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25 de julio

Ayer volvimos al parque.

Me desperté y era un domingo hermoso así que después de almorzar la llame a Sofía y le dije que la pasaba a buscar para ir. El forro de mi hermano no me quiso llevar por lo que tuve que ir caminando. Son 7, casi 8 cuadras de distancia pero desde los 13 años que no me animaba a ir sola porque en la esquina de la casa de Sofi una vez un señor me dijo de todo. Pasaron un montón de años pero todavía se me hiela la sangre cada vez que paso por ahí ¡En un auto! ¡¡Imaginate esta vez que fui caminando!!

El tipo salía de su casa con su hijo, que tendría en ese momento unos 5 o 6 años y cuando me vio se acercó y me dijo cosas como: "Que rápido creciste chiquita", "Querés probar cosas nuevas", "Esa colita es mejor agarrarla ahora antes de que se llene de manos de pendejos". Lo peor fue cuando me arrinconó contra su auto estacionado y me empezó a tocar el pelo. "Yo sé que te gusta".

Y mira que si ahora me caliento con cualquier cosa, en ese momento era peor. Estaba en plena edad de las hormonas; pero no: eso no me gustaba. Eso me lleno de miedo. Tanto miedo que hasta el día de hoy me dan arcadas. Yo sé que estoy más grande y que si me pasaría ahora capaz me animo a hacerle un escándalo o pegarle tremenda cachetada, pero también sé que él es hombre y naturalmente más fuerte que yo, podría devolvérmela o anda a saber qué otras cosas. Por eso es mejor evitar pasar por ahí sola y listo.

Es la primera vez que cuento esto. Evidentemente te quiero mucho más que a nadie, Marco.

Creo que no fui yo la única víctima en esasituación: imagínate ese nene el día de mañana. 

Pobrecito, su propio papáenseñándole que a las mujeres se les tiene que meter miedo. 

Primero violaron su menteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora