fall in love ⋆ scorly.

nueve; descubrir si hay atracción.

—Ay, Lily. Por favor, perdón. —rogó Albus por quinta vez consecutiva. Yo levanté mi mano derecha, aún sin mirarlo.

—Vete. —mascullé. Para ganarse mi perdón deberá hacer algo mejor que eso.

¡Interrumpió mi beso con Scorpius!

Lo peor es que no es la primera vez que nos hacen eso. Ya me está hartando esa situación. Voy a tener que encerrar a Scorpius en un salón, luego besarlo, sacarle la ropa...

—Pero no hice nada malo. —Me cruzo de brazos con clara indignación ante sus palabras.

—No, tranquilo. No hiciste nada. —respondo en un tono muy agudo y con un sarcasmo desbordante.

—Creo que ya sé porque te pones así. —comenta con lentitud. Antes de que él pueda evitarlo, le doy un golpe en su pecho. Se lo merece, por interruptor de besos con crushes.

—¡Hey, ¿y por qué eso?! —exclama, sobando el lugar donde llegó mi golpe. Ruedo mis ojos y me volteo. No vale la pena discutir con gente ignorante y sin sentimientos.

Camino hasta mi sala común y saco mi diario. Ahí es donde están anotados todos los pasos de el plan. Repaso con la mirada los que me faltan, y son muchos. Uno de ellos me llama la atención.

DESCUBRIR SI SIENTE ATRACCIÓN POR MÍ
(aunque sea sexual)

Sé que mato mi dignidad con eso, pero nada pierdo con intentarlo.

—

—Hola Scor. —Lo saludo con un beso en la mejilla, que dura más de lo necesario, y ni siquiera fue por mí. Él me agarra de la cintura y deja el beso en la comisura de mi labio izquierdo.

Me quedo un poco impactada, pero recobro la compostura. He venido a ver si aunque sea me lo puedo llevar a la cama. Pero, pensándolo bien, yo quiero una relación con él, no un polvo de una noche. Es confuso.

El uniforme me lo cambié. Ahora llevo uno de el curso antepasado. La falda me llega por la mitad de el muslo y la camisa casi no cierra, haciendo que se transparente un poco mi brasier. Y sólo para aclarar, mi sostén es rojo pasión.

Veo a sus ojos recorrerme, tal y como la vez que me puse su suéter. Hace una mueca y vuelve a verme a los ojos.

—¿Por qué estás vestida así? —pregunta y frunce el ceño. Estoy a punto de replicar, pero me interrumpe—. No me gusta.

—¿Por? —Dejo la pregunta en el aire con una cara de estupefacción.

—Te ves mejor con mi ropa. —Se encoge de hombros, como si fuera lo más normal de el mundo.

—¡Claro que no! —exclamo. Él alza una ceja y me mira con cara de «reto aceptado».

—Vamos. —Me jala hacia él y me conduce a su sala común. Me doy cuenta de que fulmina con la mirada a todos los que se me quedan viendo de forma exagerada.

—¿Para qué estamos aquí? —cuestiono una vez entramos a su alcoba.

—Para probarte que te ves mejor con mi ropa, que mostrándolo todo. —Me lanza una camiseta y un pantalón de chándal.

—Cualquiera diría lo contrario. —menciono, mientras entro a su baño.

—Pero yo no soy cualquiera. —contesta. Su voz suena amortiguada por la puerta que nos separa.

Salgo unos minutos después. Cuando lo hago se me queda viendo.

—Ahora sí te ves mejor. —ronronea. Se acerca y me da un abrazo. Siento como su... Coso está algo levantado.

—¿Qué? Te ves sexy así. —musita cerca de mi oído cuando se da cuenta de que sé de su pequeño (gran) problema.

Me suelta y se sienta en su cama.

—Hace unos días —Ladea un tanto su cabeza—, me preguntaron porque me la paso contigo, cuando a principio de año casi nos hablábamos.

—Aah, bueno... Yo...

—¿Qué me estás haciendo Lily? —Me interrumpe—. Hasta hace poco no era tan... Comunicativo, al menos no con tantas personas.

Me siento a su lado, mirándolo con atención.

—Desde que paso más tiempo a tu lado me siento, no sé, más vivo.

—No sabría que decirte. —Le digo con solemnidad. Él niega con la cabeza y me regala una bella sonrisa.

—No necesitas decir nada. —Pone su mano en mi nuca y se acerca de a poco. Reacciono y me acerco también, y justo cuando nos vamos a besar, la puerta es abierta con un gran estruendo.

—¡Alice da los mejores besos! —exclama Albus y nosotros lo fulminamos con la mirada.

—¿Lo hice otra vez? —pregunta, abriendo mucho sus ojos.

Ambos le tiramos almohadas a la vez.

Puto

—

Sé que tengo el Manual abandonado, pero es que ni me acordaba que esta historia existía. Sorry.

Bai