Capítulo 18

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Ese nuevo día se vio envuelto en un problema desde muy temprano, antes de que su alarma comenzara a sonar y que esos nerds con los que compartía habitación se levantaran.

Y es que todo aquel embrollo mental y físico, no supo cuál de esas dos estaba más afectada, había nacido desde que despertó cerca de las 5 de la mañana con una cara larga, amarga e irritada ante la razón por la cual no logró conciliar el sueño. Esa noche no había dormido con Kirishima, razones que explicaría en unos segundos, y eso lo tenía aún más afectado, fuera por su lejanía o cercanía en su cama.

Ah... maldición.

Ese tipo de pelos raros era el culpable de todo, y lo tenía bien claro. Pero aquel tema fácilmente pudo haberlo ignorado, quizás dedicarle uno que otro pensamiento fugaz sin que su cuerpo se viera afectado, sin embargo, le dio tantas vueltas al asunto que terminó enojándose consigo mismo por ser tan terco y ahora debía tomar todas las consecuencias que eso le trajo con la mejor sonrisa que pudiera dibujar en su rostro deformado por la amargura.

Bakugou estaba frustrado sexualmente y eso era exactamente lo que lo tenía tan molesto e irritado boca abajo en su cama. Y es que no había tenido sexo desde hace casi dos meses y su cuerpo no se estaba conformando con todos los toqueteos y las masturbaciones que se daba con Kirishima. Él no era de los tipos que se preocupaban mucho por tener sexo todos los días o todos los fines de semana, pero el maldito de Kirishima había despertado de manera voraz su apetito sexual y ahora no dejaba de pensar cuándo seria el dia en que fueran a coger.

Pero también hacía una pausa estrepitosa en sus pensamientos, recordando que el día de ayer casi se la meten, y su hombría acompañada de la mano de su dignidad se cayeron del pedestal en donde las tenía bien resguardadas. Bakugou no quería ser él especificamente el que tuviera que recibir durante tal acto, porque sabía que sí o sí el día que Kirishima y él tuvieran sexo llegaría, y de tan sólo imaginarse él mismo en posición de perrito con un pene atravesándole el culo le daban escalofríos y ganas de lanzarse por la ventana para borrar esa imagen mental de su cabeza perturbada.

Bakugou se cubrió por completo con las sábanas. Además, ninguno de los dos había firmado algún contrato en que hubieran establecido que él debería tomar esa posición en la cama, y Kirishima se había sobrepasado el día de ayer, teniéndo que sentirse agradecido por no haber recibido una paliza por parte del rubio por haber perdido la compostura, y sobre todo, por haberse confiado en que él podría metérsela.

-Estás de mierda, bastardo... -Gruñó mentalmente.

Bakugou no iba a permitírselo, por muy cerca que estuvo ayer de hacerlo y por muy esperanzado que ahora estuviera creyendo que él tomaría el lugar de arriba, Bakugou sería quien se la metería primero. Y no le importaba que diera pataletas y se negara con llantos y hasta con amenazas, porque de la misma forma en que Kirishima ignoró por completo sus súplicas de no meter nada dentro de su culo, Bakugou lo haría también, lo mandaría a la mierda y le haría pasar por lo mismo que él tuvo que pasar con un dedo masajeándole el ano con intenciones de corromperlo, y romperlo también, con la única diferencia de que Bakugou sí se la metería a Kirishima.

Claro que si las cosas se ponían muy tensas y tétricas en sus intentos de hacerlo se detendría. No había necesidad de llegar a una violación.

-...

Pero ayer Kirishima por poco y casi se lo viola a él... ¿o no?

-¡ESE HIJO DE PUTA...!

El grito hizo saltar de sus camas a sus compañeros de cuarto, revisando en medio de la oscuridad agitados tratando de encontrar la razón por la cual el rubio había gritado. Pero como pensaron, sólo había sido un arranque de ira matutino de Bakugou, por lo que solamente le advirtieron de que si volvía a hacerlo dormiría en la sala y se quedaron dormidos otra vez, ignorando que el mismo Katsuki los mandaba a la mierda, afirmándoles que él podía gritar cuantas veces quisiera y que sus amenazas se las podían meter por el culo.

Un triste y loco amor de verano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora