Capítulo 10

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¡Último capítulo! Disfrutadlo. Antes os recomiendo escuchar las canciones que se van a mencionar porque me costó bastante encontrar unas canciones que se adaptaran a lo que quería.

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Akiteru se despertó con ganas de ir a visitar a su hermano al trabajo. Gracias a la inexistente habilidad para mentir de Tadashi, el mayor de los Tsukishima logró sonsacarle a Yamaguchi la dirección exacta del local. Llegar al lugar era complejo si no conocías su situación concreta, pero gracias a las indicaciones del lindo chico de pecas consiguió no perder demasiado tiempo con su búsqueda.

Frente a él se levantaba un imponente edificio que, aparentemente, no llamaba la atención. No era la gran cosa, podría decirse, y se confundía con el resto de casas situadas a ambos lados del lugar. Paredes de hormigón comunes con pintura vieja y desgastada por la erosión y ventanas lo suficientemente grandes como para airear por las mañanas. La calle estaba tan tranquila que costaba creer que aquel edificio albergaba un casino de tal magnitud. No salían luces de las ventanas y la música no llegaba hasta sus oídos a no ser que pegara la oreja en la puerta y, aún así, la insonorización llegaba a tal extremo que solo lograba escuchar suaves melodías y alguna que otra voz que sonaba como un susurro.

Sin más tiempo que perder, Akiteru llevó sus nudillos a la puerta, esperando llamar con la clave secreta que Tadashi le había enseñado. Sin embargo, una mano en su hombro le hizo detenerse y girarse con cautela para encontrarse con el hombre que lo había pillado en plena acción.


— Hey, jaja... Verás, venía a buscar a alguien a... bueno, a este lugar, pero nadie me dijo la clave. — el moreno frente a sus ojos parecía estar ansioso por poder entrar en el local. El Tsukishima mayor no estaba muy convencido, ¿pero quién era él para dudar?

— Entiendo. — le dedicó una cálida sonrisa, rodeando su cuello con su brazo como si fueran "colegas", a pesar de haberse conocido apenas un par de segundos.


Akiteru llamó a la puerta al fin con dos toques largos y dos cortos. La puerta se abrió con lentitud, revelando frente a ellos la figura de una chica alta y morena de gafas. Su atractivo se resaltaba gracias a su vestimenta; una camiseta blanca con los primeros botones desabrochados, un chaleco negro, falda negra y medias negras altas. Su cabello estaba recogido en una bonita trenza con un lazo rojo, y suaves mechones resbalaban por su rostro. Ella los miraba con detenimiento, frunciendo levemente el ceño al observar a Kuroo, pero relajando la expresión con Akiteru.


— Yamaguchi-kun me dijo que vendrías. Está trabajando, puedes ir a sentarse a aquella mesa y te atenderá. — le explicó. El rubio no esperó más y se dirigió hacia donde la chica le indicó. Acto seguido, ella miró al moreno. Tetsurou tembló levemente, riendo con nerviosismo.

— Yo buscaba a...

— Sí, lo sé, a Tsukishima-kun. Ahora mismo está preparándose. — aquello dejó desconcertado al chico. — Te recomiendo dar una vuelta por las instalaciones hasta que sea la hora.


Kuroo no quiso preguntar por el simple hecho de no ser insistente, y le hizo caso a la mujer, dirigiendo sus pasos por el local. La música no estaba tan alta como en una discoteca ni tan baja como en una cafetería; suponía que era normal en un casino. Nunca había pisado uno, por lo que aquello era nuevo para él. Sus pies lo llevaron hacia la zona de juegos por mirar lo que había por allí y saciar su curiosidad. Tragaperras, máquinas y juegos de mesa, lo típico de las películas, pensó. Había dos mesas de juegos de cartas que pudo diferenciar, ignorando otros juegos como la ruleta o los dardos. El Pócker estaba presidido por el crupier, un chico de rostro serio y relajado que repartía las cartas con tranquilidad, controlando a los clientes para que no hubiera altercados. Pudo leer su nombre en la chapa metálica que estaba en su chaleco negro "Ennoshita Chikara". Su vista se desvió más tarde a la mesa del Blackjack, escuchando algunas voces más altas que otras. El crupier, esta vez un chico rapado, tenía su camisa algo desabotonada y sus mangas estaban subidas. Su apariencia era más ruda que el otro chico, sin duda. El tal "Tanaka Ryuunosuke" tentaba a los clientes con una sonrisa burlona y comentarios como "¿Ahh? ¿No vas a apostar más? Te veías muy confiado al principio" acompañado por un todo de voz divertido. Kuroo sonrió de lado sin darse cuenta, pensando en que aquella táctica era algo "sucia", pero efectiva.

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⏰ Última actualización: Apr 15, 2018 ⏰

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Más dulce que la sal [KuroTsuki/BokuAka/IwaOi] [Yaoi/Gay/Haikyuu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora