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-¡Hinata!
Ino bajó de su coche al borde del infarto cardíaco.

La casa de Hinata estaba rodeada por dos coches de policía y Kiba se encontraba en la puerta hablando con la pelinegra.

Ino se acercó a ellos y abrazó a su amiga, comprobando primero que nada malo le había pasado.

-¿Te han hecho algo?-preguntó preocupada.

-No, por suerte, cuando llegué ya no había nadie en la casa así que no me pasó nada.

Ino suspiró, llena de alivio.

-De todas formas debes hacer inventario y mirar sino te falta nada-aconsejó Kiba-y buscarte un lugar donde dormir, él podría volver.

Ino lo miró con interrogante.
-¿Él?

-Kiba cree que fue Kyubi, piensa que él nos está mandando un aviso para que lo dejemos en paz-dijo la pelinegra.

-Es más, no lo creo, estoy completamente seguro-alegó.

Ino se llevó una mano a la cabeza, ¿por qué Kyubi haría algo así? la policía siempre había intentado truncar sus planes pero nunca se había comportado de esa manera.

Miró a Hinata, su amiga estaba más relajada que cuando la había llamado pero aún así podía notar su inquietud.

-¿Puedes llevarla contigo a tu casa?-le preguntó el castaño-sigo diciendo que no es muy seguro que se quede aquí.

La rubia se apenó, su casa era un pequeño apartamento de una sola habitación. No le importaría que Hinata fuese a dormir con ella sino fuese por el hecho de que ella dormía con Akira.

-No tengo sitio-reconoció.

-Yo te invitaría a mi casa-se ofreció Kiba-pero solo hay un cuarto y no creo que...

Hinata se sonrojó ante la sola mención.

-No pasa nada-contestó-yo veré que hago.

En ese momento se escuchó el sonido de un fuerte frenazo al final de la calle y pronto no tardaron en divisar un deportivo rojo que se acercaba a ellos a toda velocidad con las luces cortas encendidas.

-¿Quién es?-preguntó Kiba con cara de disgusto.

Hinata iba a decir que no sabía hasta que el coche aparcó y pudo leer la matrícula y ver quién iba sentado en el asiento del conductor.

Naruto bajó del coche con el ceño fruncido.

La tensión en Hinata aumentó, ¿qué hacía él allí? su mirada rápidamente viajó por todo él.

Se había vestido con unos jeans y una camiseta azul de manga corta con unas letras negras en el centro incomprensibles. Se había atado el desordenado pelo en su pequeña coleta habitual.

Vale, pusiese lo que se pusiese estaba como un tren.

Un tren con el que se había acostado hacía pocas horas.

La cara se le tiñó de rojo mientras el rubio se acercaba a ellos y por su mente iban viajando imágenes de todo tipo con una clara señal de prohibición para menores de edad.

-Voy a ignorar que trabajo en el departamento de tráfico antes de ponerte una multa como una catedral-dijo Ino cuando el rubio llegó a su altura.

Naruto ignoró el comentario mientras su atención se fijaba en los alrededores, al parecer algo había pasado.

-¿Qué haces tú aquí?-preguntó Kiba con un claro tono de hostilidad.

Naruto se quedó en blanco, la sorpresa que había recibido al ver aquello le había impedido dar una explicación coherente.

Exóticos Placeres Donde viven las historias. Descúbrelo ahora