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Pete esperaba a que Patrick saliera por fin, tenía alrededor de unos cinco minutos esperando recargado sobre su auto, veía como es que algunos salían y se iban o solo se quedaban ahí, pero no veía a Patrick por ningún lado.

Alrededor de unos segundos después, vio salir a Brendon, solo que no iba acompañado de Ryan ni Patrick, lo cual se le hizo raro. Se acercó a él.

—Hey, Bren. —Saludó el pelinegro.

—Hola, Pete. —Sonrió el frenton al ver a su amigo.

—¿No has visto a Patrick? —Preguntó éste, volviendo a buscarlo con la mirada.

—Se quedó haciendo unas cosas con Ryan, dijeron que ya iban a salir. —Contestó el de lentes.

—Ah, está bien. —Asintió éste.

Hablaron un poco más, esperando a los demás chicos. En eso, llegó Dallon, amigo de ambos.

—¡Hola! —Saludó el más alto, más para Brendon.

—Hey. —Saludó el pelinegro.

—Hola. —Rodó los ojos Brendon.

Brendon era de los pocos que sabía de los sentimientos de Dallon hacia él, y no sabía qué hacer, porque sentía poco por Dallon, pero sentía más por Ryan.

Hablaron los tres un poco, Pete sintiéndose excluido por culpa de Dallon, pero no le importaba, solo quería ver a Patrick.

Pasaron otros cinco minutos cuando vio a Patrick salir junto con Ryan, a lo que sonrió. Patrick, al ver a Pete a lo lejos, sonrió de oreja a oreja y salió corriendo hacia éste, lanzándose a sus brazos y plantando un pequeño beso sobre sus labios, haciendo reír a Pete.

—¿Ya salen? —Preguntó Ryan cuando llegó.

—Aún no. —Contestó Pete abrazando a Patrick por la cintura.

—Yo opino que se ven lindos juntos. —Sonrió Dallon, haciendo que Patrick se sonroje.

—¿Nos vamos ya? —Preguntó el pelinegro mirando hacia el rubio, a lo que el último mencionado solo sonrió.

—¿Nos llevas? —Preguntó Brendon, refiriéndose a él y Ryan, incomodando un poco a Dallon.

—Claro, súbanse.

Se despidieron de Dallon y cada uno se subió al auto, Brendon y Ryan atrás mientras que Patrick en el asiento del copiloto y Pete en el de piloto.

En todo el camino fueron escuchando música a todo volumen, cantando las canciones a todo pulmón, después riendo. Cuando no cantaban, solo decían chistes malos, tan malos que hasta risa causaban.

—¿Por qué la niña ciega tiró la ropa? —Preguntó Brendon entre risas.

—No sé, ¿por qué? —Preguntó Patrick.

—Po-porque dijo su mamá que si la tiraba iba a ver. —Contestó el frenton entre risas.

—¡Brendon! —Gritó Pete entre risas.— Yo tengo uno; ¿qué hacen cien negros en una pared blanca?

—No sé. —Contestó Ryan confundido.

—Código de barras. —Contestó el pelinegro entre risas, haciendo que todos exploten de la risa menos Ryan.

—No entendí... No espera, ya entendí. —Dijo comenzando a reír.

Y así estuvieron todo el camino, hasta que dejaron a Ryan y después a Brendon, cada uno en sus respectivos hogares.

Pete decidió dar un paseo en el auto junto a Patrick, ya que no sabía a dónde ir. Patrick, mientras jugaba con la mano libre de Pete, plantando pequeños besos sobre éste de vez en cuándo.

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