Mi familia se puso muy feliz al enterarse que Ranma y yo ganamos sin ningún problema el torneo en la preparatoria, en especial papá y tío Genma, quienes como siempre dejan volar su imaginación más de lo necesario.
-Parece que tendremos el mejor Dojo, ¿no es así Tendo? -dice tío Genma abrazando a mi papá y sonriendo de oreja a oreja.
-Así es Saotome, los chicos ya están listos, todo indica que tendremos que adelantar la boda jaja –contesta mi padre regresando el abrazo al tío Genma e imitando su gran sonrisa.
¡¡¿Qué dicen?!! ¡¡¿Adelantar la boda?!!
Mis ojos se abren por la sorpresa de lo que acabo de escuchar, volteó a ver Ranma que se encuentra a mi derecha y su cara muestra lo mismo que yo siento: una mezcla de emociones. Nuestras miradas se encuentran y soy consciente de como el calor sube instantáneamente a mis mejillas, debo estar completamente colorada. Antes de desviar la mirada hacia el piso soy capaz de distinguir también un leve rubor en las mejillas de mi prometido. Papá y tío Genma nos miran divertidos sin perder su sonrisa. No sé si lo que dijeron es en serio o sólo están bromeando, no sé si estoy lista para casarme tan pronto.
Repentinamente dejan de reír y un silencio inunda la habitación por algunos segundos, terminan su abrazo y los dos adoptan una postura recta. Al parecer la idea de adelantar la boda va en serio.
-Ranma, Akane, ¿están dispuestos a iniciar con el Dojo? -pregunta mi padre.
-Es hora de que adquieran responsabilidades, en especial tú hijo –completa tío Genma.
La situación se torna incómoda porque ni mi prometido ni yo decimos palabra alguna. Al menos Ranma no ha negado la idea y eso es buena señal ¿o no? Y de pronto, como un ángel caído del cielo mi hermana Kasumi aparece.
-Quisiera preparar una cena especial para celebrar su triunfo –menciona tan dulcemente mi hermana mayor –Akane ¿puedes ir a comprar estos ingredientes que me faltan? -pregunta mientras me extiende una pequeña lista en un pedazo de papel algo arrugado.
-Claro –contesto inmediatamente y tomo aquel papel entre mis manos.
¡¡Gracias hermana, me has salvado!!
-Ranma, ¿puedes acompañar a Akane por favor? -pide Kasumi y el chico de la trenza asiente como respuesta.
Ambos nos dirigimos hacia la salida del Dojo sin decir palabra alguna y para nuestra fortuna nuestros padres tampoco vuelven a mencionar nada sobre la boda.
Camino al supermercado noto a Ranma muy distraído, es evidente que está meditando algo y ese algo debe ser el tema de nuestro casamiento. Me pregunto que pensará él sobre esto; como no quiero quedarme con la duda y aprovechando que las cosas marchan bien entre nosotros desde aquella disculpa de mi prometido antes de los combates, me armo de valor y decido preguntarle directamente.
-Ranma... -lo llamo con una voz tranquila captando de inmediato su atención, él me mira fijamente y de pronto mi valentía parece perderse, me pongo muy nerviosa. -Ranma... yo... bueno... - tartamudeo.
-¿Qué es Akane? -pregunta ansioso por saber qué es lo que quiero decirle.
Me ordeno a mí misma tranquilizarme, y después de acomodar y repetir en mi cabeza la pregunta que quiero hacer vuelvo a hablar.
-Ranma... quisiera saber qué es lo que opinas sobre... -.
-¿La boda? –completa como si leyera mis pensamientos.
-Sí, sobre eso – contesto -¿Qué opinas sobre casarnos? -
Ranma hace una cara algo extraña, como si estuviera pensando pero no contesta enseguida, motivo por el cual comienzo a arrepentirme por abordar el tema. No debí preguntarlo. No quiero que piense que lo estoy presionando. Pero... ¿Y si me dice que nunca quiere casarse conmigo? ¿Y si termina con nuestro compromiso en este instante? ¿Y si esa persona que le interesa no soy yo? Todas estas preguntas me agobian sin mi permiso mientras seguimos caminando, mi prometido no ha contestado mi pregunta pero yo no me atrevo a hablar de nuevo, así que andamos en silencio.
Sin darme cuenta llegamos al supermercado, nos detenemos en la entrada y Ranma coloca su mano sobre la puerta, espero unos segundos para que la abra pero eso nunca ocurre, es como si estuviera bloqueando mi paso. Extrañada volteo a verlo y me doy cuenta que me está mirando.
-Akane – me llama y yo lo observo interrogante, preguntándole con la mirada qué es lo que está pasando, por qué no abre la puerta del local. -Estoy de acuerdo si tú lo estás –dice.
No entiendo sus palabras. ¿De qué me habla? Mi prometido debe notar en mi mirada la confusión por la que estoy pasando porque vuelve a hablar.
-Sobre la boda... estoy de acuerdo si tú lo estás -sus mejillas se colorean tenuemente y trata de disimularlo colocando ambos brazos cruzados detrás de su cabeza y volteando distraídamente hacia un lado, se ve tan tierno.
Medito sus palabras y no puedo creer lo que acabo de escuchar, ¿me está diciendo que está dispuesto a casarse? ¡Sí! Él... Ranma... MI Ranma... él... ¡¡sí quiere casarse conmigo!! Sonrío y me abalanzo sobre él con los brazos extendidos. Le doy un gran abrazo el cual responde, casi olvidaba lo bien que se siente estar entre sus brazos, pero en esta ocasión es diferente porque al respirar hondamente me llega el mejor olor que he olido en toda mi vida: su aroma. No me atrevo a describirlo porque no encuentro ningún adjetivo que le haga justicia. Sigo abrazándolo y me permito embriagarme con su aroma, su olor.
Al cabo de unos segundos nos distanciamos lentamente porque, por más que quisiera, no puedo pasar el resto de mi vida entre sus brazos, embriagándome con el mejor aroma del mundo. Después de separarnos le sonrío como nunca en mi vida lo he hecho antes, estoy más que feliz, aún no me puedo creer que haya aceptado casarse conmigo. Entramos al supermercado y juntos buscamos los ingredientes solicitados por mi hermana, una vez que los pagamos regresamos a casa platicando amenamente. Podría asegurar que los dos somos... felices.
Tenemos una cena muy agradable con la familia y lo mejor de todo es que mi prometido y yo permanecemos juntos y simplemente me dejo llevar por el momento, ese aroma, su aroma, no dejo de percibirlo todo el tiempo. Todo es tan perfecto que prácticamente parece irreal.
Para mi desgracia el día poco a poco va terminando, ya son más de las 11:00 pm y Ranma y yo somos los únicos que permanecemos despiertos, estamos mirando un programa en la T.V. pero lentamente el sueño va venciéndome, doy un gran bostezo que capta la atención del dueño de los ojos azules, me mira y sonríe.
-Ve a dormir Akane –me dice –yo también ya iré a descansar –.
Mi rostro se entristece enseguida, no quiero que termine este día, tengo miedo de que nunca se vuelva a repetir.
-Te prometo que mañana también será un día genial, pero es hora de que vayas a dormir – me acaricia ligeramente la mejilla.
¡¿Quién eres tú y que has hecho con Ranma?!
-hmp –parece como si leyera mis pensamientos, no me queda más remedio que ir a mi habitación, él me acompaña y se despide de mí en la puerta.
-Buenas noches... -es lo que único que sale de mis labios antes de entrar.
Me tumbo en mi cama con los brazos extendidos, creo que este ha sido el mejor día de mi vida, al menos hasta ahora. Antes de que el sueño me venza por completo tomo mi cuaderno y dudo por un instante si seguir con la cuenta regresiva aún es una buena idea, lo estaba haciendo para encontrar razones para odiar a Ranma y olvidarme de él pero... a estas alturas creo que no es lo que quiero, por otra parte tampoco quiero dejar inconclusa esta lista. Al final decido terminarla aunque sea para conservarla como un recuerdo. Comienzo a escribir lentamente.
CUATRO: Tu Aroma
Ranma, creo que hoy seré breve: ¡Odio tu aroma! Es como una droga para mi cuerpo, tan sólo me bastó probarlo una vez para hacerme adicta a él. Es tan embriagador, tan único y tan indescriptible, no encuentro palabras que le hagan justicia, no puedo describirlo. ¡Es tan perfecto, tan tuyo, que lo odio!
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La Lista
FanfictionAkane está cansada de la problemática vida que lleva junto a su prometido, la cual incluye a otras tres "prometidas" que se encargan de arruinar los buenos momentos que puede pasar junto a Ranma. Tras una pelea con el chico de la trenza, la menor de...