Capítulo 43

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Estaba haciendo nuestra cena, y de castigo le dije que me acompañara, obviamente se rehusó pero lo amenacé y ahora está a mi lado ayudándome.

- ¡Haz bien esos cortes! ¡Maldición!

- ¡¿Podrías callarte?!- me grita a lo que yo le golpeo con la cuchara en la cabeza

- No me grites, respétame- compartimos miradas de odio puro y seguimos con lo nuestro.

A fin de cuentas no cenamos nada, primero porque... Envés de hacer las cosas, nos gritábamos y en segundo porque... Toda la "sopa" se cayó al piso, y todo fue porque por "accidente" le puse el pie y se tropezó, estampando su rostro en la cocina.

Una escena muy cómica y vengativa. Pero trajo sus riesgos.

Me gané una regañada del siglo, que creo por la frecuencia salieron los gatos corriendo, su ignorancia y su odio.

Ahora mismo estoy llevando una pequeña bolsa con hielo, si es que por mi estupidez, tiene su mejilla algo morada y pues... Me siento culpable.

Me senté en el sofá y no recibí su mirada.

- Ehm...- quiero hablar pero la voz no me sale- lo siento..

No me dice nada y sólo se cruza de brazos.

Con ayuda de mis rodillas, me arrastré hasta quedar cerca de él y le coloqué con algo de miedo la bolsa en su mejilla.

Sólo gruñó de dolor.

- D-de verdad lo siento, yo no quería..

- Cállate- logra soltar muy, pero muy molesto, cosa que me dió miedo y callarme

¿Por qué siempre soy tan estúpida? Rayos..

Pasaron minutos, horas supongo y no hablamos ninguno de los dos. Todo estaba en silencio y sólo podía oír algunos grillos afuera y perros ladrando a quién sabe qué. Hasta nuestras respiraciones eran inaudibles.

Suspiré cansada y me dejé caer al lado contrario. La bolsa cayó al suelo y ya, nada pasó.

- Mierda... Mierda- susurro molesta golpeando mis piernas

Volteo a verlo y me acerco a él otra vez, y como perro regañado pidiendo que lo acaricien, me apoyo a su brazo. Quiero su perdón no que me acaricie..

Bueno, las dos cosas..

-... En serio perdóname

Suplicas y súplicas a continuación, y nada en lograr que hablara.

-... Perdóname ¡¿si?! ¡Dime algo siquiera!- le reclamo ya irritada- ¡¿no vas a hablar?!- no me dice nada

Resoplo y acomodo mi cabello hacia atrás.

¡Qué difícil es este chico! ¡Santo cielo!

Harta ya, tomé su rostro y sólo así pude lograr que me mirara siquiera.

- ¡Por el amor de Dios! ¡Háblame! ¡¿Estás molesto aún?!- sólo me mira seriamente, cosa que me cabreó- ¡maldita sea! ¡Ya Midorima! ¡Perdóname!

No me dice ni una puta palabra. ¡Decidido! ¡Ya no sé qué hacer!

Bajo la mirada y dejo caer mis manos.

-.. Perdóname por todo lo que te he hecho

No esperaba su respuesta pero, sólo recibí un leve empuje hasta chocar con su pecho y sentir su mentón apoyarse en mi cabeza.

No dije nada y sólo me dejé vencer por el sueño.

Al basurero todo, intenté por dos horas haciendo que hablara, estoy exhausta, merezco descansar.

Tú... ¿De Verdad Me Amas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora