Sí quiero.

90 8 20
                                    

Narra Auron

Habían pasado ya varias semanas, y si mis anteriores meses habían sido de películas de bodas, fotos de anillos y demás cursilerías, éstos eran peor. No ha habido un sólo día en que Isma, y Joaquín, no hayan hablado de bodas.

Me llevaron a ver muestras de colores, muestras de tela, a comprar trajes, a elegir flores y decoraciones, a comprar zapatos... La única salida que más o menos disfruté, fue cuando me llevaron a probar la comida que servirán el próximo sábado.

¿Mencioné que Joaquín ha estado quedándose en mi casa? Así es, han puesto tanto en esta boda que a veces les daban las tres de la mañana planeando algo, o buscando opciones, o viendo las mismas películas una y otra vez.

Hoy Jordi y David me habían organizado una despedida de soltero, nada muy extravagante. Nos reunimos los tres en casa de Jordi para tomar unos tragos, cómo era costumbre.


-Pero mira lo hecho mierda que estás.- dijo Jordi para luego reír.
Era verdad, me veía fatal, estaba cansado, no había dormido suficiente en días, mi tiempo se dividía entre mi trabajo y cumplir los caprichos de Isma.


-Así te vas a ver si decides casarte.


-Me estás dando más razones para no hacerlo.


-No es tan malo como parece- dijo David.


-Si, claro.- dijo Jordi alargando la "a"- Eso lo dices porque Raúl es el que ha tenido que soportar a tu pasiva durante días.


-Ya se la cobraré- bromeé- le enviaré a Isma unos días. Oí a Joaquín mencionar que quiere hijos, así que te vas a divertir un montón.


-No puedo creer que de nuevo esté pensando en el tema de los hijos. Creí haberlo distraído suficiente regalándole un perro.  - negó con la cabeza para después darle un trago a su cubata.


Nos reímos un rato y dedicamos el resto del día a reírnos como gilipollas y pasarla bien.

Por su lado, Isma y Joaquín supuestamente iban a dedicarse a hacer cosas para la boda que yo no podía ver, de modo que pude obtener mi descanso, con mis amigos, sin preocuparme por nada.



Y deprisa y sin avisar, llegó el sábado.

Miraba por la ventana de mi habitación que daba al jardín, todo se veía perfecto y toda la gente importante para Isma y para mí estaban aquí.

Sentí una mano sobre mi hombro, y poco después escuché la voz de mi madre.

-¿Nervioso? -me dí vuelta para poder verla.

- Quizás un poco... -acomodó mi corbata y el cuello de mi camisa, cómo lo hacía cuando era pequeño y tenía que vestirme "elegante".

- No tienes porqué, cariño. Todo va a salir perfecto. Toda la familia está aquí, tus amigos, y lo más importante es que Isma está aquí. - al escuchar su nombre, no puedo evitar sonreír.

-Tienes razón. - Me devolví a la ventana para seguir viendo a los invitados que estaban ahí. Me concentré en la primera fila, dónde normalmente deberían estar mis padres y los de Isma. Sólo que, por obvias razones, no era así. - ¿Mamá?

Cuteness in his Darkness || WisplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora