fall in love ⋆ scorly.

trece; besarlo.

Estoy odiando a Albus y a Alice.

Desde esa fiesta (en la que por cierto Scorpius se me confesó y no recuerda nada) Albus ha estado más pendiente de mí que de costumbre, por ende, Alice se la pasa con nosotros y ¡estoy siendo la tercera rueda! Sophie ha intentado ayudarme a escaparme de ellos, pero parece que Albus tiene ojos hasta en el trasero.

Estoy en la clase de Historia de la Magia, y mientras no le presto atención a Binns, me pongo a pensar en Scorpius. Es tan perfecto.

Hace unos días lo vi huyendo de Albus e irse a través de polvos flu a casa de su hermana mayor, Cassie. Eso me sorprendió, ya que él nunca sale de Hogwarts a menos de que haya salida a Hogsmade, así que deben haber hablado de algo serio.

Empiezo a recoger mis cosas ya que faltan sólo dos minutos para la hora de la cena.

—¿Por qué guardan los pergaminos? Aún falta un minuto para salir.

Puto Binns.

—

Cuando entro al Gran Comedor veo que todos nos están esperando (es decir, a todo Gryffindor de sexto año, ya que Binns no nos dejó salir hasta el último segundo de la clase). McGonagall está parada en una especie de tarima.

—Ya que los miembros de Gryffindor llegaron, voy a darles una información —comenzó la directora, quien tenía cara de quien no quiere la cosa—. Vamos a hacer un trabajo, con el fin de unirlos más a todos los de diferentes casas y años.

Todos estaban en absoluto silencio, tanto que parecía que hubiese caído un hechizo silenciador sobre el Gran Comedor. Esto no iba a ser nada bueno.

»Las parejas serán sorteadas al azar, mediante un hechizo y van a ser llevadas a diferentes partes del castillo, para que pasen juntas lo que resta de día.

Mi mandíbula cayó desencajada, al igual que las de medio Hogwarts. Los profesores, más que todo, parecían divertidos, mientras que McGonagall tenía cara de «Con tal de que no se embaracen, todo bien».

Uno a uno fueron nombrando las parejas. Alice quedó con un chico de primero de Hufflepuff (la cara de Alice era de molestia pura), Sophie con una de séptimo año Ravenclaw (cosa que no le agradó mucho a Hugo), a Albus con Alexa Nott y a mí aun no me han dicho.

—Potter, Lily.

Avancé a donde estaba la enfermera, quien era la que me iba a decir con quien me tocaba.

—Hola Molly. —La saludé. Molly es la enfermera desde hace dos años, pero nos ignora porque dice que es una falta de profesionalismo tener favoritismo (pero de todos modos se escapa muchas veces para que hagamos pijamadas).

—Bien Lilu, te toca con... —Hace una pausa para dar suspenso y luego abre mucho sus ojos—... ¡Scorpius Malfoy!

Alza su voz para que él lo escuche y venga a donde estoy yo, mientras que sólo puedo pensar una cosa, voy a estar todo el día sola con Scor encerrada en la Sala de los Menesteres.

Save me Yisus.

—

—Y... ¿Te gusta el pan? —pregunto para romper el incómodo silencio que se formó en esta sala (que por cierto, la muy hermosa de Molly, puso muy pequeña).

Scorpius ríe de la idiotez que acabo de decir y eso me enorgullece. No había dicho palabra alguna desde que entramos y eso no me gusta.

—¿No tienes más nada que decir? —Se burla.

Camino a donde está sentado y me pongo a un lado de él. Doblo mis piernas para quedar sentada en forma de indio y mantenemos el contacto visual por bastante tiempo.

—Sólo quería romper el hielo. —ladeo mi cabeza en busca de una mejor vista de sus labios. Es increíble que no nos hayamos besado nunca.

—Funcionó.

Con su mano izquierda me toma por la cintura y me acerca a él, con una separación sólo de un par de centímetros, empieza a trazar el contorno de mis labios con su dedo pulgar.

—No sabes las ganas que tengo de besarte. —menciona en un susurro.

—¿Y por qué no lo haces?

Sonríe, mostrando sus dientes blancos y perfectos—: Albus me tiene amenazado, pero ¿sabes? A veces hay que romper las reglas, ¿no?

Y por fin lo hace.

Nos fundimos en un beso demasiado esperado por ambos, que despierta miles de emociones en mí, mientras un millón de descargas eléctricas recorre mi cuerpo.

—

POR FIN BESO SCORLY.
Estoy muy orgullosa de este capítulo, para serles sincera.
Además, ya que esta obra es de las más viejas mías, está muy mal redactada al principio, por lo que voy a hacer otro libro, pero con la versión corregida, mientras que este lo voy a dejar igual.

Aún queda el epílogo.