Tú... ¿De Verdad Me Amas?

Capítulo 4

Luego de hablar eso, reinó un silencio horrible..

-Y dime.... ¿ya has hecho lo que los adultos hacen?- me preguntó con picardía

- ¡¿QUÉ?!, ¡obvio no!, no lo he... hecho- respondí muy avergonzada

-Jaja, pues... yo si

-¡¿EH??!, ¡¿qué dices?!, ¡¿ya lo hiciste?!- le pregunté impactada

-La verdad nio, sólo quería ver tu cara de impresión- la miré mal- si, no lo he hecho, porque cada vez que lo intento... Takao sale huyendo- dijo cansada

-¿Por qué?- traté de no reír fuerte

-¡No lo sé!, si la que saldría huyendo sería yo no él, ¿verdad?- asentí

-Si, tienes razón..

-Y... ¿has hecho el intento siquiera con tu... "Midori-kun"?

-...N-no- desvié la mirada

-¿En serio?, ¡no te creo!- me miró con una sonrisa burlona

-Es cierto- le dije sincera

-Vaya, ¿y es que acaso no te da ganas?- ladeó su cabeza con una enorme sonrisa pícara

-¡¡NO!!, ¡por supuesto que no!- grité muy avergonzada

-Qué horrible amiga, pues es una ley que tienen que hacerlo, si no lo hacen pues... quiere decir que él es del otro bando- dijo entre risas

-¡Él no es gay!, ¡si lo fuera no estaría conmigo!

-¡Qué sabremos!- alzó sus manos

- Es que... yo estoy esperando ese... momento- confesé sin pensarlo

-¿Qué esperas mujer?- me dijo curiosa

-A-a que.. él empiece...- cubrí mi rostro, ella sólo explotó a carcajadas

- ¡No me jodas!, ¡mejor empieza tú!, porque de él no le veo ninguna esperanza querida, ¡mejor empieza tú!- me "aconsejó"

-No, esperaré mejor- negué

-Después no te quejes- se encogió de hombros aún riendo

-Claro- asentí- oye... quiero que me seas sincera a lo que te preguntaré

- Claro, ¿qué es?- se detuvo de reír para verme atentamente

-.... He estado con la incógnita porque tú eres una mujer y mejor sería hablar este tema con una mujer y no con un chico..

-¡A ver!, ¡deja de rodeos!, ¡habla de una vez!- me dijo irritada

-... ¿Soy plana?- le pregunté incomoda

-¿De adelante?- asentí con obviedad, ella me miró enarcando una ceja- pues... no mucho

-¿Si o no?

-Pues... no amiga

-¡¿Por qué soy así?!- me quejé furiosa

-¿Y de qué te preocupas?, no sirven para nada- me dijo como si nada

- ¡Claro me lo dice alguien que no es como yo!- le lancé una mirada asesina

-Yo soy plana querida- se defendió

-¡¿QUÉ?!, ¡¿que no eres plana dices?!, ¡tienes demasiado!, ¡eso no es planicie!- inquirí furiosa

-Bueno..., me molestan en verdad- dijo subiendo un poco sus pechos con sus manos- desearía donártelos

-Sería muy bueno- lamenté

-¡Pero tu no eres plana!, ¡tienes tu poco!, ¡¿por qué te quejas?!- me dijo molesta