2- Despertando a Kurt

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Capítulo 2: Despertando a Kurt


Kurt despertó esa mañana descansado y de muy buen humor. Lo primero que hizo fue abrir las cortinas de par en par para que la luz iluminara su habitación, automáticamente sus ojos fueron a parar a su mesita de noche dónde yacían las llaves de su nuevo coche. Más feliz que nunca fue a su armario para elegir un conjunto ideal de marca y salió al salón dónde lo esperaba su padre con el desayuno en la mesa.

-Buenos días papá- saludó con una sonrisa.

-Buenos días, hijo- Burt desapareció un momento por la cocina y trajo una jarra de zumo de naranja recién exprimido.

-¿Qué tal estuvo tu día ayer?- preguntó mientras colocaba un par de tortitas en cada plato -No pude preguntarte porque me fui a la cama muy temprano.

-Bastante bien, gracias. Me trajeron un precioso Cadillac, era un clásico, se ve que el dueño le tenía mucho afecto.

-Me encantan esos coches, tienen mucha clase- Burt asintió con la boca llena.

-Y hablando de coches bonitos- Burt tragó antes de continuar -Cuando llegué había un Lamborghini aparcado justo al lado del mío- dijo emocionado -¿Puedes creerlo, Kurt? ¿Quién en este edificio puede permitirse un coche de ese calibre?

Kurt se atragantó con un trozo de fruta. Era ahora o nunca. Tenía que explicarle a su padre que esa preciosidad era suya y todavía no había pensado en una excusa creíble.

-Emm... papá. Tengo que decirte algo- su padre lo miró con atención -El coche es mío- dijo finalmente.

-¿Cómo que tuyo?- lo miró desconcertado -¿Algún amigo te lo prestó?

-No, es mío. De mi propiedad, desde ayer- su padre no dijo nada -¡Ya tengo coche! No hace falta que vaya en metro al instituto ¿No es genial?- preguntó Kurt fingiendo una sonrisa.

-Kurt, no lo entiendo, vas a tener que contarme algo más porque no tiene ningún sentido que tengas un coche de más de trescientos mil dólares de la noche a la mañana- Burt se notaba alterado. El cerebro de Kurt trabajó a toda velocidad y dijo lo primero que se le ocurrió.

-Lo he pagado con las propinas de los fines de semana- cuándo lo dijo supo que no cuadraba, faltaba proporcionar un poco más de información -Y ya te dije que en los cáterins pagan extraordinariamente bien, algunos domingos me llamaron.

-¿Y por qué yo no sabía nada de eso? Es la primera noticia que tengo- su padre lo miraba con los ojos entrecerrados. Kurt tragó saliva.

-Todavía no está pagado del todo- se apresuró a decir -La mayor parte sí pero me quedan muchos meses para terminar de pagarlo.

-¿No podías haber elegido algo más barato?- Burt alzó una ceja no del todo convencido.

-Me encanta ese coche y he trabajado muy duro para conseguirlo- Kurt al decir eso se dio cuenta de que no era del todo falso -Si quieres algún día te lo presto- intentó desviar un poco la conversación.

-Vaya, gracias hijo- respondió asintiendo. Vio que su hijo evitaba un poco su mirada. No tuvo más remedio que creer a Kurt pero si hubiera sabido que trabajando de camarero podría permitirse un lujo así, él mismo habría cambiado de trabajo. Algo no le cuadraba pero por el momento decidió no insistirle.

Kurt cogió sus libros, se despidió de su padre y se encaminó al instituto. Cuándo se encontraba parado en un atasco justo en Times Square, encendió la radio para distraerse. Sabía que era mucho más lento ir en coche que en metro, que tendría que salir de casa mucho antes para llegar a tiempo a sus clases pero prefería madrugar y estar calentito en su coche y con música que tener que coger el metro y estar rodeado de gente desconocida, ruidosa y alguna muy poco higiénica.

A DEAL IS A DEAL (KLAINE/KURTBASTIAN/KURTBOYS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora