Capítulo XXV

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▪Natalie en multimedia.
▪Pd:la canción me encantaa,
Aunque ya es viejita♡

Capítulo XXV: Luego te explicaremos...

Ya son las diez de la noche casi y Nate nada que aparece. Estoy preocupada, Nate siempre —literalmente— siempre está en casa. Y si sale sólo es dónde los chicos y justo ahora todos están aquí.

Suspiro y camino hacia las escaleras para subir a mi habitación. Al llegar, camino hasta mi mesa de noche y tomo mi teléfono.

Ni una llamada, ni un mensaje.

Creo que Nate y yo tenemos una conversación pendiente. Pero, el problema es que ahora no le podemos decir que era mentira cuando Chase me besa cada que se le antoja.

Mi teléfono suena en mi mano. Una llamada entrante de Kate.

Hola bebéee. —saluda alegre.

—Hola. —saludo un poco apagada y cortante.

No puedo molestarme con Kate pero sinceramente creo que todo se complicó gracias a que ella nunca le habló a mi hermano sobre sus sentimientos.

Y no es que le esté poniendo toda la culpa a ella, es sólo el hecho de que Nate no sabe nada y tampoco es adivino.

¿Sucede algo? —pregunta ahora con menos entusiasmo.

—Es Nate. No ha regresado a casa desde... Desde bueno, ya sabes. —se queda en silencio unos minutos. Muerdo mi labio algo preocupada.

Alice, Nate estuvo aquí. Se disculpó conmigo, pero yo sólo le dije que se retirara. —llevo una mano a mi frente. Dios, tantos problemas. —Dijo que tenía el corazón roto y que no se hablaba con ninguno de ustedes dos.

—¿Hablaste con él? ¿Lo escuchaste? —del otro lado de la línea sólo hay silencio.

—No. —responde luego de unos minutos.

—¿Es enserio? Esto es una mierda.

—¿No regresó? —con uno sonido nasal niego.

No, nadie sabe dónde está. Los chicos me contaron que Austin viajó ayer por la noche a Nueva York, Katie, creo que le dieron la beca. —Kate guarda silencio.

—¿Quieres que vaya?

—¿Puedes?

Si me necesitas no dudes que iré. —sonrío. —Llegi en 20 minutos.

Cuelgo la llamada y el crujido de la puerta siendo abierta me hace voltear.

Chase aparece, me observa con ternura. Abre los brazos y lentamente me voy acercando a él.

—Enserio no puedo con tantas cosas, Chase. —él se encarga de dejar caricias por mi espalda y cabello.

—Claro que puedes Alice, no olvides que Alice Williams puede contra todo. —siento el sabor salado en mis labios.

—No creo que esa Alice sea tan fuerte. —él niega.

—Nop, es incluso muchísimo más fuerte que eso. —me separa un poco de él. —Claro que puedes con esto, y si sientes que ya no te puedes levantar, recuerda que siempre estaré ahí para ayudarte. No estás sola, cariño.

Paso por alto el hecho de que me acaba de llamar "Cariño" y me acerco a él. Beso su labios sintiendo mis latidos a mil. Creo que si alguien hace algunos meses me hubiese dicho que yo besaría a Chase de seguro me hubiese reído.

Cayéndo por ella Donde viven las historias. Descúbrelo ahora