Capítulo 12. No me gusta... ¿o si?

93 15 5
                                    

Acaba de irse el mesero que interrumpió la pregunta de Marcus, algo que me alivió.

- ¿Era tu hermana la chica con la que confundieron los papeles? - dice Mark. Eso no ayuda mucho.

- Sí, tiene veintiún años y aún vive con mis padres, un embarazo y la echarían de la casa - traen nuestras respectivas bebidas, ellos horchata y yo jamaica.

- Eso debe ser bastante sorpresivo de saber - asiente mientras bebe de su vaso.

- Bastante, ¿tú tienes hermanas o hermanos? - pregunta Marcus.

- No, soy hijo único - sonríe.

- Qué bien. ¿Y tú, Vanessa? - escucho mi nombre mientras estoy absorta en mi bebida viendo lo roja que es.

- ¿Eh? - lo miro y él ríe.

- Preguntaba que si tienes hermanos o hermanas - me mira con atención.

- Sí, un hermano -

- Qué bien - sonríe - ¿Es celoso?

- No - digo sin darle mucho crédito.

- Tal vez su hermano no, pero yo sí - dice Mark sonriendo.

- ¿La celaste de su esposo? - Mark me mira sorprendiéndose discimuladamente.

- Ehm... - se queda sin saber qué decir.

- No lo hizo porque le cayó muy bien - sonrío. La verdad es que no me celó porque, primero, era mi paciente y segundo, es su ídolo.

- Ya veo... -

Pasaron algunas horas y hablamos todo ese rato, hasta que cayeron las diez y tuvimos que retirarnos, nos encontramos afuera del restaurante.

- Espero y nos veamos después, eres un chico agradable - Mark le dice mientras se toman la mano y se dan un abrazo.

- Igual, y si nos vemos una próxima vez también vendrás, ¿verdad, Vanessa? -

- No lo sé, puede ser -

- Bien espero que si - sonríe, qué bella sonrisa.

- Está bien - lo trato frío porque no quiero que se me acerque. Le tiendo la mano, la toma y la besa, ¡ese no era mi punto de despedida!, me sonrojo.

- Cuídate, Vanessa - me dice con una voz suave que me hipnotiza y me deja paralizada.

- Sí, sí, tú también cuídate - dice Mark separando nuestras manos, Marcus ríe - Adiós - mi mejor amigo me toma por los hombros moviéndome yo aún estoy absorta por lo que acaba de pasar.

Subimos al auto y aún miro mi mano.

- ¿Qué demonios fué eso? - dice algo enojado.

- El beso de un príncipe - digo en un suspiro.

- Qué príncipe ni qué príncipe, ese tipo es un patán - bufa y toma con fuerza el volante.

- ¿Por qué? -

- ¿¡Que por qué?! ¿Acaso no viste ese beso que te dió? Creí que te comenzaría a lamer la mano - exagerando como siempre.

- Exagerado - me cruzo de brazos - Fué un beso y ya, además ni me gustó - ríe sínicamente.

- No, por eso estuviste todo el camino mirándote la mano como loca -

- Esos gestos me sorprenden - miro al frente. De sorpresa toma mi mano izquierda y la besa haciéndome voltear.

- Cuídate, Vanessa - imita su voz. Y yo río.

- ¿Qué demonios estás haciendo? - quito mi mano.

La Doctora de Jackson 2-MJHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora