el rostro -Muy bien hecho Bon, pero tenías que seguir pensando... en él- su voz poco a poco se redujo a solo aire sin sentido sintiendo nuevamente el enrojecer de sus mejillas, las cuales tocó ligeramente con las llemas de sus dedos sorprendido, mo entendía del todo porque su cara enrojecia con aquel pensamiento.

-Ni modo, soy un caso perdido- siseo sin sentido recargandose en la pared cerca de la puerta de su salón con la mirada clavada en piso perdiendose nuevamente entre sus pensamientos. Dejandose caer lentamente hasta quedar sentado en el suelo.

-¿Bon? ¿Te encuentras bien?- preguntó una chica rubia una vez salió del salón al ver a su amigo con las piernas dobladas hacia su pecho y ocultando su cabeza entre sus rodillas sin hacer ningún movimiento, lo que institivamente provocó que sus amigas se preocuparán.

-¿Ah? ¡Joy! ¡Meg! ¿Qué hacen afuera a esta hora?- les preguntó una vez alzó la cabeza y encontró a ambas chicas mirandolo con extrañeza.

-Ir a desayunar, Bon, ya pasan de las diez- respondió la peliblanca extendiendo una mano al chico, que aceptó la ayuda sin pensar.

-¿En... en serio?- cuestionó con sorpresa -lo... lo siento- nervioso pasó una de sus manos por su nuca.

-¿Te encuentras bien Bon?- preguntó la de mecha rosada observando a su amigo mientras comenzaban a caminar hacia la cafetería

-Sólo me cuesta prestar atención, más que otras veces- respondió con vergüenza, obteniendo un asentimiento por parte de la lider que no se veía muy convencida ante tal incompleta respuesta, pero que al ver que el chico no indagaria en el asunto decidió por no insistir.

De todos modos ¿Quién le podía explicar el sentimiento que le causaba aquel extraño chico?

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-¿Vas a venir? ¿O tengo que esperar a que se te de la gana hacerlo?- le reclamaron con euforia minutos después de haber llegado a casa, definitivamente Él no estaba de buen humor, como siempre pasaba -¡Ciento cincuenta ejercicios para antes de las cuatro! ¿Me escuchas idiota? ¡Porque si no serán doscientos!- gritó el regordete hombre mientras tomaba con más fuerza la playera del chico atrayendolo para que escuchara su orden -¡Y te me quitas tus arreglos de señorita! Pareces todo un marica- terminó diciendo con repudio, soltandolo con brusquedad mientras lo miraba con asco haciendo que el peliazul solo diera un par de pasos en retroceso

Sólo le quedó suspirar, tragandose las repentinas ganas de llorar que le causaban gracias al desprecio de las palabras de su padre. Tomó todo el aire que pudo y comenzó a posicionarse para empezar a hacer lo que le habían ordenado, resignandose a que al día siguiente tendría un horrible dolor corporal por el exceso de ejercicios que el hombre demandaba.

Poco a poco su cuerpo comenzaba a doler, pidiendo un momento de descanso que sabía no tenía el lujo de darse, así con todas sus fuerzas se sobre esforzó para terminar con rapidez con el tormento. Su cara se sentía caliente, el sudor escurría por su frente y el dolor que sentía eran las consecuencias de hacer más de lo que podía en un corto lapso de tiempo.

Así al perder la cuenta de lo que llevaba su cuerpo colapso y sólo cayó de abrupto de cara contra en el piso, sólo para jadear con fuerza el necesitado aire y al fin tener el descanso que necesitaba dejando de tener movilidad en las extremidades que pudo sentir comenenzaban a palpitar y cosquillear.

-¡Sigues siendo un inútil!- exclamó el hombre frente a él enojado, el cual posiblemente fruncia el seño con desagrado pero que al estar como se encontraba no lograba distinguir más allá de sus tenis engrasados -Aposté demasiado por ti, así que más te vale ganar la otra estúpida pelea contra esa bola de idiotas o lo pagarás muy caro- sentenció señalandolo acusadoramente con un dedo exhibiendo las arrugas de su frente ante lo deformado que estaba su rostro al pensar en la posibilidad de perder el dinero que apostó hacia el triunfo de su hijo, pero que esos precisos momentos le hacia arrepentirse por no hacerlo en favor del contrincante -Hoy no cenas- aclaró para dar la vuelta, ir al refrigerador por unas cervezas y regresar al sillón donde se dejó caer con enfado.

Bon sólo pudo escuchar sonido de la lata al abrirse, escuchar como sorbian el contenido de esta y el eruptar ruidoso que emitió sin vergüenza el mayor, provocando que sintiera el estómago revolviendose del asco. Odiaba el comportamiento de su padre en ese tipo de cosas.

Prontamente se quejó al obligar a sus brazos y piernas a moverse un poco más para levantarse, cosa que logró a duras penas. Una vez estuvo de pie su cuerpo se pegó a alguna de las paredes cercanas.

Sus ojos se llenaron de lágrimas ante el dolor, su mente solo tenía el pensamiento de llegar a su cama para poder recostarse y dejar a su cuerpo descansar. Por ello el transcurso de los minutos en llegar a su cuarto parecieron eternos, pero fue reconfortante el dejarse caer entre las suaves sábanas que poseía el colchón en el cual durmió institivamente después de unos segundos.

No le importaba mucho si el sudor aún empapaba su rostro, mucho menos si su ropa estaba sucia, ni siquiera el "castigo" que recibió por parte de "Él", después de todo ya estaba acostumbrado a no comer algunas veces después de llegara casa. El poder descansar era lo único que importaba en ese momento.

-Bonnie..- fue lo único que su mente pensó segundos antes de caer rendido ante el sueño

¿Por qué ese chico estaba siendo tan importante para él?

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El día siguiente no se presentó a la escuela, sus músculos dolían ante cualquier movimiento que hiciera de más. Y aunque quisiera levantarse e irse de su casa, las ganas sólo podía guardarlas en sus pensamientos, porque sabía bien que su cuerpo no cooperaria.

-¿Te la tomaste? - preguntó la femina a su lado

-Sí- respondió con calma, agradecido de la preocupación de su amiga -Gracias-

-Estaré para lo que necesites- fue lo último que la morena dijo después de dar un pequeño beso en la mejilla del moreno y mirarlo preocupada por como se veia, saliendo de su cuarto para que el chico descansara

Ella se encargaría de los deberes antes de que su padre lo quiera obligar a hacerlos sin importarle el estado del peliazul.

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Bon comenzará a descubrir sus nuevos sentimientos de a poco uwu

La próxima parte tal vez sea sobre Bonnie!

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Homofobia  ∆BonxBonnie∆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora