DOS: Tus Ojos

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Después de llorar sin control jurándome una y mil veces que iba a olvidar a Ranma sin importar qué tuviera que hacer, el sueño me venció. Tuve unas terribles pesadillas en donde imaginaba a mi prometido pasear felizmente de la mano de Kodachi Kuno, riéndose y besándose, teniendo la cita más perfecta de todas las citas, así que tuve la peor noche de mi vida, al menos hasta ahora. Me despierto y veo el reloj junto a mi cama.

Genial apenas las 12:00 am y yo ya no puedo dormir.

Me levanto y me siento en mi escritorio mirando con distracción hacia la ventana en ningún punto en particular, después observo mi cuaderno, en donde tengo mi lista, la abro y comienzo a releer cada punto una y otra vez.

-Te odio, en verdad te odio –susurro sin dejar de leer.

De pronto, sin previo aviso la ventana de mi recamara se abre, observo con sorpresa unos grandes y hermosos ojos color azul que me miran directamente, me quedo sin palabras y completamente estática ¿qué hace él aquí?

-Akane –me llama y yo sólo me limito a seguir mirándolo –Akane –vuelve a decir mi nombre y enseguida fija su atención en mi cuaderno, en la lista. Reacciono de inmediato, por nada del mundo quiero que Ranma lea mi cuenta regresiva, ¡sería tan vergonzoso! así que arranco rápidamente la hoja y la hago bolita arrojándola a la basura como si no importara, mi prometido sigue con la mirada el destino del papel pero no dice nada al respecto.

-¿Puedo pasar? –pregunta finalmente con un poco de duda en su voz.

-No me parece apropiado estar a solas contigo en mi habitación a estas horas de la noche –contesto sin interés –es mejor que vayas a dormir – me levanto de la silla y camino hacia mi cama.

-Akane por favor –lo miro directo a los ojos y me pierdo por unos segundos, en ellos puedo ver un aire de suplica –quiero contarte lo que paso con Kodachi yo... -

-¡¡Basta Ranma!! –lo interrumpo –no me interesa lo que paso en su cita, así que por favor déjame tranquila – me giro y dejo de mirarlo con los brazos cruzados.

Ranma hace caso omiso a mi petición y entra a mi cuarto sin mi permiso, me toma por las muñecas y me obliga a mirarlo directamente a los ojos, la habitación está prácticamente a oscuras con una ligera luz de luna penetrando por la ventana, bajo otras circunstancias sería una hermosa escena romántica, pero no ahora.

-¿Qué quieres? –pregunto tratando de evitar por todos los medios mirar sus ojos.

¿Por qué estás tan enojada? –me dice –si es por la cita con Kodachi yo tengo que decirte que... -.

-¡¡Dije que no me interesa!! ¡¡Suéltame!! –digo a gritos que estoy segura despertarían a toda la familia.

-Tranquilízate por favor Akane –me pide aún en un tono calmado –no tienes por qué ponerte así porque... porque yo no tuve ninguna cita con Kodachi – dice al fin y me sonríe.

Me quedo completamente sorprendida, no creo lo que acabo de escuchar ¿será verdad?

-No te creo –digo sin más.

-Por favor Akane, créelo porque es cierto –suplica y toma con la mano derecha mi mentón obligándome una vez más a mirarlo directo a los ojos. Entonces puedo verlo, perdida en el hermoso azul de sus ojos soy capaz de notar que me está diciendo la verdad, pero no lo admito, no respondo, no le digo nada, sólo me quedo ahí, perdida en sus bellos ojos.

-Cuando iba con Kodachi, antes de comenzar la famosa cita fui capaz de comprenderlo –dice acercándose aún más a mi rostro.

-¿Qué cosa? –pregunto instantáneamente.

-Que no podría tener una cita con Kodachi –responde con naturalidad.

Quisiera creerle, sus ojos me dicen que está diciendo la verdad, pero me siento insegura, no sé qué hacer, en este momento no puedo pensar con claridad, giro mi rostro y observo el bote de basura en donde arrojé mi lista, cierro los ojos y suspiro.

-No te creo –digo seriamente.

-Pero... -reprocha –tienes que creerlo porque es la verdad –me mira de nuevo con esos ojos...

Deja de mirarme por favor.

-Tengo sueño Ranma –miento –debes salir de mi cuarto – veo en su mirada la decepción por la que está pasando, estoy a nada de arrepentirme y arrojarme a sus brazos, pero no lo haré, soy fuerte ¿Qué no fue eso lo que estuve repitiéndome toda la tarde? ¿no me prometí olvidar a Ranma?

-¡¡Eres tan terca Akane!! –me grita con desaprobación antes de abandonar mi habitación.

Me quedo mirando la puerta cerrarse tras mi prometido y ahí estoy otra vez llorando, otra vez por su culpa o ¿es mi culpa? Bufo con frustración, camino con decisión hasta el bote de basura y rescato el pedazo de papel, lo desarrugo lo mejor que puedo estirándolo con mis manos y comienzo a escribir, no me detendré hasta terminar mi lista.

DOS: Tus Ojos

¿Sabes Ranma? No creo que tengas idea de lo MUCHO que odio tus ojos. Sí, lo sé, suena estúpido ¿cómo alguien podría odiar los ojos de otra persona? Pero yo lo hago, ¡odio tus ojos! Te preguntarás cuál es la razón, simple: arruinan mi vida cada que los miro; su color azul tan penetrante, tan profundo, me atrapan por completo, no me queda más remedio que perderme en ellos. Cada que los miro creo poder descifrarte Ranma, ese par de grandes ojos color cielo me hacen creer que aún hay alguna posibilidad entre nosotros ¡¡Los detesto tanto!!

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