69

322 45 33
                                    

El famoso día llego, tanto Patrick como Pete estaban más que nerviosos, ansiosos, emocionados y sentían muchas más emociones en ese momento. Patrick en ese momento se encontraba en una habitación de su casa con Gerard, Ryan y Awsten, los tres chicos intentando calmar al rubio. “¿Y si accidentalmente digo que no? ¿Y si me tropiezo? ¿Y si hago el ridículo frente a todos?”, aquellas y más preguntas hacía el chico de lentes, consiguiendo un ataque de pánico, mientras que los tres contrarios intentaban animarlo y calmarlo.

Por otra parte, Pete estaba con Brendon, Frank, Spencer y Mikey. Como el contrario, se hacía preguntas tales como; “¿Y si dice que no? ¿Y si ni siquiera aparece? ¿Y si digo otra cosa en vez de la que tenía planeada? ¿Y si hago el ridículo?”, claro, como Brendon siendo su mejor amigo, era el que más lo ayudaba en ese momento.

Tenían tan solo una hora para ir a donde sería la boda; en el lago en medio del bosque, aquel al que Pete llevó a Patrick cuando le propuso matrimonio. El camino hacia allá era entre 25-30 minutos, a lo que sentía que ya debían irse, ya que Pete sentía que él debía estar ahí antes que Patrick, aparte que sentía que si salían un poco después, iban a llegar tarde.

El rubio oxigenado insistió en que lo llevaran en ese momento, consiguiendo finalmente un “sí” cinco minutos después. Se acomodó el cabello un poco, así sintiendo que Brendon lo agarrara del brazo y lo jalara fuera de su casa y lo subiera a su auto. Brendon se encontraba en el asiento de piloto, Spencer en el de copiloto y los demás iban en la parte trasera, estos intentando calmar al marido mientras que los de en frente iban hablando y bromeando.

Pocos minutos después también salió Patrick de su casa, éstos iban en el auto de Gerard, a lo que él iba en el asiento del piloto, Ryan en el de copiloto y Awsten atrás con él.

Todos los chicos por sus partes intentaban calmar a los maridos, lograndolo a veces, pero otras veces no. Como era de esperarse, Pete llegó primero al lugar. Ninguno de los chicos se bajaron del auto, a lo que Pete murió a través de la ventana y vio que ya habían llegado una buena parte de sus invitados, al igual de Patrick. Miró a los demás chicos, ninguno se iba a bajar hasta que él se bajara. Pidió la hora, a lo que Brendon contestó; 5:50. Faltaban solo 10 minutos para que comenzara. Suspiró, cerró sus ojos, sacudió sus manos y se preparó mentalmente. Finalmente, asintió. Se bajaron del auto al mismo tiempo, así caminando hacia la gente, todos felicitando a Pete. Cuando faltaban solo 5 minutos, cada uno se fue a sus lugares. Brendon iba a ser el padrino, por lo que se tuvo que parar detrás de Pete.

En eso, llegó el auto de Gerard. Pete se puso más nervioso y sintió sus manos sudar, haciendo que le falte un poco de aire. Salieron los chicos de aquel auto, a lo que simplemente se le quedó viendo a Patrick, quedando embobado. Cuando sus miradas conectaron, ambos sonrieron de oreja a oreja. Todos voltearon a ver a Patrick, a lo que se levantaron de sus asientos. El rubio, junto con Gerard, caminaron en medio de las personas, ya que el teñido era su padrino. Cuando llegaron a sus puestos, Patrick miró a Pete y le sonrió, murmurandole un “Hola”.

El sacerdote dio su típico discurso, hasta que pidió los votos de los chicos.

—Bien... —Comenzó Pete.— Todo comenzó en una primavera hace poco más de tres años, cuando Brendon había cambiado su número de teléfono y casualmente me equivoqué en un número al haberlo anotado —ríe levemente.—, te juro, que no me arrepiento para nada el haberme equivocado, en realidad creo que ese fue el mejor día de mi vida. Aunque, pensándolo, tenemos los mismos amigos, me pregunto, ¿cómo es que nunca nos conocimos? —Ríe un poco nervioso.— Bien, Patrick, eres el chico al que más amo, y el único al que amaré. Yo podría pasarme toda la vida viviendo a tu lado, y no me cansaría de eso. El solo pensar que todas las mañanas despertaré a tu lado me hace mucho más que feliz. Te amo tanto, y en verdad no sé cómo explicarlo, son tantas las palabras que podría usar y ni así podría llegar a una parte de lo tanto que en verdad es. No tienes ni idea de cuánto te amo, a ti, a tus defectos, todo lo que odias de ti mismo, todo eso y más amo de ti. Amo estar contigo y hacerte sentir bien, porque, aunque más cliché que suene, yo nunca estaré bien sabiendo que tú no lo estás. Debo admitir que, aunque antes de ti, tuve parejas, pero nunca sentí lo que siento contigo, nunca fue algo tan fuerte. Nunca pensé que en verdad me fuese a enamorar tanto de un chico, siempre pensé que el amor de mi vida sería una chica, pero aquí estoy, viendo lo equivocado que estaba con eso. Tú eres eso lo que la gente suele llamar mi “media naranja”, eres mi luz del día, el amor de mi vida... Podría estar aquí, diciendo mil cosas más, pero no quiero aburrir a los demás —ríe mirando hacia el público, viendo cómo algunos se veían tan felices al escuchar las palabras del chico.—, así que ya terminé. —Miró al sacerdote y asintió, a lo que ambos miraron a Patrick, el sacerdote permitiéndole hablar.

—¡No es justo! No solo puedes dar todo un buen discurso y ya, solo te faltaba un micrófono y dejarlo caer y luego yéndote de aquí. —Bromeó, haciendo al público reír también.— Bien... También te amo, no tienes ni idea de cuánto, eres lo mejor que me ha pasado en la vida, sé que si no hubiera sido por ti, yo estaría en este justo momento en mi casa, viendo alguna serie en netflix aún en pijama. Bien, todo lo que dijo Pete háganlo el doble para mí —bromeó nuevamente, haciendo reír de nuevo al público.—, pero también, lo que siento por ti es tanto, que si intentara plasmarlo a través de palabras, nunca lo lograría, ni aunque pensara y pensara, es demasiado. El solo pensar que tienes amigos y saber que hablas con ellos también, me da un ataque de celos, porque sé que no solo hablas de mí. Y la verdad sí intento ocultarlo, aunque no sé si logro hacerlo —se encoge riendo levemente.—, puedo limitarme a decirte que te amo mucho, y en verdad, gracias por estar a mi lado a pesar de todo. No sé si tú eres mucho para mí o yo muy poco para ti, porque he escuchado que dicen ambos, y la verdad no me importa, porque a pesar de todo, yo te amo a ti, y serás el único que amaré por siempre. Tú eres como mi oxígeno, sin ti no puedo vivir, no sé qué haría sin ti. En verdad, no sabes cuán agradecido estoy de que me hayas elegido a mí, habiendo tantas personas mejores que yo, pero agradezco el que sea yo que tú hayas elegido. Te amo, y te lo diría tantas veces al día, hasta que te canses de ser lo único que escuches todo el día. —Suspiró sonriendo, miró al sacerdote y asintió.

—Bien, ya puedes besar al esposo. —Habló mirando hacia Pete.

Pete, sin dudarlo, se aventó a Patrick, colocando sus manos sobre la cintura contraria y besando sus labios, a lo que el contrario pasó sus brazos por detrás del cuello de Pete, así correspondiendo al beso. Se quedaron así un buen rato, hasta que se les acabó la respiración a ambos. Miraron hacia el público y todos comenzaron a aplaudir, haciendo que los recién casados sonrieran de oreja a oreja.

—Felicidades. —Murmuró Brendon inclinándose a Pete, a lo que éste lo miró y asintió en agradecimiento.

Como ahí también iba a ser la fiesta, fueron hacia las mesas, las cuales estaban a un par de metros de ahí. Pete y Patrick se sentaron en la mesa más grande, junto con sus amigos, los que mejor se llevaban con los recién casados, todos en pareja. Pete tomó la mano de Patrick y miró el anillo que tenía.

—No puedo creer que esto éste pasando. —Murmuró, a lo que solo los dos lo escucharon.

—Yo tampoco. —Respondió, mirando hacia el contrario.

Se dieron un corto beso, ya que en eso había llegado Awsten hablándole a Pete. Éste se disculpó con Patrick y se alejaron un poco para hablar. Patrick solo se limitó a hablar con sus amigos, notando que Gerard y Frank por poco iban a terminar teniendo sexo en sus asientos, a lo que simplemente les lanzó una piedra que agarró del suelo, haciendo que éstos se separen.

Unos segundos después, Pete se sentó a lado de Patrick nuevamente, pasando su brazo por los hombros de Patrick, abrazandolo de tal manera. Hablaron hasta que escucharon el micrófono sonar, voltearon y vieron que era Awsten y Geoff, éste último con una guitarra acústica.

—Bien, eh... Escribí una canción para Patrick de parte de Pete, espero que te guste... ¡Oh! Y felicidades. —Sonrió, dejando ver que era más que obvio lo nervioso que estaba.

Geoff comenzó a tocar unos acordes, después Awsten comenzando a cantar.

—Gracias. —Habló el teñido al haber terminado, riendo un poco.

Patrick, al terminar de escuchar la canción, sonrió con lágrimas llenando sus ojos, así abrazando a Pete y besandolo de una manera tierna pero desesperada.

El resto de la noche todos solo se divirtieron, bebiendo y bailando a más no poder.

Whatsapp [Peterick]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora