Homofobia ∆BonxBonnie∆

- Cap 18 -

Capitulo dedicado a: _B0rD3rL1n3_, STARDAY5, yuno984, FreakSite, LuliTan2

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Nada iba bien, de hecho, duda que alguna vez las cosas en su vida fueran buenas.

Aquellos recuerdos buenos que aún poseía se sentían tan lejanos y cada vez más borrosos al punto en que inclusive podría decir que solo fueron un invento de su mente y que nada de eso alguna vez sucedió.

¿Cómo era posible que estar en casa se sintiera así de mal? La sensación de estar ahí lo hacía pensar en que era ajeno, que estaba en un lugar donde no pertenecía, que no encajaba en ninguna parte de entre cualquiera de las cuatro paredes de cualquier habitación a la que fuera. No quería salir de su cuarto, porque el miedo estaba inundándolo nuevamente.

¿Hacía cuánto que ese sentimiento se había vuelto tan familiar en su pecho? No tenía la cuenta de cuántas veces lo sintió y aún así en todas esas veces se sentía desgarrador.

Tal vez todo hubiera sido mejor si ella no se hubiera ido. Tal vez no estaría viviendo ninguna de esas horribles experiencias que tanto le carcomían la cordura lentamente.

¿O es que tal vez si ella siguiera ahí todo sería igual a como lo vive ahora? No, tal vez no sería así.

¿Cómo es que tan siquiera era capaz de creer que ella alguna vez existió? Por qué lo hizo, ¿no?

Suspiró, viendo el suelo tan cerca de él, con las manos en la cabeza palpando suavemente la raíz de sus cabellos turquesas, como si ese toque fuera lo que necesitará para darse confort. Uno que no sentía de hace un par de días.

Pero es que había estado tan acostumbrado a tener a aquella morena merodeando por su casa, tanto que no había previsto la idea de que esta alguna vez no fuera a aparecer cuando más lo necesitaba. Y ahora estaba ahí, como un pequeño animalillo buscando el mejor escondite para no ser captado por su depredador, o mejor dicho en su situación, para no ser encontrado por su padre.

–¡Bon!– escuchó como el hombre bramaba su nombre, con todo el enojo de su interior, causándole un escalofrío que recorrió cada extremidad en su cuerpo, erizando los bellos de sus brazos y sus piernas.

Tragó fuertemente, cubriendo su cabeza con sus brazos lo más que pudo, buscando seguir en silencio. Buscando que el espacio entre el escritorio y su cama fuera el escondite perfecto, deseando que ese hueco dónde estaba se hiciera más pequeño para que pudiera ocultarlo mejor.

Si no se movía Él no lo encontraría ¿Verdad?

Los pasos hacía su cuarto se intensificaron y fue en ese momento en que su cuerpo comenzó a temblar de forma involuntaria, al igual que el latido de su corazón se aceleró a más no poder, al punto en que podía escucharlo tan claramente como un sonido ajeno a él.

–¿Qué no escuchas? ¡Te estoy hablando, como un carajo!– gritó aquella voz gruesa que lo hizo exaltar al mismo tiempo en que la puerta de su habitación se abría de un solo golpe.

–¡S-Sí!– contestó, tartamudo ante aquella mirada palpitante que lo observaba con enojo.

Había sido encontrado.