Fuck me daddy! «Frerard»

8

Gerard sintió el frío metal de las esposas rodear sus muñecas, no sabía de dónde carajos Frank lo había sacado, pero eso no importaba ahora.
El avellana subió el sweater del menor hasta poder tener una mejor visión de su torso, entonces empezó con lo suyo. Pasó su lengua por los pezones del pelirrojo, haciendo que este suelte unos leves gemidos. Succionaba y mordía en ratos, su lengua bajó por todo su torso, repartiendo pequeños besos que hacían suspirar al menor, cuándo llegó al miembro erecto del esmeralda, se deshizo de su ropa interior y depositó un beso en la punta de su miembro, de golpe metió toda su longitud en su boca, el pelirrojo soltó un gemido al sentir lo cálido que se sentía estar en la boca de su daddy, Gerard se estaba volviendo loco, era la primera vez que le hacían un sexo oral, no era el quién estaba haciéndolo, y vaya que se sentía tan bien.

«Mierda Frankie...»

Frank mordió el miembro del menor, estaba enfadado, por como le había llamado Gerard, el menor dió un pequeño grito de dolor y placer a la vez. Gerard maldito raro.

Cuándo el avellana sintió el sabor del pre-semen del pelirrojo, se separó rápidamente de él.
Gerard lo vio confuso. ¿Por qué le hacía esto ahora?

«Ve a tu cuarto ahora... Te quiero en cuatro» ordenó Frank, inmediatamente Gerard obedeció, extrañaba a su daddy, extrañaba cuándo lo follaba y lo hacía gemir fuerte. Extrañaba sentir su enorme polla en su interior... Diablos, lo extrañaba tanto.

Frank llevó su cinturón, el cuál hacía sonar fuertemente durante su trayecto, su babyboy no dormiría hoy.
Cuándo llegó a la habitación, vio al menor exactamente como su daddy se lo había pedido. Perfecto.
El avellana comenzó a caminar al rededor de la cama, observando a Gerard atentamente, no sabía por dónde empezar.

-D-daddy... Por fa...vor... lo lamento...

Frank se acercó a Gerard y le propinó su primer golpe.

«No te dije que hablaras bebé... Usa esa boquita solo para
otras cosas... ¿Está bien?»

Gerard solo asintió. Su erección dolía. Y Frank solo quería verlo sufrir. Supongo que se lo merecía.

«Sabes que te has portado muy mal... ¿no es así?.»

Gerard volvió a asentir. No tenía otra opción.

«Daddy está muy enojado... Y si haces enojar a daddy, ya sabes lo que pasa»

Frank acercó su miembro cubierto por su pantalón a la entrada del esmeralda y empezó a simular embestidas, haciendo que Gerard gima débilmente.

Otro azote. Y Gerard sentía todo su cuerpo arder. Quería tocarse, o al menos tocar a su daddy, pero esas esposas lo impedía.

Frank volteó al menor, observando su sudado y colorado rostro. Mierda, sentía que con esa sola imagen podía correrse. Pero no podía hacerlo, debía castigar a su babyboy.

Frank abrió su cierre, lo suficiente como para liberar su miembro. Sin previo aviso introdujo su pene en el interior de Gerard y se sentía como estar en el cielo. No recordaba lo jodidamente bien que sentía estar dentro de su pelirrojo. Y Gerard no recordaba lo jodidamente grande que era su daddy.

El avellana empezó a embestir fuertemente, abría más las piernas del menor para llegar más profundo, y aumentaba la velocidad de sus embestidas cada vez más. Gerard sentía que iba romperse.

-D-daddy... duele...

Frank no escuchó al menor y siguió embistiendo a su lindo bebé sin bajar la velocidad ni un segundo.
Unas pequeñas lágrimas adornaban los ojos esmeraldas de Gerard, le dolía, pero le encantaba. Tal vez sí estaba enfermo.

-¡Ah! ¡Daddy!

Frank acercó sus labios a los contrarios y comenzó un beso rudo y sucio. Sus lenguas se entrelazaban y la saliva caía por la comisura de sus labios.
Se separaron por falta de aire. Y Frank también retiró su miembro de la entrada del menor. Volvió a agarrar su cinturón y golpeó nuevamente el trasero de Gerard.

«Recuerda lo que te dije babyboy... Jamás hagas enojar a daddy» Frank no dijo nada más y caminó hacia la puerta.

-¡D-daddy! ¡Por favor!... No me haga esto...

Gerard aún no se había corrido, y vaya que estaba sufriendo. Estaba a punto de llorar. Su daddy era muy malo.

«Si rompes alguna regla, te irá mucho peor nene...» Y sin más, Frank salió de la habitación.

El pelirrojo pensó 'daddy no tiene por qué enterarse'...

Pobre Gerard.

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Si hay algún error me vale por qué estoy muy floja como para editarlo. Algún día lo haré, claro que sí.

2022: Aún no lo edito, me da mucha vergüenza volver a leerlo.

-Besitos en el orto ✨.