3- Una proposición Indecente

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Capítulo 3: Una proposición indecente

Al día siguiente de conocer a Rich, Kurt llegó al instituto desesperado por contarle a Santana lo sucedido el domingo. La encontró guardando sus libros en su casillero y la abordó con una sonrisa de oreja a oreja.

A la hora del almuerzo le contó con todo lujo de detalles cómo se habían presentado y cómo le había coqueteado.

-Luego quedamos en un bar y me invitó a una copa- Santana lo miraba incrédula.

-No te reconozco Kurtie- Santana negaba con la cabeza sonriendo -¿Y qué pasó en el bar?

-Hablamos...- Kurt desvió un poco la mirada -y luego, bueno, nos besamos...

-¡Es muy mayor!- soltó una risita -¿Besa bien? ¿Qué más pasó?- Kurt se quedó callado unos segundos y Santana vio como empezaba a ruborizarse -¡Vamos Kurt, dime ya!

-¡Hemos quedado para follar el miércoles!- Soltó de golpe. Santana se quedó con la boca abierta sin saber que decir -No me juzgues por favor. Sé que no está bien porqué es un hombre mayor y yo soy menor pero Santana, es tan atractivo que no me pude resistir.

-¿Juzgarte? No voy a juzgarte ¡Estoy alucinando!- Kurt soltó aliviado el aire contenido -Yo no tengo derecho a juzgarte, es tu vida y si decides disfrutarla me alegraré por ti y me pondré celosa. Lo único que te pido es que me cuentes todo lo que pase el miércoles- Santana se levantó a tirar los envoltorios del desayuno y volvió a sentarse a su lado -¿Y por qué el miércoles?

-No lo sé. Pero si ayer me hubiera dicho que lo acompañara a su casa, lo habría seguido sin preguntar- Kurt sonrió con picardía -Y por cierto, tuve un adelanto de lo que esconde en sus pantalones y puedo decirte que por un momento dudé de que eso me cupiera ahí detrás.

Los dos soltaron una carcajada. Adoraba hablar con su mejor amiga de estos temas, era su confidente tanto para lo bueno como para lo malo. No había secretos entre ellos.

El miércoles al mediodía Kurt recibió la llamada de Rich pidiéndole que quedaran a la seis en la puerta del bar en el que se habían visto la última vez. Kurt se arregló el pelo, se duchó y se cambió de ropa para ponerse un poco más elegante. Unos tejanos negros, una camisa morada y un blazer negro de Valentino que estilizaba su figura. A las seis en punto estaba en la puerta del bar.

-Hola precioso- escuchó unos minutos después. Se giró y se encontró a Rich de frente. Estaba más guapo que la otra vez, no llevaba corbata pero si un traje azul marino con una camisa blanca con los primeros botones desabrochados. Sexy.

-Hola- contestó Kurt un poco nervioso -¿Nos vamos o entramos a tomar una copa?

-Podemos tomar una copa en mi casa, si quieres- le sugirió con una sonrisa -No vivo lejos de aquí, podemos ir caminando -Kurt asintió.

Diez minutos después estaban frente al edificio de Rich, subieron por el ascensor y cuándo Rich sacó sus llaves para abrir la puerta, Kurt empezó a dudar de si sería una buena idea.

-¿Estás bien?- preguntó Rich entrando en el piso. Dejó pasar a Kurt y cerró la puerta tras él.

-Sí, lo siento. Es que no suelo hacer esto.

-¿Hacer qué?- Rich se sacó su chaqueta y la dejó sobre el sofá -¿Quieres tomar algo? Ponte cómodo.

-Tomare lo mismo que tomes tú, gracias- Kurt lo siguió hasta la barra americana de la cocina -Me refiero a que no suelo quedar con hombres que acabo de conocer ni voy a sus apartamentos para... ya sabes.

A DEAL IS A DEAL (KLAINE/KURTBASTIAN/KURTBOYS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora