Séptima Parte: "Ya no soy Mia"

2.8K 89 12
                                    


38

Sé que pasó mucho tiempo y muchas cosas pasaron por mi mente al comienzo, por mi cuerpo luego.

Encuentro en estas hojas la única gota de paz, si es que queda.

Prometo, por mi parte, mantenerme fuerte para contártelo todo. Aunque "todo" ya no exista para mí. Todo lo que era "todo" ahora son puros pedazos esparcidos por el aire que sin sentido respiro.

Apenas me subí a su auto la sospecha de que todo haya sido un sueño se desplomó. Por la ventana y sin poder mantener un ritmo estable de respiración vi como el papá de Sofía abrazaba a mi mamá y se despedía con un apretón de manos de mi papá, quienes sospecho que les agradecían semejante favor de último momento.

El viaje hasta su casa fue puro silencio. No sucedió nada extraño allí, pero yo ya sabía que aquel incidente de días atrás había sido real.

Abracé a Sofía al llegar mientras yo lloraba y ella pensaba que era por la muerte de mi tía.

Creo que la solté recién cuando se hizo de noche. Había que ir a dormir. Sabía que había que ir a dormir. Sabía también que yo no dormiría.

Y así lo hice entonces: no dormí esa noche. Ni apague la luz. Fui a la escuela y dormí luego toda la tarde, mientras el papá de Sofía tenía que ir a la comisaria donde trabajaba.

Pero otra vez se hizo de noche. Rápido. Muy rápido.

Y para colmo, esa sensación de seguridad al haber encontrado una especie de estrategia para evitar dormirme a la noche quedo sentenciada cuando Sofía entre saltos de alegría me contaba que su papá había conseguido permiso del rectorado del colegio para que no tengamos que asistir por dos semanas.

Supongo que fue en ese momento en donde mi mente se resignó. Esa misma noche me quedé dormida a las 2 de la mañana y 43 minutos.

Esa misma noche todo cambió.

Esa misma noche el papá de Sofía comenzó a ser Antonio.

Esa misma noche yo dejé de ser mía.

Primero violaron su menteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora