- Cap 4 -

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Dudas.

Dudas eran las que surcaban y provocaban más ansias de las que estaba acostumbrado a sentir.

¿Pero cómo no sentir ansias si estaba sobre pensando todo?

Se creía en su sueño, o una fantasía cuando menos. Pero todo acababa cuando caía de nuevo en la ruda realidad.
Realidad que detestaba con todas sus fuerzas.

Su cuerpo últimamente estaba cansado, le dolía moverse con exceso. No lo soportaba. Sentía que podría desmayarse en cualquier momento, pero a ÉL no le gustaba esperar demasiado, tanto que fue a su cuarto y casi rompiendo su puerta de madera, lo tomó de su oreja derecha, jalandolo con brusquedad lo obligó a pararse con dolor.

Siguiendo a torpes pasos los pesados de su padre, este lo aventó con fuerza haciendo que Bon cayese de imprevisto al suelo.

-¿Cual es tu estúpido problema?- preguntó el mayor con cólera, sin dejar a que el chico entendiera su propósito -Hace ya varios minutos debías estar aquí en lugar de tu maldita habitación. ¿O es que acaso crees que tienes el lujo de descansar cuando eres demasiado débil?- gritó con enojo remarcado en su cara -Ahora parate y ponte a hacer los malditos ejercicios, que no descansaras hasta que te vea llorando de dolor- sentenció frunciendo la frente

Bon al verse pequeño ante la gran sombra de su padre sólo suspiró, se puso de pie y sin rechistar obedeció a su padre.

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-creo que está exagerando, al menos debería dejarte descansar un poco- dijo la rubia sentada frente a él. Ambos estaban almorzando en una pequeña banca.

-no deja de decirme que soy débil, quiere que tan pronto como "este listo" vuelva a las peleas callejeras- remarcó con sus dedos las comillas mientras rodaba los ojos, para después depositar la mirada en su almuerzo -nunca dejaré de ser un inútil para ÉL-

-Bon- susurró la rubia, posando su mano en la del moreno -No será eterno, ya falta poco para que todo pase. Yo lo sé-

-ya falta poco... Cuanto deseo que pase ya- exhaló con la cabeza hacía atrás, dándole una linda vista al colorido cielo arriba de ellos.

Su mirada parecía triste a la perspectiva de su amiga, quien no dijo nada por un par de segundos. Pero que al tener algo en mente, convenció al ojiverde de distraer su mente un poco.
Así que tomaron ambas mochilas y salieron de la escuela con calma.

–Joy... No deberíamos faltar a clases–

–No deberíamos, pero una sola falta no te hará daño. Sólo será por esta vez– ínsito con la esperanza de una respuesta positiva, más ver la cara insegura del moreno le daba a entender que no podía esperar un 'sí'

–Mi padre muy pocas veces sale... ¿Y si nos ve? No se que haré... No tendré un lindo día– murmuró con angustia sin prestar atención en que seguían alejándose de las puertas de entrada

Mientras que para algunos podía sonar extraña tanta preocupación por parte del moreno, para él era distinto. Al saber las situaciones estrictas a las que era sometido nunca se había planteado en lo más mínimo desobedecer cualquiera de ellas, ya que sabía, tendría un castigo nada sencillo por el que pagar.

–vamos Bon, prometo que si lo llego a ver tan siquiera de lejos te avisaré y nos iremos–

–aún no lo sé, nunca me había saltado una clase–

–descuida, yo mantendré todo en control. Dije que nos vamos a divertir y lo haremos– finalizó entusiasta, sin la oportunidad de que su compañero pudiera quejarse.

–sólo por esta vez– repitió Bon en murmuro, buscando convencerse de sus palabras y no seguir con "el mal sabor de boca" en todo el camino.

Vaya sorpresa se había llevado al ver el local con maquinas de juegos en su interior. Mucho mayor al notar que no estaba muy lejos de la escuela, pero no se culpaba, no lo dejaban salir mucho de casa.

–estuve ahorrando bastantes monedas para poder venir. Así que podemos estar un largo rato aquí – comento Joy mientras sacaba de su mochila un pequeño saco bastante pesado –¿hay alguno que te llame la atención? – pregunto dirigiendo su vista a su amigo. Quien miraba aun sorprendido a su alrededor.

–no... No lo sé, todos se ven tan llamativos que no creo poder decidir. ¿A ti cual te gustaría?– ahora quien miraba a los alrededores era la rubia, en busca de alguna maquina que se viera lo suficientemente entretenida.

–si mal no recuerdo hay unas motos más cerca– dijo únicamente para adentrarse al local

–¡espera!– dijo en voz alta intentando seguir a su amiga entre el cumulo de personas en el lugar –¿como que hay motos aquí...?– notó que realmente había lo que su amiga dijo, solo que estas eran parte del juego.

–me refería a estas, no a unas de verdad– río ante la ingenuidad del moreno, para después subirse a una –subete en la otra, veamos quien alcanza el primer lugar– retó ofreciendo una moneda al chico.

Al insertar ambas monedas a la máquina, escogieron la pista que más les llamaba la atención a cada quien. Contaron hasta 3 al unisono unos segundos antes de comenzar su pequeña carrera.

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–el triunfo es para mi– grito el moreno feliz de saberse como ganador en la carrera

–era obvio que ganarías desde que escogiste la pista más pequeña– reclamo en tono de broma la chica de ojos azules –a demás, te movías muy raro en cada vuelta– término por reír

–¡oye! No hay que fijarnos en los errores. Lo importante es que gané – se señalo con gracia –pero, dejando eso de lado ¿hay algún otro juego así de genial donde nos podamos subir?– pregunto con emoción

–¡disparos!– le susurro momentos después de pensar en algún juego, tomando del brazo a su amigo y correr por el local

No tuvieron que esperar tanto tiempo para tener su turno en aquel maravilloso juego.
Y una vez pudieron tomar las pistolas de juguete entre sus manos se sonrieron con emoción para ir disparando a los enormes bichos mutantes que aparecían en la mediana pantalla frente a ellos.

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Cuando ambos salieron del local, no paraban de reír y rememorar las mejores partes que les sucedieron en todo su alocado día.

Y por una vez en tanto tiempo, Bon se sintió demasiado agradecido con la compañía de su amiga Joy.



Homofobia  ∆BonxBonnie∆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora