Capítulo III

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Esa mañana Daniel se levantó como de costumbre, desayunó y se despidió de madre quién lo mandó a despedirse de su padre, solo que no contaba con el escándalo que estaba armando su padre abajo en el sótano, ahí donde se encontraba el portal Fentom, puso los ojos en blanco sabiendo que aquello no era nada bueno y bajó las escaleras trotando solo para encontrase al hombre mayor vestido con ropa de pesca y, por supuesto, una caña de pescar, abrió un poco la boca ante la sorpresa y dispuesto a preguntar que es lo que hacia exactamente hasta que lo descubrió por sí mismo ¡el hombre estaba pescando fantasmas! Quiso detenerlo, decirle algo, pero su padre fue mucho más rápido, "sostén esto, hijo, al parecer este jugo ha hecho de la suyas en mi vejiga" intentó reprocharle pero no puedo hacerlo al verlo partir, el problema es que, al parecer, había pescado uno, y uno enorme por cierto, apenas podía sostener la caña entre sus manos, más lo inevitable ocurrió:

Un terrible y enorme dragón salió del portal, se preguntó como es que la inmensa criatura podría haber cabido ahí, se transformó en fantasma y luchó por escasos segundos contra la bestia sin soltar la caña que estaba enredada en su cuello, con un golpe potente de su cola lo mandó a estrellarse contra unas cajas jalando consigo el hilo de la caña, demasiado aturdido por el golpe e impacto, no se dio cuenta que el collar que traía el dragón había caído de su cuello haciéndolo desaparecer, dicho collar cayó en la mochila de Daniel que al salir de entre las cajas para seguir peleando no lo encontró, casi sonrío en victoria sino fuera por la voz de su padre bajando las escaleras, tomó sus cosas y huyó a toda velocidad.

Llegó a la escuela olvidando el percance y destranformándose en el baño, esto se había hecho costumbre la mayor parte del tiempo, salió del baño de lo más casual y buscó a sus amigos entre el revoltijo de personas en la escuela, pudo divisar una gorra naranja que reconoció al instante, caminó hasta ellos con una radiante sonrisa y muy emocionado pues pronto se realizaría un baile en Casper High y ya sabía a quién invitar, radicó en la chica de cabello castaño que platicaba amenamente con Sam, su mejor amiga, y Tucker, saludó enérgico contagiando al moreno y siendo respondido con una sonrisa en los labios de las féminas.

— ¡Chicos! ¿Ya saben a quién invitarán al baile?

—Danny, sabes que no me gustan este tipo de cosas—su amiga cruzó los brazos con cierta molestia

—No espero que alguien me invite, vendré sola—se encogió de hombros Hanna

— ¿Y tú ya sabes a quien? —dijo Tuck

— Quiero invitar a Paulina—le dijo entusiasmado al pronunciar el nombre, las chicas rodaron los ojos

— ¿Estás hablando...—la ojigris codeó a la pelinegra en un gesto que supo reconocer, miró de reojo a la chica latina que estaba en su casillero rodeada de chicos populares—de esa chica plástica y materialista que no sabe siquiera de tu existencia?

Paulina supo que hablaban de ella casi al instante, siendo como algún tipo de sexto sentido o simplemente no era tan distraída como parecía, la miró con el entrecejo fruncido.

— ¡Pero que dices! —Tucker hizo un gesto exagerado de indignación

—Si Paulina es la chica más hermosa y popular de la escuela.

—Todos quieren salir con ella, ¡es increíble!

Los chicos se complementaron en su descripción, enalteciendo el ego de niña mimada de la mencionada quién sonrío con suficiencia, fijándose como objetivo el molestar a Samantha, por lo que se acercó a ellos.

—Hola emmm... Ammm...—miró a Daniel sin saber su nombre

—Daniel—le dijo, sus ojos brillaban y no prestaba mucha atención

La hija de Vlad Masters.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora