I'm a ghost (JR y _____)

◆ Quince ◆

No soy atlética para nada, ni ágil ni nada por el estilo. Soy todo lo contrario, soy torpe y tengo una pésima condición física. Pero para mi sorpresa, había entrado como si fuese una hoja, que ha caído de un árbol, entre el espacio que había en las rejas del portón y en un abrir y cerrar de ojos ya estaba dentro de la casa. 

— ¡Jong!—mi voz al gritar salió rota por la falta de aire— ¿Dónde estás? Soy _____—añadí sin bajar el tono de mi voz.

Nada. Fue como en mi sueño, mi voz regreso en forma de eco, pero sin respuesta. 

Miré a mi alrededor con detenimiento mientras me esforzaba por calmar mi respiración. No lo veía por ningún lado y, a pesar de que todo seguía exactamente igual, había algo en el ambiente que me hacía sentir insegura y con un poco de miedo. 

Consideré que quizás como en mi sueño, él estaría en el lugar donde nos conocimos. Así que me apresure a ir a esa habitación. No había nada en absoluto. Estuve a punto de volver a gritar, pero algo me golpeo provocando que me cayera. Intente levantarme, pero ese algo seguía sobre mi cuerpo impidiendo mi movimiento. 

— ¿Jong?—pregunte con temor. Y se volvió visible, era él, pero por más que intenté encontrarlo en ese rostro frío no pude logralo—. ¿Jong... Estás bien?—cuestione titubeante. 

— ¡_____!—esas fueron las voces de Min Hyun y Taeyong. Me habían seguido. Jong se volteó de forma brusca, y por impulso lo sujete de la muñeca, él se giró a verme provocándome un escalofrío. 

— ¡Estoy bien! ¡No se acerquen!—ordene— Jong, ¿me reconoces?—él me miraba sin expresión alguna— Sé que estás ahí, sé que el Jong gentil y risueño está ahí dentro, el Jong del que me enamoré sigue ahí... 

 Mi voz comenzaba a romperse a causa de la desesperación que sentía. Temía haber llegado tarde y que la oscuridad lo haya tomado por completo. 

Jong se soltó de mi mano y, de un momento para el otro, tenia las suyas alrededor de mi cuello haciendo presión. «Él no intentará...».  El aire comenzó a faltarme, pero estaba inmóvil por alguna razón y no pude poner resistencia contra Jong. 

— ¡Suéltala!—Taeyong había ignorado mi orden y se apresuro a tirar a Jong, pero él se había movido ágilmente sin permitir que lo golpeará—_____, ¿Qué ha pasado? ¿Estas bien?— Taeyong me sujeto entre sus brazos, pero yo no podía responder a sus preguntas, estaba sorprendida por lo que Jong había intentado hacerme. 

Jong se quedó de pie limitándose a observarnos. 

—Jong— pronuncie su nombre con suavidad, debía intentar que regresará—. Soy _____, tu amiga. Jong... 

Él cayó de rodillas mientras sujetaba su cabeza con desesperación, como si estuviera luchando. En ese momento me aparte de Tae para ir hasta Jong, lo sujete de los hombros y lo atraje a mí para envolverlo entre mis brazos. 

—_____, es peligroso— dijo Taeyong intentando ir hacia mí para apartarme, pero Min Hyun, que también había entrado a la habitación, fue hasta él y lo detuvo—. ¿Min Hyun?— lo miró con sorpresa por haberlo detenido. 

—Ya estoy aquí— susurré al oído de Jong, él temblaba llorando mientras se aferraba a mí. 

—_____, tengo miedo— mascullo—. Los recuerdos volvieron... Hay voces que me susurran, siento como si algo intentará sofocarme...—él me miro, su mirada era la misma de antes, a pesar de que reflejaba temor. Me sentí aliviada. Luego él se aparto de golpe—. Lo siento... Estuve a punto de... 

—Jong, no eras tú. No pasa nada—dije con suavidad—. Ven, déjame ayudarte—añadí extendiendo mi mano a él—. Debí haber venido antes, no debí dejarte solo, lo siento. 

—Gracias, _____—Jong sonrió ligeramente mientras tomaba mi mano. 

Luego todo se volvió gris como si la habitación se hubiera llenado de humo. 

Taeyong y Min Hyun gritaron mi nombre y corrieron hacia mí, pero de un momento al otro ya no pude escuchar sus voces.

Me habían atravesado. En ese momento me giré y ví que se habian agachado para estar a la altura de alguien que estaba sobre el suelo. Al ver con más cuidado pude observar que se trataba de mí. 

Llevé mis manos a mi rostro. 

—Tranquila, no estás muerta— me dijo Jong, yo me giré a verlo. 

— ¿Qué hiciste?—pregunté nerviosa. 

—Sólo estás en "mi mundo"—respondió. 

— ¿A qué te refieres? Explícate, Jong. 

—Te he traído a mi mundo, ahora eres como una fantasma, pero no has muerto. Tus amigos creerán que sí, pero no puedo explicarle, ellos ahora no nos ven— explicó—. Estaré a tu lado en todo momento, no tengas miedo. 

Una chica entro a la casa gritando el nombre de Jong. Yo lo miré con sorpresa, luego un chico nos atravesó para ir con ella, ambos se abrazaron. 

— ¿Son... Eun Soo y tú?—pregunte titubeando. 

—Sí. Estos son mis recuerdos— me respondió con voz queda. 

Luego la puerta se abrió de golpe y de forma tan brusca que ambos se sobresaltaron. 

—No quiero ver— susurré ocultando mi rostro en el pecho de Jong. 

—Tranquila— me susurro Jong acariciando mi cabeza. Hubieron algunos gritos seguidos de un disparo y de la puerta azotandose. Todo en cuestión de segundos. 

Finalmente, el silencio reino. Sólo se escuchaba un ligero gemido de dolor. En ese momento abrí mis ojos y descubrí que Jong no estaba a mi lado, sólo estaba el Jong que se aferraba a su vida con dificultad. 

Un impulso me llevo a ir hacia él para socorrerlo. 

—_____— él pronunció mi nombre con dificultad. 

—Sí, soy yo— respondí confundida mientras me quitaba mi suéter para hacer presión sobre la herida del chico. Este era el Jong del pasado, no su fantasma, ¿Cómo sabía mi nombre? 

—Mi espíritu regreso a mi cuerpo, pero sólo será por un momento— me explicó de forma detenida, la vida lo estaba abandonando—. No permitas que la oscuridad vuelva a tomarme... Por favor... 

— ¿Qué debo hacer?—pregunte angustiada. 

—Tengo frío—susurró. 

« ¿Con qué puedo cubrirlo?».

Luego pensé en la cobija que había visto sobre el sillón de la habitación donde lo había conocido. 

—Intenta hacer presión aquí. Ya vengo— tomé su mano llevándola a mi suéter que detenía un poco el sangrado. Me puse de pie y corrí hacia la habitación, tome la cobija y volví con Jong—. Ya lo arreglo— le dije sujetandolo entre mis brazos para acercarlo a mi cuerpo, lo cubrí con la cobija y seguí haciendo presión con mi suéter.

—Gracias— dijo con suavidad.