Capítulo VI

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Alice Williams

Capítulo VI: Dedos rotos y el nuevo.

-¡Hey! -se queja Max saliendo de la heladería.

-¿Porqué tardaron tanto? -pregunta el idiota a Nate y a Max.

-Porque la bruja esa no le quiso poner Chispitas a a mi heladito. -tarro de aguantar la carcajada pero me es imposible.

Caminamos hacia el auto y Max se adentra en la parte trasera. Rápidamente nos damos cuenta que no vamos a caber.

-Eh...chicos, no alcanzamos. -todos me voltea a ver.

-Vamos Al, claro que sí. -Max me mira divertido. -Ven aquí. -Max señala sus piernas y yo cruzo en ceño. -¡Vamos! Ni que te fuera a morder.

Lo observo con desconfianza pero luego me adentro al auto y me siento sobre sus piernas. Por el rabillo del ojo pude notar que Nat hacía una mueca. La chicas se adentran al auto y Chase arranca.

×××

Nos sentamos en unas bancas cercanas de donde están los chicos jugando basket. En un momento observo la mirada perdida de las chicas. Volteo a ver al frente ya que estaba utilizando mi celular, y...vaya.

Observo como los chicos se quitas las camisetas y se las dan a Max -el cual también no la tiene puesta- observo como Max camina hacia nosotras y le tiende las camisas a Nat quien se sonroja tanto que parece que le va a explotar la cabeza.

Já, por maldita.

Como quieres a tu mejor amiga.

Ella me metió en vergüenza, de alguna forma me vengaría.

-¿Puedes cuidarlas? -le pregunta a Nat.

-Y-yo...E-eh...C-claro. -Max le sonríe y camina hacia los chicos.

Demonios.

Este chico está más bueno que el pan. Mi hermano, dios, ahora entiendo a Kate. No había notado que mi hermano tiene ese cuerpo, supongo que creció rápido y la adolescencia le ayudó. Nate está bueno,  pero nunca lo diría en voz alta. ¡Nunca!

Y Chase, bueno Chase...Chase es Chase. Y está demás decir que está bueno. Observo como Max le dice algo y inmediatamente él voltea. Me sonrojo sin poder evitarlo. Me da una sonrisa de esas moja bragas y me guiña un ojo. Aparto la mirada, claramente incómoda, y al parecer no era el único que se dió cuenta de mi mirada.

Las chicas me observan divertidas.

-¿Estás segura que no nos quieres pagar ahora? -las fulmino con la mirada y ellas se carcajean.

×××

Camino por los pasillos en busca de Austin. Saco mi teléfono de mi bolcillo traseto y escribo un mensaje.

Para: Aus :3   1:23 pm.

¿Dónde está?

Guardo mj teléfono nuevamente y levanto la vista, pero es demasiado tarde como para evitar chocar contra un cuerpo robusto. Caigo al suelo de culo.

-Mierda. -oí que la persona maldecía. -Deberías ver por donde caminas.

-¿Disculpa? Tú fuiste el imbécil que se tropezó conmigo. -la verdad no era cierto, pero no lo voy a dehar hablarme así, menos un desconocido.

Cayéndo por ella Donde viven las historias. Descúbrelo ahora