Después de tomar el desayuno me dirijo directamente a mi habitación, parece que en los últimos días se ha convertido en mi lugar favorito. Coloco mi cuaderno sobre la mesa y me arrojo con los brazos extendidos sobre mi cama, después de un breve suspiro me giro hacia la pared y sujeto con fuerza mi almohada entre mis brazos, comienzo a recordar lo sucedido con Ranma durante nuestro entrenamiento. ¿Es mi imaginación o a pesar de nuestras diferencias mi prometido se ha estado comportando bastante bien conmigo? No estoy segura, sus acciones simplemente me confunden demasiado.
Me regaño a mí misma por no poder sacarlo de mi mente, se supone que quiero olvidarlo pero estoy haciendo todo lo contrario, creo que debo seguir buscando más razones para odiarlo. Después de rebuscar en mis pensamientos el sueño me vence y me quedo dormida.
Un discreto golpeteo en mi ventana me despierta, abro los ojos confundida sin saber cuánto tiempo ha pasado desde que me quedé dormida. Me levanto preguntándome quién podría ser y al mismo tiempo pensando que sólo una persona sería capaz de estar esperando a que abriera.
-Ranma, pero ¿qué haces aquí? –pregunto algo extrañada.
Él me sonríe como respuesta y yo me quedo helada, su sonrisa es... ni siquiera tengo palabras para describirla. Ranma continua sonriendo como esperando alguna reacción de mi parte. Comienzo a preguntarme si se trata de una imagen real o lo estoy imaginando, tal vez es un sueño. Estiro mi mano con cuidado hacia su rostro y con un suave movimiento le retiro un mechón de cabello.
Mi contacto hace que mi prometido levante sus cejas expresando sorpresa, pero no se aleja de mí, es más, su sonrisa sigue intacta. Me encuentro confundida, este no es un comportamiento usual en él, me quedo mirando la sonrisa que me brinda sin decir ninguna palabra y me pierdo en ella. Es radiante, como una luz abrasadora que me llena lentamente.
Sigo sin entender la situación, más bien, sigo sin poder creer que Ranma esté ahí afuera de mi ventana mirándome cómo lo hace, pero sobre todo, sonriéndome de esa manera; sí, podría pasarme la vida entera mirándolo sonreír.-Akane... -por fin se decide a romper el silencio. Lo miro expectante, quiero saber qué me dirá, quiero conocer la razón por la que está aquí.
-Luces linda cuando recién te despiertas –me dice y puedo sentir como me sonrojo al instante -¿puedo entrar?-.
Doy un paso hacia atrás en respuesta mientras asiento en silencio y el dueño de los ojos azules ingresa a mi habitación. Camina con cautela hacia mí mientras vuelve a repetir mi nombre; inconscientemente doy pasos hacia atrás tratando de dejar algo de espacio entre nosotros, pero él se encarga de reducirlo enseguida. Su comportamiento comienza a ponerme muy nerviosa, no entiendo qué es lo que ocurre y sin darme cuenta mi espalda termina chocando contra una de las paredes de mi habitación. Ranma continúa acortando la poca distancia que hay entre nosotros, se detiene a escasos centímetros de mí y coloca ambas manos sobre la pared formando una pequeña prisión de la que soy incapaz de escapar.
-Ranma... pero qué... -trato inútilmente de articular una pregunta coherente, pero la situación no me ayuda. Mi prometido acerca su rostro al mío y enarcando la ceja derecha vuelve a ofrecerme esa sonrisa. ¡Dios me está volviendo loca! ¡¿Qué es lo que trama?!
-Akane... -mi nombre sale nuevamente de sus labios con una voz ¿seductora? Mi corazón comienza a latir rápidamente.
Maldición cálmate.-Akane... -no deja de repetir mi nombre una y otra vez así como tampoco deja de sonreírme. Es como una pequeña tortura pero de alguna extraña manera lo disfruto. ¿Qué debo hacer?
-¡¡Akane!! – abro los ojos sobresaltada al escuchar una voz gritar mi nombre, mi corazón sigue latiendo rápidamente.
-¡Akane! –ahora distingo la voz de Nabiki llamándome –Sayuri vino a visitarte –.
-Sólo fue un sueño –susurro con un tono de tristeza en mi voz, parecía tan real. A mi cabeza viene la imagen de mi prometido sonriéndome, esa sonrisa...¡demonios no puedo sacarla de mi mente!
-¡Akane! –vuelve a llamar mi hermana.
-¡Voy enseguida! –respondo y me levanto de la cama. Antes de bajar a ver a mi amiga tomo mi cuaderno y con el punto siete de mi lista muy claro comienzo a escribir.
SIETE: Tu Sonrisa.
Ranma, iré directo al grano con este punto: ¡Odio tu sonrisa! ¡¿Por qué tienes que sonreír de esa manera?! Cada que la veo no puedo evitar ilusionarme, esa jodida sonrisa tuya me transporta a otra parte, es como una luz brillante que me atrapa e hipnotiza, ¡Dios, no puedes imaginar lo mucho que me hace soñar! Porque sí Ranma, que te quede muy claro que si tú me sonríes yo no tengo más remedio que perder la cabeza.
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La Lista
FanfictionAkane está cansada de la problemática vida que lleva junto a su prometido, la cual incluye a otras tres "prometidas" que se encargan de arruinar los buenos momentos que puede pasar junto a Ranma. Tras una pelea con el chico de la trenza, la menor de...