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Pete entró en pánico al leer el mensaje de Patrick, pero sabía que tenía que ir. Se alistó, tomándose su tiempo. Se sentía nervioso, apenado, avergonzado.

Salió de su casa, cerrando la puerta con llave y después subiéndose a su auto y se quedó un par de minutos ahí dentro. Miró sus mano y pensó "¿por qué?", él no solía hacer eso, pero lo hizo.

Finalmente, decidió encender el auto y tomar camino hacia la casa de su novio.

Un par de minutos después, llegó.

Sintió que su respiración comenzaba a ser más rápida, sentía cómo su corazón comenzaba a acelerarse; sentía el palpitar en sus oídos, haciéndolo sentir un tanto incómodo.

Unos segundos pasaron hasta que finalmente se bajó del auto, cerrando la puerta de éste y metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón, así caminando hacia la puerta. Sacó una mano del bolsillo y tocó la puerta, así volviendo a meter la mano al bolsillo y mirando hacia el suelo, pensando en muchas cosas.

Segundos después se abrió la puerta, Pete alzó la mirada y vio a Patrick; estaba destrozado, desilusionado, más no estaba llorando. El rubio se apartó, dejando pasar al pelinegro. Ambos se sentaron lado a lado sobre el sofá, pero era más que obvio que Patrick no quería estar tan pegado a Pete.

Se quedaron unos segundos en silencio, hasta que Patrick finalmente habló.

-¿Por qué? -Fue lo único que dijo, soltando un suspiro.

-Puedo explicarlo. -Susurró Pete, mirando hacia Patrick.

-Bien, hazlo entonces.

-Patrick, yo... Estaba ebrio, en verdad no quise hacerlo. -Habló apenado, Patrick solo soltó una pequeña risa.

-La besaste. -Murmuró, más para él que para Pete.

-Lo sé, y en verdad me siento mal, apenado, no fue mi intención.

-Eso no es lo que yo vi. -Murmuró nuevamente, apartando la mirada.

12 horas más temprano

Patrick solo había ido al baño, nunca había ido a un bar ni nada así, pero Pete lo había convencido en ir, y lo logró.

Cuando regresó a donde estaba anteriormente, no le gustó lo que se encontró; Pete besando a una chica. Ni siquiera se resistía ni intentaba separarse, simplemente se estaban prácticamente comiendo.

Patrick intentó hablarle a Pete, pero ni siquiera atención le ponía.

Se sintió mal, muy mal, a lo que simplemente decidió salir de aquel local, llamando a algún taxi y así regresar a su casa.

En la actualidad

-En serio, no fue mi intención. -Suplicó esta vez, el rubio solo lo volteó a ver.

-Si en verdad no fue tu intención, no lo hubieras hecho desde un principio. -Habló, comenzando a dejar que sus ojos se llenaran de lágrimas.

-Patrick, estaba ebrio, en verdad no fue mi intención, -soltó un sollozo, acercando una mano hacia el rubio, pero éste se apartó, a lo que el pelinegro regresó su mano.- te juro que solo fue un beso, y que no pasó nada más. -Suplicó, mordiendo su labio inferior.

Se quedaron en silencio unos segundos, Pete mirando directamente hacia Patrick mientras que éste miraba un punto fijo en el suelo. Un rato después, el rubio miró el rostro del pelinegro y soltó un suspiro.

-¿Lo prometes? -Susurró.

-Lo prometo. -Susurró igual.

El rubio asintió lentamente, acercándose un poco al pelinegro. El mayor se dio cuenta de esto, a lo que comenzó a acercarse igual, de la misma velocidad. Sus rostros se juntaron tanto a tal punto en que sus respiraciones chocaban, sus labios casi pegado, pero ninguno se animaba a hacerlo.

Patrick miró a Pete hacia los ojos y se dio cuenta que éste miraba directo hacia sus labios, a lo que soltó una sonrisa ladina y él pegó sus labios, al mismo tiempo que colocaba sus manos sobre las mejillas de él. Pete correspondió casi al instante, como si supiera que eso iba a pasar. Pasó sus manos hacia la espalda del rubio, acariciando éste.

A los segundos se separaron gracias a la falta del aire, pegaron sus frentes y Patrick soltó una pequeña risa, a lo que Pete sonrió.

-Te amo. -Murmuró Patrick.

-Te amo más. -Murmuró Pete.

Unieron sus labios una vez más, solo que esta vez fue un beso más apasionado. Pete lamió el labio inferior de Patrick, a lo que éste entendió casi al instante y abrió su boca, así dejando pasar la lengua de Pete.

Su lengua recorrió todo el interior del rubio, hasta que juntaron sus lenguas, era como si estuvieran bailando juntos, al mismo tiempo era como si estuvieran teniendo una pelea.

Pete se separó un rato después y comenzó a bajar sus besos hacia el cuello del menor, haciendo que éste soltara pequeños suspiros, al mismo tiempo ladeando la cabeza para darle más espacio.

El mayor mordió el cuello del rubio, dejándole una pequeña marca, que después se vería mejor.

Volvió a subir sus besos hacia los labios contrarios, besándose un rato. Comenzaron a desvestirse, pero solo lograron estar ambos sin camisetas, con las respiraciones agitadas y el cabello revuelto, ya que alguien los interrumpió al haber tocado la puerta.

Pete se levantó y caminó hacia la puerta, Patrick así intentando recuperar su respiración. El mayor, al abrir la puerta, se quedó un poco sorprendido al ver de quién se trataba, no era porque no quería verlo en ese momento ni nada al estilo, sino que no tenía esperado que justo en ese momento llegase.

Entró un hombre sonriente, viendo a Pete, sin notar a Patrick. Pete dijo algo, a lo que aquel hombre volteó y miró a Patrick, quedando un poco apenado. Miró a ambos chicos y se dio cuenta de lo que había hecho. Se disculpó con Pete un par de veces, pero éste solo le decía que no se preocupara. Patrick se levantó y se colocó la camiseta de Pete, ya que fue la primera que había agarrado del suelo y caminó hacia ellos. Pete lo abrazó por los hombros.

-Papá, -comenzó.- él es mi novio, Patrick. -Sonrió, mirando hacia Patrick.

-Mucho gusto, señor. -Saludó Patrick, alzando la mano hacia aquel hombre, el cual él aceptó y sacudieron sus manos.

-El gusto es mío. -Sonrió.- Hace mucho no veía a Peter feliz. -Bromeó, a lo que ambos chicos rieron, Patrick solo porque se sentía obligado a hacerlo y Pete porque estaba apenado.

Hablaron un buen rato los tres, al parecer el papá de Pete solo había pasado por ahí porque quedaba hacia donde iba a ir, y simplemente quiso visitar a su hijo.

Se fue como media hora después, volviendo a disculparse con los chicos por haberlos interrumpido.

Patrick se quedó en la cocina mientras que Pete había ido a despedirse de su papá. Regresó unos segundos después y se sentó a lado de Patrick. El rubio lo miró y sonrió, acercándose a él y uniendo sus labios.

-¿Dónde nos habíamos quedado? -Dijo en broma en medio del beso, haciendo reír al mayor.

Pasó sus manos por el cabello del contrario, mordiendo y jalando el labio de éste. Al soltarlo, soltó una pequeña risa, contagiando al contrario de éste.

El mayor se levantó junto con el menor, así volviendo a unir sus labios nuevamente. Pete cargó a Patrick en sus brazos y lo llevó hacia su cuarto y... Bueno, ustedes pueden imaginarse lo demás.

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