Capitulo 20

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Estábamos en su casa. Solos. En absoluto silencio. Aunque escuchaba los latidos de mi corazón. Él me ponía nerviosa. Y yo a él. Él no se inmutó a nada más que llevarme a lo que era un sofá. Yo no hice nada más que sentarme. Y perdí la conciencia, sin acordarme para qué vine.

–Kally... –llamó. –Te debo una disculpa. Nunca te dije nada. –esperé un momento, pero lo único que volví a escuchar fueron sus respiraciones.

–No me interesa, Dante. –le dije tranquila. –No me importa ahora. –Sabía que estaba frunciendo el ceño, confundido. Yo me sentía igual, por la seguridad que salían mis palabras al hablar.

–¿Qué? –preguntó. –¿Entonces... qué sucede? –su voz preocupada, me hizo suspirar.

–¿Podrías...? –me corté por un momento sin saber si era correcto decirlo. Si era correcto hacerlo. <<Con el corazón>> me regañé interiormente – ¿puedes abrazarme, Dante?

Mi corazón dio un brinco. Fue como si se agrandó. Como si el tiempo se detuvo. Como si todo se apagó, y se volvió a prender.
Un cortocircuito. Pero el más hermoso de todos.

Estar entre sus brazos, parecía ser lo mejor del mundo. Protección, temor y amor –de mi parte–, se mezclaban en una mezcla hermosa... y peligrosa.

Lo amaba. Lo quería lo suficiente como para extrañarlo por siempre. Tenía derecho a extrañarlo, quererlo y amarlo. No importaba lo demás, justo ahora no lo hacía. Yo lo quería, y ese abrazo era lo suficiente para mí. No me había dado cuenta, que por mi mejilla ya corría una lágrima, que continuó su camino hasta el hombro desnudo de él, donde mi cabeza descansaba. Con una mano, saqué mi anteojo y lo tiré lejos, sin importarme. Y volví a abrazarlo por la espalda, enredándonos entre cuerpos. No quería separarme; sólo quería sentirlo cerca antes de que me arrepienta.

–No llores. –susurró cerca de mi oído. Las mariposas abundaron mi estómago. –No quiero que lo hagas. No merezco tus lágrimas. Quiero verte feliz, Kally, no quiero verte llorar. No sabes lo hermoso que sonríes, ni lo mal que me hace verte triste. No me merezco tus lágrimas. Fui un mentiroso antes... pero prometo no volver a serlo. Eres tan importante para mí, que me asusta; perdóname. Por favor.

–No puedo perdonarte –dije entre lágrimas –no me siento consciente de hacerlo, Dante. –respondí en susurros, también.

–Prometo no volver a dañarte. Prometo explicarte todo. Prometo cambiar. Prometo... empezar de cero. –intentó. Sonreí con nostalgia, mientras besaba su hombro.

–No prometas lo que no harás, Barkin. –suspiré. – Solo quiero que me abraces, y... por primera vez en tu vida... intentes quererme lo suficiente. –le dije. Mi voz suave y clara.

–Lo hago. –sabía que mentía. Pero esa mentira rellenaba mis pulmones, para emocionarme y callar mi orgullo.

–Entonces, bésame. –impuse sin pensarlo. Sabía que él estaba confundido por mi brusco cambio de actitud; pero no importaba.

Nada importaba ahora.

–¿Qué hiciste con mi Kally Ponce? –preguntó, con su voz en un susurro.
–Solo está actuando con el corazón. –respondí sinceramente, sin despegarme un poco de él.

En lo que parecieron minutos, me hizo separar de su hombro con lentitud máxima; ahuecó mi rostro entre sus manos, limpiando con sus pulgares el resto de lágrimas. Su respiración se mezclaba con la mía y mi corazón iba a salir del pecho.

–Perdón... –susurró cada vez más cerca. Su respiración sonaba más cerca, más... más.
Mierda. Sus labios.

Un beso. Dos besos. Cinco besos. Perdí la cuenta, doble mierda.

Sus labios eran tan hinoptizantes y tan ambiciosos. Amaba sentirlos sobre los míos; amaba que esté cerca de mí; deliraba con cada caricia en mi cintura. Amaba todo. Sus labios pasaron a mi clavícula, bajando y a su vez, dejando un sonoro ruido en ellos; era tan placentero, que me obligaba a tirar la cabeza para un lado, o para atrás. Una gran debilidad, una nueva. Y volvió a subir por donde bajó, colocando sus expertos labios sobre los inexpertos míos; mis manos acariciaban su nuca, luego el extremo de sus hombros llegando a su ancha espalda, dejándome sentir la superficie de sus tatuajes.

–Kally, no... –susurró con la voz ronca. Volví a besarlo con ganas. –No podré detenerme, sí... –pero yo quería hacerlo.

–Nadie dijo que tendrías que detenerte. –dije también, con la voz ronca. Con mi dedo índice, tracé una figura imaginaria a lo largo de su tatuaje, en su brazo. –¿Un tigre? –pregunte al sentirlo. Él murmuró un 'Uhm' como asentimiento. Sonreí tímidamente...

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Me desperté enredado con las sábanas de mi cama, seda azul y celeste. Sentía un poco frío al ambiente, pero un pequeño cuerpo estaba bajo mi brazo, es decir, un sedoso cabello usaba como almohada a mi brazo derecho. Abrí los ojos con lentitud y la observé; tiritaba de frío dormida, su pelo despeinado esparcido por todos lados, llegando a cubrir todo mi brazo, su cara relajada, su boca abierta y su cuerpo casi destapado completamente en la parte trasera, dejándome ver, una vez más, su trasero descubierto, parte de sus piernas y espalda, ya que estaba dormida de costado a mí, mirándome. Reprimí una carcajada, pero no pude contra la sonrisa que sin querer se expandió sobre mi rostro.

Se veía hermosa.

Por más de que lo de ayer no fue nada de lo normal para mí; que el contacto de sus labios con los míos no ocasionaba nada, sabía que en ella sí. Y no le diría que no. También la había extrañado, no en ese sentido, pero como amistad lo había hecho.

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Apa, ahre. Les vengo a comentar que hay una novela PALLY y una novela TANDY, las dos son cortas SUPER cortas, en mi perfil.

Solo aproximadamente 13 capítulos para que termine la novela...

Blind for love || DALLY  || Kally's MashupDonde viven las historias. Descúbrelo ahora