Capítulo 14. Reencuentro.

102 10 10
                                    

- ¿Una enfermedad grave? ¿A qué te refieres? - digo con cierto tono de angustia.

- Podría concebir cáncer - sus palabras me llegaron al alma como si de un flechazo se tratara, duele si quiera pensarlo - Pero eso no pasará, porque los tengo a ustedes y un bebé viene en camino - soba mi panza y el bebé comienza a patalear.

- Está pataleando - digo emocionada y coloco las manos de mis mejores amigos en el movimiento.

- Se siente asqueroso - dice Mark y le doy un leve golpe, se queja.

- Ni siquiera ha nacido y ya le estás haciendo bullying - reímos.

- Es tradición del tío Mark -

- Rose, ¿de verdad estarás bien? - le digo retomando el tema.

- Sí, ya verás que no es nada - me sonríe - Por cierto, hay un lugar al que quiero llevarlos - dice emocionada, y salimos junto a ella de la habitación.

****

Estoy exhausta, ya se dió a caer la noche y Rose aún tiene mucha energía.

- Tan sólo soy una mujer embarazada, apiádate de mí - le digo sentándome en el sillón de espera en la recepción del Hotel.

- ¿Dónde quedó la mujer que no se cansaba ni aún teniendo dos turnos en el hospital? - me dice Rose.

- Se ha acostumbrado a que la mantengan, le den mimos y a caminar poco, ¿no ves? - señalo mi vientre.

- Te hace falta actividad, Vanessa - ríe como si no fuera nada, cuando mi aliento se ha ido de mi cuerpo. Mark decidió quedarse en una tienda para buscar algo para comprarle a Isabella.

Después de unas cuantas horas llegamos al departamento de Rose, supongo que me bañaré y dormiré. Me tiro en el pequeño sillón.

- Estoy muerta - digo sin exagerar, y admirando la emoción de mi mejor amiga.

- Hoy fué increíble - tocan a la puerta. Ella corre a abrir, es Mark.

- Espero que le guste - nos muestra una fotografía de un collar con esmeraldas y diamantes incrustados.

- Es precioso, seguro le fascinará - dice la ojiverde con exasperación.

- Sí, sí, ¿dónde hay una toalla? Me quedaré en la tina hasta que se me hagan los dedos como pasas - Rose lanza una toalla hacia mi, la atrapo y entro a bañarme.

- Ah... Estuve esperando esto todo el día - digo sentada en la bañera recostandome con relajación. Si tan sólo Michael estuviera aquí, me gustaría que hablara conmigo desde afuera de la bañera haciendome compañía. Comienzo a llorar.

¿Qué demonios me pasa? Lloro sin razón y las lágrimas no dejan de brotar, siento angustia en mi pecho. Pasa un momento y me tranquilizo, incluso mi respiración se aceleró. ¿Qué pasa conmigo? Miro mi vientre. - ¿Eres tú el causante de todo esto? - digo con un poco de temor en mi voz, pero como una pregunta capsciosa, la dejo al aire y disfruto mi baño después de ese mal momento.

- ¡Al fin! - dice Rose viendome salir del baño y ahora entrar a su habitación, Mark se ha ido a hospedar a otra habitación - Creí que nunca saldrías.

- Oye, ni que fuera para tanto, tan solo fueron unos cuantos minutos - contesto graciosa.

- Vanessa... - dice ella con voz calmada. Pongo mi atención a ella - De verdad gracias por venir, creí que nunca volveríamos a vernos y que, moriría sin estar bien contigo - noto esas ganas de llorar en su garganta, me acerco a ella.

- No podía estar bien sin tener las cosas claras con mi mejor amiga, y no morirás, porque eso que tienes ahí sólo son moretones comunes, y todo estará bien, te lo prometo - al terminar de decirlo, se avalanza sobre mi y llora con todas sus fuerzas, sí que me extrañó.

Así como me extrañaron ustedes, no se preocupen, mi manera de escribir jamás cambiará, así que hoy tienen un capítulo más de esta rara historia. Comenten, me hace muy feliz leer lo que opinan. Hasta la proximaaaa.

-Sweet

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 20, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La Doctora de Jackson 2-MJHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora