◆ Uno ◆

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El timbre anunció el fin del día escolar y la mayoría de nosotros salíamos lo más rápido que podíamos, algunos deseando llegar a sus casas a descansar o simplemente para pasar el rato con sus amigos.

Yo, solo caminaba junto a mis amigas; íbamos en dirección a la parada de autobuses para esperar el que nos llevaría a nuestras casas.

Este día iba como siempre, no hubo nada relevante y hasta cierto punto, fue muy aburrido. Pero, ¿qué puedo hacer? Hasta yo soy aburrida.

-No me gusta pasar todos los días frente a esta casa- insistió nuevamente Hye, a ella realmente le aterraban las cosas de miedo.

-Dices eso todos los días- replicó YoungMi.

Las tres nos detuvimos a ver un instante la casa abandonada que estaba frente a nosotras. Todos aseguraban que estaba embrujada, y quizás sea por la fama que tenía, que al pasar realmente creías que lo estaba.

La casa era muy antigua, y curiosamente, seguía intacta. Tal vez porque nadie se atrevía a acercarse, ni siquiera a romper una ventana con alguna piedra.

-Es que la historia es demasiado aterradora- chilló Hye.

-Bueno, tal vez tengas un punto- concluyo YoungMi. Ella me miró con atención, yo no había pronunciado ninguna palabra desde que salimos de la escuela-. _____.

-¿Qué pasa?- pregunté prestándole atención y dejando de observar un momento la casa.

-Te reto a que entres a la casa- me dijo bromista. Me sorprendió un poco lo pronto que pudo hacerme ese reto infantil, aunque viniendo de ella era comprensible, ya que en ocasiones podía llegar a ser muy impulsiva.

-YoungMi, ¿qué dices?- Hye sonaba alarmada- Estás loca. No puedes hacer que _____ entré a ese lugar, si ella entra nunca saldrá de nuevo.

-Lo haré- dije segura.

-¿Qué?- ambas sonaban muy sorprendidas.

-Pero, YoungMi, tendrás que hablarle a Ren mañana- amenacé con una sonrisa malvada.

-¿Qué? ¡Estás loca!- exclamó apenada. Ren era el chico del que estaba perdidamente enamorada, pero hasta ahora sólo se ha conformado con verlo y yo desde hace tiempo he querido que comience a conocerlo de verdad. Así que esto era como matar dos pájaros de un tiro... O no, realmente no, porque yo no gano nada, pero como sea.

-_____, ¿estás segura?- me preguntó temerosa Hye.

-Por supuesto- respondí intentando darme el valor a mí misma, ya que admito que también me daba un poco de miedo.

Camine hacia la casa y tuve que entrar por un pequeño hoyo que se había formado entre las rejas del portón de entrada.

-_____, era broma. No tienes que hacerlo- replicó YoungMi preocupada.

-Tú calla, que mañana le hablarás a Ren- le dije mirándola. Ella iba a decir algo pero me dí la vuelta para cruzar el enorme patio, éste estaba tan descuidado que por un momento me olvide de los fantasmas de los que hablan y tuve más miedo de que saliera algún insecto o una serpiente.

Llegué a la puerta, me giré a ver a mis amigas, ellas me miraban con atención mientras se mordían las uñas. Yo sólo intenté darles una sonrisa, pero creo que salió más como una mueca de miedo.

«Dios, ¿qué me pasa? ¿por qué lo hice?» me repliqué interiormente. Luego, me convencí que YoungMi lo valía, todo para que esa niña al fin le hable a Ren.

Tomé la perilla con mi mano derecha y sorpresivamente giro cuando yo hice un movimiento con mi mano. Creí que estaba asegurada o algo así.

Seguido empuje la puerta hacia adentro, ésta rechino fuertemente, se notaba que nadie había entrado por ella desde hace mucho tiempo.

-¿Hola?- pregunte de forma inconsciente y seguido me golpeé internamente por la gran tontería que hice.

Observé un poco la casa desde donde yo estaba, era obvio que ni un alma habitaba este lugar. No entiendo porqué crearon tantas historias alrededor de este sitio, sólo estaba abandonada.

Aún así, quería darles un susto a mis amigas, así que entré a la casa y empareje la puerta.

Adentro todo era distinto. Era más espaciosa, todos los muebles estaban cubiertos por telas sucias de polvo y percudidas por el tiempo, podría asegurar que en algún tiempo fueron blancas, pero ahora era un poco difícil imaginarlo.

Hablando de limpieza, dejaba mucho que desear. Habían cantidades enormes de polvo sobre cada cosa que había dentro, pero no podía quejarme, sería muy ilógico, si está abandonada no hay quien limpie.

Estuve tentada a salirme ya que había comprobado que no había nadie en absoluto, tampoco había algo interesante por lo cual quedarme a curiosear más.

Pero en ese momento escuche un rechinar proveniente del piso, como si alguien se hubiera sentado.

Admito que sentí temor, pero quizás ahí estaba lo "interesante" por ver. Así que caminé buscando al causante de ese sonido. Sé que hasta cierto punto lo que estoy haciendo es muy tonto, pero realmente sentí curiosidad.

Dentro de una habitación, parecía una especie de sala, observe a un muchacho sentado dándome la espalda. Traía puesta una camisa blanca de manga larga, su pantalon era blanco también, parecía más ropa para dormir que ropa casual para salir. Presté atención a su cabello y éste era increíblemente negro.

Cierto escalofrío me recorrió por completo al verlo, pero lo ignoré y me acerque más a él. Para mi mala suerte, al pisar nuevamente el suelo, éste se quejó bajo mi peso produciendo un ruido chillón.

El chico se volteo rápidamente en mi dirección. Parecía sorprendido al verme, pero yo no podía poner una expresión en especial, me quedé congelada al ver sus ojos negros.

Para mi sorpresa, él desapareció.

Simplemente ya no estaba donde yo lo había visto, como si sólo hubiera sido una ilusión.

-Ay que bien, _____, ya comienzas a ver cosas. Mejor sal de aquí, tonta- me dije dándome la vuelta y tratando de tranquilizarme. Pero cuando miré al frente, él apareció frente a mí, tenía su rostro muy cerca del mío y me miraba con curiosidad. Yo solté un grito y me hice para atrás.

-No... No grites- me dijo con miedo en su voz-. Yo lo siento, no quería asustarte...

«¿Qué rayos...? ¿quién es él?»

I'm a ghost (JR y _____)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora