- Cap 7 -

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Una vez cerró con cautela la puerta principal de su casa, corrió con toda la fuerzas que sus piernas le daban para llegar al parque. Comenzando a agitar su respiración con cada zancada que daba dejando grandes tramos de acera detrás de él.
Su corazón también comenzó a palpitar, más sabía que no era por estar corriendo, sino que, era debido a los nervios.

Había tenido una extraña idea y esperaba que fuera correcta.

Sólo esperaba que fuera la hora que marcaba la hoja, ver el oscuro cielo estrellado sólo le hacia saber que era de noche, pero sin dar más ayuda de la que necesitaba.

Poco a poco visualizó la entrada del parque, por lo que se agarró de alguno de los barrotes pintados de negro que tenía alrededor en un intento de detenerse. Jadeo de nuevo acomodando con sus manos su alborotado cabello con mechones disparatados y una vez sintió que todo estaba en su lugar empezó a caminar a las internas del lugar.

Su cabeza se movía de lado a lado buscando a la persona que esperaba encontrarse, y como si hubiera sido una suplica, en medio de su camino en un pequeño puente de piedras que se encontraba para no perturbar el fluir del agua debajo de el, se encontraba alguien a sus espaldas sentado en la orilla donde la luz de los faroles no llegaba a molestarlo, pero que igual lo dejaba distinguir ciertas cosas de su silueta, como aquellos cabellos morados que se movían ante el poco aire que soplaba libremente al mismo compás que una verde bufanda rodeando su cuello.

Volvió a caminar despacio, más el sonido de sus pasos resonaron por el tranquilo ambiente, haciendo que quien se encontraba sentado volteara hacia el origen del sonido, deteniendo el caminar del peliazul abruptamente.

Fue ahí cuando sus miradas jade y rubí se encontraron nuevamente, una con sorpresa y otra con emoción.
Al igual que un par de sonrisas.

Cuando la mano del chico en el puente se alzó, le comunicó que se acercará a él. Lo cual obedeció de inmediato sin rechistar.

Más al estar cerca nuevamente, el peliazul se vio incapaz de decir algo, ni siquiera de alzar la mirada, que se mantuvo en sus manos todo el trayecto.

–Me alegra volver a verte– pronunció la calmada voz de su acompañante, que postró su pálida mano en su hombro. Acto que lo hizo subir la mirada para encontrarse con la grata sonrisa blanquecina del chico.

Y con firmeza, sólo respondió con el movimiento de su cabeza. Cosa que hizo reír al ojirubi.

–Lo lamento, recordé algo de repente. Pero dime– posó repentinamente un dedo en su barbilla pensativo –¿Cuál es tu nombre?– preguntó con ánimo

–¿Ah?– se preguntó a si mismo el moreno –Bon, mi nombre es Bon– contestó, como si de repente el nerviosismo que sentía se desvaneciera

–Tienes un nombre muy lindo, Bon. Mi nombre es Bonnie– dijo con calidez –La noche es muy linda ¿no lo crees?– pasó su mirada al cielo, admirando las estrellas que eran visibles desde donde estaban.

Prontamente su mirada verde también observo los cuerpos brillantes en el cielo con detenimiento, como si fuera la primera vez que los veía.

–¿Así se siente la eterna tranquilidad?– un susurro salió de sus morenos labios, aún con la vista clavada en el manto nocturno, como si buscará la estrella más brillante entre todas

–¿Ah?– preguntó el pálido chico, viendo el rostro iluminado de Bon

–Es que, no lo entiendo, eres tan... Diferente a lo que conozco– enarco sus cejas con tristeza –Siempre viví teniendo que ser masculino... Y tú, ¡oh vamos! ¡Es como si con tu sola presencia rompieras todas las reglas extrañas que todos siguen!– exclamó inclinándose para acercarse al otro, con una mirada desesperada –¿Cómo es posible que puedas ser así? ¡Tan libre!–

Con aquella mirada desentendida, el pelimorado ligeramente inclinado hacia atrás comprendió inmediatamente a que se refería el moreno. Entendió porque se veía incomprendido, al igual que entendió el porque lo encontró así de lastimado aquella vez.

Con un rostro de compasión, posó una mano en su mejilla, haciendo que ante el cálido acto de su piel el moreno se sonrojara.

–Oh, te refieres a eso– balbuceo –Mira, se que puede ser difícil pero después de tanto tiempo yo también lo entendí. La gente podrá ser así y no importa cuanto hagas para cambiarlo, no lo lograrás– acarició con su pulgar la caliente mejilla del otro –Lo importante es que tengas la valentía para enfrentarte a todo... porque quienes siguen esas reglas sólo pudren su esencia. Y aquí entre nos, esas reglas son muy absurdas– término, rodando los ojos cómicamente –Es agradable conocer a otra persona que entiende la basura en la que se convirtió en mundo– suspiró con agobio, retomando su lugar, volviendo a dirigir su mirada a los cabellos azulados del chico, que estaba cabizbajo otra vez –Aún tienes mucho por digerir, pero descuida, ya sabrás que hacer después. Estoy seguro que conseguirás tu libertad– animó para revólver con su manos la mata de cabellos azules.

–Gracias, Bonnie– dijo, alzando los labios en una enorme sonrisa, sintiendo de nuevo el palpitar de su corazón cada vez más fuerte al conjunto de una calma al poder observar los grandes ojos rojos del otro.

¿Por que se sentía así? No tenía idea

–No hay de que Bon– regresó el gesto, al mismo tiempo en que sus brazos rodearon el cuerpo de Bon en un cálido abrazo.

¿Cuando había sido la ultima vez en que ambos pudieron abrazar a alguien? No lo recordaban, pero parecía un largo tiempo.

Bon por su parte, ante el asombro correspondió el abrazo un par de segundos después, dejando hundir su cabeza en el cuello del otro.

Esa indescriptible felicidad al conjunto del revolotear en su cuerpo, era un sentimiento completamente nuevo. Uno que no sabría describir, pero que era tan cálido, que lo hacia desear no apartarse del momento.

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Hago todo lo posible por esta historia, para que quede bien y pueda darle un decente progreso.

Espero que se entienda;;;

Palabras: 1012
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Homofobia  ∆BonxBonnie∆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora