La Lista

NUEVE: ¿Tus Celos?

Después de terminar de escribir el primer punto de mi patética cuenta regresiva me sentí extrañamente bien, como si me hubiera desahogado. Cierro mi libreta y decido recostarme en mi cama mirando al techo.

Suspiro.

Ahora no tengo ni la más mínima idea de cómo trataré a Ranma, es cierto que estoy cansada de que siempre salgan las cosas mal entre nosotros por culpa de terceros, pero por otro lado hoy me confesó que alguien le interesaba, y ¿si la persona que le interesa soy yo?

Me ruborizó de sólo pensarlo.

Me regaño a mí misma, se supone que debería estar tratando de olvidar a Ranma y hago todo lo contrario. De pronto una brillante idea (como la de la lista) viene a mi cabeza. Decido tomar una rápida ducha y me arreglo lo más bonita posible: un short de mezclilla con una blusa amarilla sin mangas, zapatos a juego con la blusa y me coloco una pequeña diadema; un vistazo al espejo y tras aprobar mi aspecto bajo a tomar el desayuno con el resto de la familia.

-Te ves muy linda Akane –me dice Kasumi en cuanto me ve. Su comentario provoca que toda la familia volteé a verme.

-Gracias... -contesto algo apenada y con la cabeza baja, siento los ojos de mi prometido sobre mí. Tomo con cuidado mi lugar en la mesa y todos comenzamos a comer en silencio hasta que mi oportuna hermana decide hablar.

-Vaya Akane, ya nos dirás quién es el afortunado chico con el que saldrás el día de hoy –suelta Nabiki tratando de molestar como siempre. Me pongo muy nerviosa y me pregunto cómo lo sabe, es decir, sí planeaba tener una cita el día de hoy pero sería una cita falsa, sólo para molestar a Ranma.

-Cállate Nabiki –es lo único que se me ocurre decir.

-Vamos hermanita no seas tan tímida, sino ¿por qué te has arreglado tanto? –me guiña un ojo tras decir el comentario.

-Eso no te importa – contesto molesta levantándome de mi lugar.

-Tal vez a mí no me importe, pero seguro a tu prometido sí o ¿tú qué opinas Ranma? –comenta pícaramente.

Mis ojos se fijan en el chico de la trenza, comienzo a sentir un gran interés por saber qué es lo que contestará. Ranma me mira y enseguida coloca ambos brazos cruzados tras su cabeza.

-¿Por qué habría de importarme lo que haga Akane? –dice con notable desinterés.

Una respuesta típica de él, no sé por qué razón esperaba que dijera otra cosa.

-Es verdad, no es de tu interés saber con quien salga hoy –digo retirándome de la habitación. Llevo conmigo un pequeño morral donde decidí guardar el cuaderno con mi preciada lista, ya que pensé que sería buena idea estar preparada para escribir en cualquier momento.

Estoy casi segura que Ranma me seguirá así que debo pensar en algo rápido. Mientras camino distraídamente por la calle choco con una persona.

-Lo siento, yo... no era mi intención... -le extiendo una mano a la persona que acabo de tirar debido al choque.

¡Gracias a Dios! Mi salvación.

-Akane pero ¿qué estás haciendo en Kioto? –pregunta Ryoga muy sorprendido mientras acepta la ayuda que le brindo para levantarse.

-Pero si estás en Nerima Ryoga –contestó con una pequeña risita, él me regresa la sonrisa. -¿Quieres ir por un helado? –pregunto. Ryoga se voltea hacia la pared y comienza a hacerle hoyos con su dedo, dice algo parecido a que debe ser su día de suerte porque lo he invitado a salir y yo me siento terrible por estar jugando con sus sentimientos, pero ya no hay marcha atrás. Lo tomo por el brazo y nos dirigimos hacia la heladería, en todo el trayecto no noto la presencia de Ranma lo cual me inquita un poco.

Después de comprar el helado nos sentamos en una de las mesas del local, Ryoga me cuenta algo, pero no presto atención sólo me limito a sonreír.

-Ahora regreso –lo interrumpo y me dirijo hacia el baño, necesito un poco de tiempo a solas para pensar mejor las cosas, me siento terrible por utilizar a Ryoga, más aún porque Ranma ni siquiera se apareció, tal vez decía la verdad y no le interesa con quien salga.

Vuelvo con mi "cita" decidida a terminar con mi tonto plan ya que no quiero lastimar a mi acompañante y es entonces cuando lo veo: una chica pelirroja vestida con traje de porrista está coqueteando con el pobre de Ryoga.

Típico de Ranma.

Me acerco molesta, me disculpo con Ryoga que parece algo confundido y sujeto a Ranma por la trenza mientras lo arrastro fuera del local, cuando estamos lo suficientemente lejos lo encaro.

- ¡¿Pero qué crees que haces Ranma?! –no puedo evitar subir un poco la voz -¡¿por qué molestas al pobre de Ryoga?! –

- ¡¿Por qué tienes que salir con ese cerdo?! –me reclama.

-Yo puedo salir con quién yo quiera y no lo llames así, él siempre se ha portado muy bien conmigo –contesto y puedo ver como el rostro de mi prometido se torna muy enfadado.

-Tú no puedes salir con quien quieras porque... -se queda callado.

-¿Por qué Ranma? ¿Por qué? –lo interrogo.

- ... - no obtengo respuesta.

-Ranma dime por qué – le pido ya un poco más calmada. Nos quedamos mirando unos segundos, estoy segura de que debo estar ruborizada e increíblemente también distingo rubor sobre sus mejillas, ahora que está en su forma de mujer es más fácil notarlo.

- Olvídalo Akane – me dice repentinamente mientras se aleja corriendo por los tejados cercanos.

-Ranma... -suspiro. Me encuentro muy confundida, no entiendo su comportamiento. Con el punto nueve de mi lista en la cabeza sacó mi cuaderno y pluma en ese mismo instante y comienzo a escribir.

NUEVE: ¿Tus Celos?

Ranma: ¿quieres saber que otra cosa odio demasiado de ti? Bueno en verdad no lo creo pero... qué más da, de igual manera te lo diré. Odio ¿tus celos? Y lo escribo como una pregunta porque de verdad no sé si eso que sientes son celos o es simplemente tu orgullo que no puede soportar que una chica no se fije en ti. Como sea, que te quede bien claro que odio ese comportamiento tuyo cuando estoy cerca de otro chico, lo odio porque me confunde, porque me hace sentir especial, porque me hace sentir que en realidad sí estás interesado en mí y eso me ilusiona demasiado.