43

452 53 42
                                    

Llegó viernes por la noche, una hora antes de la que había dicho Pete. Éste se encontraba viéndose a través del espejo, acomodando su cabellera negra. Se terminó de alistar y cuando vio la hora, se dio cuenta que aún tenía tiempo, a lo que solo se quedó limpiando un poco el lugar.

Miró una última vez la hora y vio que ya era hora de ir por Patrick, a lo que agarró su suéter, llaves, su celular y salió de casa, cerrando ésta con llave. Se subió a su auto y encendió éste, después comenzando a andar en él. Alrededor de unos diez minutos llegó a casa de Patrick, a lo que estacionó el auto y se bajó, comenzando a caminar hacia la puerta de aquella casa.

Tocó un par de veces la puerta y unos segundos después se abrió, dejado ver del otro lado a una señora.

—H-hola, ¿está Patrick? —Habló Pete con nervios.

—¡Oh! ¿Tú eres Pete? —Preguntó ella entre risas, Pete solo asintió.— Sí, Patrick ya viene en camino, si gustas pasar. —Dijo y se apartó de la puerta, dejando pasar a Pete.

—Gracias. —Susurró Pete, después pasando.

Se sentó en el sofá y miró su celular, esperando a que ya llegar Patrick para irse finalmente.

—¿Gustas algo de tomar? —Preguntó la señora acercándose a Pete.

—Solo un vaso con agua, por favor. —Pidió y ella asintió, después metiéndose a la cocina.

Cada minuto que pasaba, Pete miraba hacia el reloj, y aunque pareciera que tuviera prisa y que ya quería irse, no era así, solo quería estar con Patrick y verlo. Aquella señora regresó unos minutos después con un vaso de agua y se lo pasó a Pete, a lo que éste lo aceptó y comenzó a beber de él.

—Creo que no nos hemos presentado bien. —Habló ella sentándose a su lado.— Me llamo Patricia y soy la madre de Patrick, mucho gusto. —Sonrió y estiró la mano hacia Pete.

—Yo soy Pete, un amigo de Patrick —y futuro novio, pensó él.—, mucho gusto. —Sonrió y agarró la mano de ella, sacudiendo éste.

Hablaron un poco y se conocieron mejor. Hablaron tanto te Patrick de pequeño como algunos anécdotas de Pete.

Alrededor de unos minutos, llegó Patrick a la sala, y lo único que pudo escuchar en cuanto llegar eran risas, tanto de su madre como de Pete. La señora Stump volteó al escuchar los pasos y al ver a su hijo, se levantó y caminó hacia él.

—¡Patrick! —Estaba hablando con Pete, es un chico gracioso, me encanta, creo que deberías quedarte con él. —Sonrió ella al ya estar frente a él, haciendo que éste se sonroje.

—¡M-mamá! —Gritó un poco apenado y miró hacia Pete.— ¿Podemos irnos? —Preguntó mirando hacia el pelinegro, a lo que éste solo asintió y se levantó igual de su lugar.

El pelinegro se levantó y caminó hacia la mamá de Patrick, sonriendo y dándole un abrazo como despido.

—Ha sido un placer conocerla. —Sonrió.

—Igualmente, ojalá vuelvas a pasar por aquí. —Sonrió ella.

Patrick comenzó a caminar hacia la salida mientras jalaba a Pete del brazo, caminando hacia el auto de éste y subiéndose. Cuando ambos estaban ya en el auto, Pete miró a Patrick un poco confundido.

—¿Qué pasa? —Preguntó el pelinegro.

—Nada, solo que has hablado con mi madre. —Rió apenado el rubio.

El pelinegro asintió un tanto confundido y arrancó el carro, comenzando a andar. Patrick solo miraba el camino mientras Pete no dejaba de mirar el camino.

Whatsapp [Peterick]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora