El manipulador del Dios

Confesiones en público

Pasaron los días, Thor había contactado a Jane Foster a través del doctor Selvig quien no muy convencido lo había hecho, sin embargo, eso era lo mejor, además Thor se veía enamorado realmente, nada que ver con lo que tuvo con su ahijada, sí es que hubo algo ahí realmente. Se vieron en un lugar alejado del bullicio general y de la destrucción, traída desde el lugar donde se encontraba en una importante investigación que había dejado tirada solo por verlo, que lástima que las cosas no fueran como ella pensaba que serían, Loki reía para sus adentros y miraba la escena a lo lejos.

Estaban en una calle destruida a la que nadie tenía acceso, la castaña bajaba de un auto y al verle prácticamente corrió a su encuentro siendo recibido por un rubio no muy feliz de verla, haciendo que toda la efusividad que traía se esfumara en cuestión de segundos, el rostro del dios del trueno mostraba determinación a algo que desconocía, pero intuía no era nada bueno para ella.

―Jane, es bueno saber que estás bien―le dijo con sinceridad

―Te vi en televisión... ―le murmuró lentamente

―Apuesto a que sí...―se rascó la nuca sin saber cómo comenzar

Loki planeaba el momento indicado en el cual aparecer sí su hermano no podía ser claro con sus palabras, para evitar alargar el tiempo en ese asqueroso planeta, extrañaba a Madre y no iba a permitir que los sentimentalismos estúpidos y que no venían al caso interrumpieran más de lo que ya lo hacían para el momento de partir a casa... sólo por ella.

―Jane, he madurado desde el día en que fui desterrado...―ella le interrumpió

―Por culpa de Loki―

―Y le agradezco que su travesura me haya abierto los ojos―su mirada azulina brilló ante la mención, ignorándola un poco―y con esta última lucha todo se hizo tan claro como las aguas cristalinas del pozo de Urd... cuando vine aquí ese día, cuando te vi por primera vez creí que eras la mujer que estaba buscando, fuerte a tu manera, fiera y decidida a obtener lo que quieres―

―Thor por favor, ve al punto―ella sabía que sería mejor escuchar lo que fuese a decirle de una vez

―No estoy enamorado de ti, fue una ilusión pasajera a la que me aferré para evitar mis verdaderos sentimientos―soltó con pesar

― ¿Quién es? ―sus ojos se cristalizaron por las lágrimas, pero no lloró

―Thor, vamos ya, aun nos faltan arreglar algunas cosas aquí―el pelinegro llegó como si fuera alguna clase de adivino para llegar en el momento justo

―Loki―su voz se suavizó y Jane lo supo

― ¿Es por él? ―su sangre hirvió y la rabia creció en su interior―estás... rechazándome por ¿él?

―Jane tranquilizate―trató de calmar sin lograrlo―sí, es por él, lo he amado toda mi vida pero fui un tremendo tonto al no darme cuenta, al no ver que mis sentimientos eran correspondidos.

―Vete Thor... no quiero verte―al pelinegro le sorprendía lo bien que lo estaba tomando, pero le sorprendió más las palabras del rubio

―Lo siento... espero encuentres lo que estás buscando y seas feliz―le dijo con intención, realmente esperando que lo hiciera

―Adiós Thor, sé... feliz...―le costó decir pero al final se dio media vuelta y caminó donde el mismo auto le esperaba

Loki casi la respetó por el increíble manejo de sus emociones, tomó al rubio del brazo para llevarlo consigo a otro auto donde los esperaba el agente Barton que miraba con recelo al dios de negra cabellera, faltaba poco para poder marchar de vuelta a Asgard, extrañaba el lugar aunque no fuese su hogar, quería enfrentar pronto a Padre de Todo y recibir el castigo que fuese a imponerle, estaba derrotado, el amor, para su desgracia, pudo con él.