- Cap 19 -

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Un par de semanas habían pasado, y Bonnie no podía sentirse más orgulloso de cómo había avanzado.

-¿De verdad crees que voy mejorando?- preguntó el pelimorado buscando creer en las palabras que le había dicho el alto chico a su lado

-Ya te lo dije ¿O es que no crees en las palabras de tu mejor amigo?- le respondió Fox, con un tono burlesco en el que buscaba hacerse el ofendido.

Obtuvo un resoplido de respuesta y con sus pálidas manos tomó sus cabellos y los juntó en una coleta, haciendo que incluso un par de ellos se enredaran entre la liga, más eso no importaba, no en ese momento -Muy bien, estoy listo- susurró a la par que asiente al otro, indicando el inicio de otro día de entrenamiento.

Un entrenamiento que pasó a otro nivel, puesto que ya no había que correr por horas alrededor de ese típico parque para mejorar su resistencia, la cuál había mejorado. Por ello mismo es que se encontraban en la casa de el pelirrojo, en la parte trasera donde nadie podría interrumpirlos; él estaba con una camisa de tirantes muy ligera al igual que un par de shorts deportivos y el dueño de la casa vestía casi igual, con la diferencia de llevar una gorra puesta como si se tomara muy a pecho la apariencia de ser un entrenador.

Y en poco tiempo Bonnie estaba golpeando un saco viejo que aparentaba ser uno de box, hecho de forma casera pero que cumplía con su objetivo y que, mientras sus manos lo tocaban cada vez que le daba un golpe podía notar como empezaba a dejar de sentir sus dedos. Más no le importó, él sabía que era posible que su piel se viera magullada en algún punto, pero el éxtasis en sus venas hacía que cualquier pensamiento de como pudieran quedar sus manos fuera nulo.

-Para mañana compraré un par de vendajes- dijo el chico de gran altura después de detenerlo al notar las ansias con el que el otro golpeaba como si quisiera quebrarse un dedo.

Y aún si no fue tan exagerado como pareció, sus dedos blancos resaltaban un fuerte color rojo, que ante la propia perspectiva de el de cabellos morados, también palpitaban y emanaban calor. Aspecto que lo hizo asentir con la cabeza a modo de estar de acuerdo que necesitaría de esas vendas.

- Entonces, ¿Seguimos? - preguntó pasados un par de segundos, con los ojos llenos de ansias por continuar.

- Seguimos - le respondió el más alto, con una sonrisa ladina cómplice de la emoción que su mejor amigo expedía por mejorar - esta vez sin pausas - aclaró, con una voz burlona medio seria con la que le gustaba retarlo, según él, para animarlo a seguir.

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- Buenas - saludó Bonnie después de entrar a la casa de su amigo y cerrar la puerta detrás de él.

- ¿Enano? - cuestionó una voz que se acercaba a cada paso, hasta recibirlo en la entrada - Llegaste muy pronto - dijo, después de voltear a ver el reloj en la pared para afirmar que el tiempo no se le había ido volando -ni siquiera me has dejado comer, me halaga que tengas tantas ganas de verme -

- Parece que tu humor no se te quita ni en la mañana- se alejó de la puerta para pasar de largo al otro, con intenciones de ir a la pequeña cocina.

No lo había notado bien, pero una vez se acercó, un delicioso aroma llegó a su nariz. Uno que lo hizo soltar una pequeña exclamación de aprobación.

-Me sorprende que no hayas quemado la cocina- fue lo primero que dijo después de buscar con la mirada la olla en la que Fox estaba preparando la comida

-Solo tienes envidia de mi talento culinario- le respondió con una sonrisa triunfante, mientras movía con una cuchara su contenido para acto seguido apagar la estufa -ve a sentarte, ahora te llevo un plato- avisó, con su atención plena en comenzar a servir.

Queriendo ayudarle un poco, antes de hacerle caso Bonnie fue por un par de cucharas y vasos para llevarlos a la mesa. Y cuando ambos pudieron sentarse a comer, el pelimorado no evitó comentar lo delicioso que le parecía, cosa que enorgulleció al otro.

- Por cierto ¿recuerdas la tarea que dejó la profe de mate? Necesito que me la pases - comentó Fox, como quien recuerda algo importante de la nada.

- Sí, pero como es para ti diré que no -

- Seguro, ya te la quitaré mañana en clase - dijo, sabiendo que Bonnie no le pondría pero.

Así, prosiguieron con la merienda, en la que Bonnie comenzó a contarle como últimamente había estado visitando a Bon, lo que hacían y lo divertido que encontraba algunos momentos, en los que mientras hablaba no podía evitar soltar alguna carcajada. Y sin decir nada, Fox solo ponía su atención en lo que su amigo tenía por decir, con una sonrisa sincera en el rostro, contento de escuchar las divertidas anécdotas que le contaba.

El momento pasó a risas cuando Bonnie casi se ahoga en el proceso.


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Capitulo corto y tal vez no tan bueno, una disculpa por eso

Estoy en un limbo donde quiero terminar esta historia, pero estoy en un bloqueo cuando intento escribir, ug

Palabras: 875

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⏰ Última actualización: Jan 29, 2023 ⏰

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