Capítulo XXIV

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Elliot en multimedia.

Capítulo XXIV: Preferirías mil veces estos labios.

Alice POV

Chase me ayuda a salir del hospital, esto me está estresando. Desde que el doctor dijo que me podía ir a casa luego de retirar los medicamentos para el estrés y eso, Chase no a parado de seguirme como si fuese una invalida.

—Chase...

—Alice...—me observa divertido.

—Ya para. —me suelto en carcajadas y él sólo sonríe. —Me estás tratando como una niñita.

—Pues eso es lo que usted es ahora, niñita. —frunzo el ceño viéndome molesta pero la verdad me gusta. Me gusta que se preocupe por mí. Mamá me dijo que él no se había ido nunca de la sala de espera hasta que me dieron de alta.

Y es lindo, es lindo saber que alguien se preocupa por ti. Aún más que tus propios familiares.

Mi teléfono suena y miro a Chase quien después de sacarlo de su bolsillo me lo entrega.

Contesto la llamada viendo que es Elliot.

—¡Elliot bebé! —saludo alegre. Chase me sonríe y eleva sus pulgares.

—Hola Al, eh...—estoy esperando a que siga, sin embargo, no lo hace.

—¿Qué pasa? —pregunto algo nerviosa sin borrar mi sonrisa.

—Necesitamos tu ayuda. Verás, por culpa de Natalie estamos en la cárcel. —mi sonrisa se borra inmediatamente. Chase me observa con el ceño fruncido. —Y no podemos salir sin alguien mayor de edad que no sea el idiota de Max.

—Oh, entiendo. Estoy con Chase ahora y...iremos a sacarlos de ahí. Cuando llegue hablaremos de esto.—escucho una gritos del otro lado de quien supongo son de Natalie.

Genial, pero por favor no te aparezcas con Nate aquí. —quiero preguntar porqué pero corta la llamada antes de siquiera yo dijiera nada.

Suspiro. ¿Cuándo será el día en que los chicos no se metan en problemas?

—¿Qué pasa, cariño? —mi mamá aparece en mi campo de visión con una bolsa de plástico en su mano derecha.

—Yo...eh...nada. —le sonrío para que se tranquilice.

—Bien, vámonos. —empieza a caminar hasta el auto de Chase y la detengo.

—Eh...mamá, ¿No tenías turno hoy? —pregunto.

—Sí pero hablé con mi jefa y me dió permiso para ir a casa contigo. —me sonríe tiermente.

—Deberías de quedarte, tú sabes que puedo cuidarme sola. Tomaré las pastillas y prometo obedecer en todo. —mi mamá niega con la cabeza.

—No, tengo que cuidarte. —yo niego inmediatamente, Chase se ve confundido.

Lo entiendo en gran parte, cuando salimos estaba feliz de que mamá se fuera a casa conmigo y ahora es todo lo contrario. Pero, en ese momento no sabía que los chicos estaban en la cárcel. Y si ella va con nosotros se va a enterar y eso significaría castigo para todos.

Le hago una seña a Chase de que me ayude. Gracias al cielo él parece comprender y me ayuda.

—Yo me encargaré de cuidarla. —mi mamá voltea hacia él.

—¿Cuál es el problema de que yo vaya a casa? —pregunta exasperada.

—Ninguno pero, acuérdate que nos habías dicho que tenías una reunión con residentes. —ella abre los ojos en grande.

Cayéndo por ella Donde viven las historias. Descúbrelo ahora