Capitulo 3

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Y ahora estoy aqui, el auto esta aparcado fuera de la inmensa mansión de mis padres. Es mas grande de lo que parece desde fuera. Theodore y yo subimos todo él equipaje de Pheobe mientras ella acapara a nuestros padres.

Porque sigues aquí?

Regresamos con ellos, él viaje ha sido largo. Mis padres se ofrecen a hacer una cena tamaño familia Grey que quiere decir todo eso? Todo él clan estará ahi, amigos de mis padres y de mis hermanos. No quiero formar parte de esto ni nada mas prefiero excluirme.

Todo es tan falso.

–Hijo nos acampañaras a la cena?

Mi madre me mira con ojos esperanzadores.

La punta de mis dedos rascan el cabello de mi nuca–Tengo mucho  trabajo encima, no puedo quedarme.

No me siento parte de esto. No. No puedo hacerlo ni hoy ni nunca.

Tampoco quiero darle falsas esperanzas.

–Anda hijo la pasaras bien con la familia.

Mi padre trata de convencerme igual que mi madre, estar aquí para mi ya es un sacrificio monumental.

–Estoy algo cansado y como dije antes tengo trabajo.

Respiro aliviado cuando estoy en mi apartamento. Eres un idiota Edmond. Sigo con él mismo informe desde hace una semana en las manos, tengo que tener una propuesta lista a esto, es mas difícil de lo que pensé. No puedo concentrarme.

¡Joder!

Hojeo de nuevo las primeras paginas, no consigo centrar mi cabeza. Necesito una distracción. Él negro brillante de mi guitarra que cuelga a un lado de la puerta llega a mi dirección.

Hace mucho que no toco.

Vamos Edmond era eso cuando querías escapar y tu vida era una completa mierda. Aun lo sigue siendo. No tengo nada aquí en Seattle absolutamnete nada por lo que deba permanecer en este sitio, Debí quedarme en Los ángeles al menos ahí estaba fuera del alcance de toda esta basura.

He conseguido dormir una horas despues de una ducha rapida vivo  al día en mi empresa, lo que me rodea es lo que mis padres decidieron darme. Lo que es mio es lo de mis propios méritos que merezco es allí donde debería estar con lo que me corresponde. No aqui.

Sienten culpa.

No Edmond, no la sienten es un engaño y estas callendo en su juego, te compraron obsequiándote esta empresa que no es tuya, la que vives manejando desde que estas en seattle. Desde hace unos meses.

Estas Dañado.

Si, lo estoy. Desde que era un niño.

¡Maldicion!

No me gusta él camino que mis pensamientos están tomando hasta cierto punto. Seguirle él ritmo a esto no me llevara a nada bueno. Lo mejor sera no asomar las narices por ahora.

Salgo y me encuentro en un espacio de reunion, ajusto mi corbata y tomo asiento. Me tomo él tiempo de estudiar los rostros que me rodean son los mismos. La rutina es la misma. Dos horas de una extensa reunión, he estado evitando encontrarmelo desde que llegue, es posible que mi padre quiera hablar de mi actitud de ayer. Lo único que quiero es largarme.

La secretaria me tiende unas carpetas, esta siendo coqueta conmigo. Como todos los días. Recuerdo cuando recién llegue aquí.

«Este es mi hijo Edmond Grey»

Ahora soy su hijo. Irónico.

«Continua con tu trabajo, el estara acargo ahora, ella tiene el mismo tiempo que tu aqui»

Y desde entonces Elizabeth no deja de traerme él café todas las mañanas y de ponerme al corriente. Sera así de atenta con todos? No amigo solo con lo que le interesa y cuando digo eso es porque es mas que notorio, podría decirse que no ha dejado de aletear sus pestañas desde entonces, estuve a punto de hacer una auditoria necesitaba unas carpetas cuando me acerque a la oficina estaba encima del tipo a cargo haciendole una cubana. Zorra resuena en mi cabeza, no me sorprendería que lo deje en banca rota si lo hace con tal de obtener algo a cambio. Dinero.

Para ella no seria ni él primero ni él único tipo que cae en sus "encantos".

Estaban preocupados de perder su empleo por lo que vi, por ella podría decir que puede conseguir trabajo con solo chasquear los dedos en cualquier sitio. Temían por tener malas referencias mías, pero me importa una mierda.

Edmond, Edmond, Edmomd, porque estas siempre en él sitio equivocado y en él momento equivocado? Nunca estas en él momento justo. Ese mismo día estaba lloriqueando en mi oficina explicandome lo que paso.

«Señor Grey, le juro que me obligo, dijo que si no cumplía con sus ordenes me iría muy mal me amenazo y perdería mi trabajo»

Al principio me sentí como un idiota porque estuve a punto de informarle a mi padre lo de su despido, pero fue muy tarde, mi padre entro a mi oficina para saber como manejaba mi entorno y escuchó todo lo que salio de la boca de Elizabeth.

«Quiero a ese bastardo mal nacido afuera».

Ha sido la primera vez que despido a alguien de esta empresa y esta mujer usa sus atributos si así se le puede llamar, para permanecer flotando en su propia tabla de salvación.

–Señor Grey, le he traído las carpetas que necesita.

–Gracias, puedes retirarte.

–Puedo ayudarle en algo mas?

Quieres jugar, perfecto juguemos.

–Sonrio–. Claro que si puedes.

–Digame en que necesita mi ayuda? –se acerca a mi de manera segura. Quiere seducirme.

–Retirandote.

Es cosa de segundos para que azote la puerta al marcharse. Esta furiosa, debe estar escupiendo fuego en estos momentos porque soy él único que hasta ahora no esta interesado en pasar sus manos por su cuerpo a cambio de algo.

Bien jugado Grey. Muy bien jugado.

EDMOND | ATTRACTION| GREYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora