Capítulo 3

2.2K 256 20
                                    

¡Nuevo capítulo! Siento haber tardado, he estado ocupada n.nU Como compensación subiré dos caps~

__________

— ¡Hinata, idiota!

— ¡Kageyama tonto!

Ya no era de extrañar escuchar aquellos gritos de los cuervos más jóvenes. El pelinaranja, un chico bajito pero con una agilidad y rapidez inhumanas, era bastante despistado y torpe en ocasiones, lo que causaba el desespero en su novio, un chico moreno más alto que él y con, en ocasiones, un aura siniestra rodeándolo. Tobio agarraba a Shouyou por el cuello de la camiseta, alzándolo mientras el pequeño se ponía de puntillas y trataba de separar al otro. Dos chicos, uno moreno y bajito con un mechón rubio, y otro alto de pelo rapado, reían al ver la escena.

— ¡Nishinoya, Tanaka, no os riais! — les reñía Ennoshita, cruzándose de brazos.

— C-Chicos, calmaros... no os pongáis así... — decía con nerviosismo un chico algo de cabello largo, Asahi, quien trataba de hacer que los menores dejaran de pelear. Obviamente no obtuvo resultados exitosos.

— ¡Hinata! ¡Kageyama! ¡Parad de una vez! — la ronca y grave voz del jefe hizo que ambos se detuvieran de golpe, disculpándose por su comportamiento.

Yamaguchi reía suavemente ante aquella escena, al lado de su mejor amigo. Tsukishima estaba sereno, pensativo; estaba raro, y Tadashi lo sabía. El rubio no se había burlado de Hinata ni de Kageyama, ni había hecho comentarios sarcásticos sobre ellos, lo que resultaba preocupante para el pecoso. Yamaguchi trató de adelantarse hacia el resto de la banda, pero Kei lo agarró del brazo para llevárselo a una zona apartada y soltarlo allí.

— ¿Tsukki? ¿Qué ocurre?

— ¿Quién era aquel chico? — preguntó con seriedad. Ante el desconcierto del más bajo, agregó. — El del callejón, el que te acosaba.

— ¿Oh? ¿Kuroo-san? Solo es un... amigo. — no sabía cómo definir la relación que tenía con él. — Lo conocí un día por la calle, se preocupa por mí. No es malo.

— Pues no lo parece. — respondió. — Parece que te estaba acosando.

— ¡No! — negó con rapidez, sorprendido. — No, Kuroo-san no me acosa, solo es un poco pesado a veces, pero nunca me hizo nada. — suspiró un poco y le sonrió al de gafas. — Gracias por preocuparte, Tsukki, pero no tienes por qué. — finalizó antes de salir de allí para ir junto al resto. Pero antes de poder, notó un agarre en su muñeca que lo hizo girarse para mirar a su mejor amigo.

— Si te hace algo, avísame.

— Sí, Tsukki.

No era como si fuera la intención de Bokuto encontrar una de las zonas de actuación de la banda Johzenji, ni mucho menos tenía planeado lo que pasaría a continuación. Y es que ese buhíto despistado —pues su peinado recordaba al de un búho cornudo— acababa teniendo suerte gracias a sus instintos animales. Tampoco estaba entre sus planes que se encontrara a solas con el jefe de la banda más peligrosa de su zona, quien se mostraba igual de confuso que él. A cualquiera le habría resultado graciosa aquella escena, donde dos rivales se miraban confusos al no entender qué los había llevado a aquella escena.

— ¡Hey hey hey! ¡Te he encontrado, y no puedes hacer nada para impedir que te lleve a la cárcel! — gritó con ímpetu el de cabellos blancos y negros, señalando con su dedo al rubio frente a él.

— ¿Aaah? ¡De eso nada! — respondió Terushima, cruzándose de brazos y alzando una de sus cejas, mientras ladeaba la cabeza. — No sé qué haces aquí, pero mejor que te vayas.

Más dulce que la sal [KuroTsuki/BokuAka/IwaOi] [Yaoi/Gay/Haikyuu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora