CINCO: Tus Brazos

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Ranma y yo llegamos a la preparatoria, aún no hemos arreglado las cosas entre nosotros y a estas alturas no sé bien qué es lo que debemos de arreglar ¿Por qué las cosas con mi prometido tienen que ser siempre tan difíciles? En fin, una vez que llegamos Sayuri nos recibe y nos informa que el torneo en parejas se llevará a cabo aquí, en el gimnasio de la preparatoria Furinkan, pienso que eso nos da cierta ventaja, aunque en realidad Ranma y yo no la necesitamos. Mi amiga también nos dice que tendremos que usar un uniforme especial durante el combate.

-Tomen, aquí tienen el uniforme, vamos apresúrense en media hora comienza el primer encuentro –menciona por último mi amiga.

Después de ponernos nuestro traje de combate nos dirigimos a un pequeño cuarto en el gimnasio de la escuela, donde esperaremos nuestro turno para luchar. La tensión se puede sentir en el ambiente, cada minuto que pasa me parece más bien una hora.

Que incómodo.

Observo a Ranma de vez en cuando y en ocasiones también me observa a mí, pero en cuanto me doy cuenta él desvía su mirada. Desearía poder leer su mente, saber exactamente qué es lo que piensa de mí, poder conocer sus sentimientos, pero... ¡es tan complicado! Cuando parece que por fin comenzamos a llevarnos bien algo pasa y lo arruina. Pero aún así, pese a todo, yo... yo... lo a...

-Akane –dice mi nombre e interrumpe mis pensamientos.

-¿Qué ocurre? –respondo, sin poder evitar sonar algo indiferente.

-Akane yo... yo... lo siento –dice y no puedo creer lo que acabo de escuchar, ¿en verdad se está disculpando conmigo? Me pellizco disimuladamente para corroborar que no se trata de otro sueño.

-Está bien Ranma, no es nada –contesto y sonrío.

-No Akane no está bien –me sujeta por los hombros pero de manera gentil y me obliga a mirarlo a los ojos –no tienes que ser así de amable, yo me porté muy mal ayer contigo, yo... -

-Ranma... -lo interrumpo con la intención de hacerle saber que todo está bien, que su disculpa significa mucho para mí y que con eso es más que suficiente.

-No Akane, escúchame –me interrumpe ahora él a mí y mis ojos se clavan en los suyos –quiero que sepas que lo que te dije ayer no era realmente lo que quería decir, yo... - hace una pequeña pausa, parece que está haciendo un enorme esfuerzo por decirme lo que sea que va a decirme –yo... no quería decirte estorbo, lo que en realidad quería decir es que tengo mucho miedo de que algo te pase en combate y que yo.... –me atrae hacia su cuerpo y siento como sus brazos rodean mi cintura – yo no pueda protegerte –.

-Ra...Ranma –tartamudeo sin saber bien qué decir, su actitud me ha tomado completamente por sorpresa, y esta vez no se trata de ningún sueño. Ranma se acerca a mi oído y yo me estremezco, a estas alturas ya debo estar completamente roja.

-Sé que eres fuerte Akane, y que sabes luchar pero yo no puedo evitar preocuparme por ti, necesito protegerte y no quiero que nada malo te pase – sus palabras resuenan en mi cabeza y mis ojos se humedecen, son pequeñas lágrimas de felicidad. Soy consciente de la cercanía que hay entre mi prometido y yo, sus brazos siguen rodeándome y yo me he quedado sin palabras.

-Ranma gracias... - es lo único que se me ocurre decir y con mis brazos rodeo el cuello de mi prometido. Estamos tan tranquilos que quisiera quedarme así para siempre, la seguridad que encuentro al estar entre los brazos del chico de la trenza no puedo encontrarla en ningún otro lugar.

-¡Ranma, Akane llegó la hora de iniciar el torneo! –grita Sayuri y como por inercia Ranma y yo nos separamos.

-¡Vamos Akane, tenemos un torneo que ganar! –me dice el dueño de los ojos azules con entusiasmo mientras me sujeta la mano para guiarme a la puerta.

-¡Sí! –responde con una gran sonrisa.

Tal como lo pensaba, los combates son relativamente fáciles para nosotros, vamos ganando uno tras otro y puedo notar como Ranma hace hasta lo imposible para protegerme, siempre dispuesto a ponerse delante de mí para recibir algún golpe, dispuesto a rodearme con sus brazos para que nada me pase. Sin ningún problema llegamos a la final, el último combate es relativamente más difícil que todos los anteriores, pero, tras un poco más de esfuerzo conseguimos ganarlo.

Estoy más que feliz, no sólo por haber logrado el triunfo, sino porque hoy descubrí que Ranma y yo somos un buen equipo.

-¡¡Lo logramos Ranma!! –grito mientras me cuelgo de su cuello, un comportamiento poco habitual en mí pero me dejo llevar por la emoción del momento. Mi prometido recibe mi abrazo y vuelve a rodearme con sus brazos; podría acostumbrarme a esto sin ningún problema.

Más tarde, de vuelta en el dojo Tendo me encuentro sentada a la orilla del estanque con mi cuaderno y pluma en mano, después de meditar por unos segundos, escribo el punto cinco de mi lista.

CINCO: Tus Brazos

Ranma, hoy me di cuenta que tus brazos es otra de tus características que odio, te estarás preguntando por qué, bueno te lo diré... ¡Los odio porque me hacen sentir segura! Cuando me encuentro entre tus brazos olvido todo a mi alrededor, el tiempo se detiene, me siento a salvo, en paz, tan tranquila, podría pasar el resto de mi vida entre tus brazos, aaahh... ¡¡Los odio!!

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