Capítulo 7. Mi Rose...

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¿Qué me querrá decir Mark?, espero que todo esté bien. Tomo mi bolso y mis llaves, le aviso a Sebastián que saldré, pues Michael no está, me dirijo a mi auto, subo y arranco a la cafetería "Donut". En la calle ya semioscura con el cielo anaranjado distintivo del atardecer paso por las calles de Los Ángeles y en pocos minutos me estaciono enfrente del establecimiento, donde sólo hay un espacio para discapacitados, no creo que pase nada, bajo tomando mis cosas y entro, me siento en una mesa al fondo de todos esperandolo, miro el menú mientras espero. Se escucha el mover de la silla de enfrente y bajo el menú, hay un hombre bastante poco agradable.

- ¿Qué hay hermosa? - lo miro extrañada.

- Disculpe, ¿podría dejar de molestarme? - él ríe - No le encuentro la gracia.

- Así no son las cosas, cariño - se levanta y yo igual queriendo correr, pero antes de poder hacerlo saca una navaja y me aprisiona en contra de la pared - Si no te mueves, no te pasará nada - me mira con lujuria, mientras mi corazón late fuerte de miedo.

Ya no salgo de ésta, cierro los ojos deseando que alguien me ayude de los pocos comensales que están aquí, pero ni uno voltea, comienza a acariciar mi vientre con una mano y con la otra me pasa el filo del arma por el cuello.

- Eso es, sólo dejate llevar - me dice, segundos después se escucha un golpe en seco, abro los ojos y miro a Mark en traje mirando furioso al tipo que ahora está en el suelo, una lágrima sale de mí, el tipo intenta defenderse sacando nuevamente la navaja.

- Eres un cerdo - Mark le patea la mano haciendolo tirar lo único que podría defenderlo y se avalanza sobre él, comienza a golpearle la cara y el hombre no puede hacer nada, mi mejor amigo es mucho más fuerte que él, yo cubro con ambas manos mi boca mientras lo miro.

Golpe tras golpe y ni una vista hacia acá, la sangre comienza a correr con más intensidad y en la cara de Mark se nota un profundo odio, lo golpea cada vez más fuerte.

- ¡Dios Mark! ¡Lo vas a matar! - le digo y se detiene, lo levanta del suelo.

- Nunca se te ocurra volver a lastimar a una mujer, bastardo - le dice con asco y el hombre sale corriendo sangrando a chorros de toda la cara, nunca había visto a Mark así. Nadie se dió cuenta de todo lo que pasó, o no quieren meterse en problemas, esas son las personas por las que han violado a tantas chicas, por la falta de apoyo. Corro a abrazarlo y al instante me detiene.

- Mark... - él respira con fuerza.

- Sientate, Vanessa - me dice y él toma asiento frente a mi aún con el semblante serio, yo en shock en proceso de tranquilizarme, restriega una servilleta en contra de sus puños quitando la sangre que le había proporcionado al hombre.

- Gracias por... - no me deja terminar.

- No lo agradezcas, lo hubiera hecho por cualquiera - auch. ¿Y mi Mark? Éste es otro tipo que yo no conozco.

- ¿Quién eres? - lo miro.

- No, ¿quién te crees que eres tú? - dice alzando un poco la voz - Tu mejor amiga te cita a un lugar para decirte algo importante y no vas, encima ni siquiera avisas, ¿qué clase de mejor amiga hace eso? - suspiro, tiene razón.

- Lo lamento, yo no... -

- Disculparse ya no sirve de nada - dice frío.

- Mark, por favor, no te pongas como un niño pequeño y dime lo que sucede por favor -

- Bien, te lo diré, tu mejor amiga ha estado sufriendo abuso físico por el hijo de puta que se casó con ella, te lo iba a contar, pero no estuviste ahí para ella cuando más te necesitó - la noticia me toma por sorpresa, las lágrima se avecinan  y el suceso de hace unos minutos se borra de mi mente dejándola en blanco, mientras que mi garganta se cierra sin darle paso a nada.

La Doctora de Jackson 2-MJHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora